Las personas ricas prefieren comprar propiedades prometedoras por poco dinero para obtener ganancias cuando aumente su precio y ganar dinero con ellas. Por ejemplo, el multimillonario Warren Buffett todavía vive en una casa modesta, comprada en 1958. Su acogedora mansión en Nebraska le costó solo 30 mil USD, y ahora se estima en 650 mil USD.

El multimillonario mexicano Carlos Slim, cuya fortuna se calcula en 50 mil millones USD, también vive en una casa modesta y comprada hace mucho tiempo y evita equipos costosos. Amancio Ortega, fundador de la cadena de tiendas de ropa Zara, tampoco dejó que el éxito se le subiera a la cabeza: él y su esposa viven en una casa común en España. El profesor de la Universidad de Stanford, David Cheriton, propietario de 1,300 millones de dólares de las acciones de Google, dijo una vez en una entrevista: “Estas personas que construyen casas con 13 baños, etc., claramente algo no está bien con ellos”.

La clase media se guía principalmente por el proverbio “Todo hombre debe plantar un árbol, construir una casa y dar a luz un hijo”. Y en la vida de muchas familias, en algún momento, comienza un gran sitio de construcción, y a veces no se detiene hasta que los niños crecen. También se necesita mucho dinero, tiempo y esfuerzo, y los costos de mantener la casa y el territorio absorben la mayor parte de los ingresos.

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