Aunque hay salones de belleza que los ofrecen, lo más recomendable es acudir a centros de estética autorizados y con profesionales de confianza. Ellos valorarán tu caso y, según tus deseos y las posibilidades de alcanzarlos, te recomendarán lo que sea más adecuado para ti. Se trata de pequeñas inyecciones de toxina botulínica o ácido hialurónico que nos permiten corregir o cambiar temporalmente las formas de las facciones que no nos gustan y lucir rejuvenecidas.

Pros: el procedimiento no es tan doloroso como se cree, y es rápido. Una sesión de bótox para el rostro completo no tarda más de veinte minutos en completarse. Otra ventaja es que, después de realizado, no requiere tomar grandes precauciones.
Contras: al principio, la sensación puede ser extraña y toma un tiempo acostumbrarse, especialmente con el bótox, ya que paraliza los músculos. Sus efectos no son a largo plazo; si se quiere mantener el efecto, hay que repetir el proceso cada cuatro o cinco meses.

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