16 Cosas que deberían estar en la basura y no en tu casa
¿Tú también guardas cosas que ya no utilizas? A veces es difícil no hacerlo, ya sea porque tienen un valor sentimental o simplemente porque nos olvidamos de que están allí. Por ello, hicimos una lista de las cosas que solemos guardar, y que en realidad ya no tienen ninguna utilidad, como souvenirs, ganchos desgastados o cargadores obsoletos. Sigue leyendo para descubrir qué otros objetos están ocupando espacio valioso en tu hogar.
1. Plumas o lapiceros
Entendemos que algunas plumas o lapiceros pueden tener un diseño muy lindo, o haber sido regalos de alguien importante para nosotras. Pero si ya terminaron su vida útil, lo mejor sería deshacerse de ellas porque solo ocupan demasiado espacio. Por otro lado, si no las utilizas, también sería conveniente que las tires o las regales a otra persona.
Sin embargo, algunas plumas tienen la opción de abrirse para cambiar el tubo de tinta o incluso rellenarlas. Así que, si ese es el caso de algunas de ellas, puedes reutilizarlas.
2. Cuadernos sin utilizar
Incluso aquellas personas que desde hace tiempo ya no escriben con pluma, sino únicamente utilizan el teclado, manifiestan un amor hacia los cuadernos bonitos. Al entrar a una papelería, te pierdes entre las brillante portadas y plumas con gatitos. En ese momento, comienzas a pensar: “Este serviría para mis notas, este para dibujar, en este escribiré mi reporte de entrenamientos y alimentación...”.
Sí, los primeros días realmente escribimos algo. Después los guardamos con los demás cuadernos que, al igual que ese, fueron comprados en un día de inspiración. Todos están guardados casi limpios con un par de anotaciones en las primeras páginas.
Todas estas cosas innecesarias también pueden ser entregadas para ser recicladas y que se conviertan en algo útil.
3. Ropa blanca desgastada
Acostarse a dormir después de un día difícil es una verdadera dicha. Y estarás de acuerdo con que unas lindas sábanas también juegan un papel importante. Para ser sinceros, es hora de enviar directamente a la basura todos los conjuntos de tela adquiridos en los años 2000. En general, cualquier sábana o funda que se decoloró, rasgó o desgastó desde hace tiempo debe tirarse sin arrepentimiento.
Si eres partidario de un estilo de vida ecológico, entonces puedes entregar tu ropa blanca al reciclaje. Muchas grandes tiendas aceptan ropa vieja, busca los puntos de recepción en tu ciudad.
4. Ganchos
Los ganchos de alambre grueso no son nada prácticos. En primer lugar, pueden convertirse en una verdadera trampa para la ropa y ocasionarle un daño a tus prendas.
En segundo lugar, una prenda que lleva mucho tiempo colgada en un gancho comienza a perder su forma. El gancho correcto tiene que imitar nuestros hombros para que la prenda pueda conservar la forma necesaria mientras está en el guardarropa. Además de que ya es bastante malo que tu camisa favorita o saco se quede colgado de la forma incorrecta y, con el paso del tiempo y debido al peso de la ropa en el gancho de alambre, este pierde su forma.
La variante más cómoda y duradera que no daña tus prendas son los ganchos gruesos de madera. Es mejor deshacerse de los ganchos de alambre.
5. Cargadores viejos
Desde hace mucho tiempo, tienes un teléfono inteligente con una entrada USB tipo C, pero en casa aún guardas decenas de cargadores de viejos teléfonos. Si guardas cosas viejas que son muy importantes para ti y te recuerdan aquellos buenos momentos de la vida, entonces es justificable, pero ¿para qué coleccionar algo que se ha vuelto obsoleto y nunca más te servirá?
6. Cosas que han perdido importancia
En esta categoría entra todo aquello que utilizábamos antes de que la tecnología diera un paso adelante: casetes VHS, CD y DVD. Sí, comprendemos que es tu colección dorada. Sí, nosotros también tenemos una. Por supuesto, tirar tu riqueza de los años 90 y 2000 no será sencillo, pero piensa en lo siguiente: estas cosas simplemente están ahí juntando polvo. ¿Con qué frecuencia sacas tu videocasetera y te pones a ver tu película favorita? Actualmente, es posible descargar la misma película mucho más rápido que ir al sótano por la pesada videocasetera y encenderla.
Además, por desgracia, la cinta magnética en algunos casetes se estropea con el paso del tiempo. Así que, si en el casete está grabado algo realmente importante, por ejemplo, tu boda o los primeros pasos de tu hijo, debes digitalizar la grabación para no perderla.
7. Regalos innecesarios
Los imanes y figuras regalados por tus compañeros de trabajo, un absurdo jarrón traído por un pariente lejano como regalo de cumpleaños, un perfume del cual aún salen gotitas... Todas estas cosas no traen felicidad ni beneficio. Ocupan espacio muerto en las repisas, pero es una pena tirarlos porque fueron un regalo.
Si no puedes tirarlos a la basura directamente, entonces intenta tomar otro camino. Regala o vende las interminables figuritas o imanes. Y si no conseguiste encontrar un nuevo dueño, entonces tíralos sin ningún tipo de lástima.
8. Recibos de compras
Por supuesto, es algo útil llevar un registro de gastos. Pero conservar montañas de recibos de compras no es el método más práctico para hacer esto. Los recibos de compras tienen la propiedad de desvanecerse en los rayos del sol. Por otra parte, incluso si llegas a esconder las evidencias de tus gastos en el rincón más oscuro, es poco probable que esto ayude. La única diferencia es que se desvanecerán más lento.
Una cómoda alternativa son los recibos electrónicos. Actualmente, todas los gastos se realizan por pagos electrónicos y, en la aplicación del banco, automáticamente se guarda el recibo de compra en la memoria del teléfono, no se tiene por qué conservar en casa una montaña de recibos. Y si realizas una gran compra en efectivo, tómale una fotografía al recibo. Una fotografía a diferencia de la tinta en el papel no se desvanecerá y podrás presentarlo en caso de realizar alguna devolución o cambio.
9. Aparatos electrodomésticos sin utilizar
El viejo secador que, al parecer, aún funciona, y que te da lástima tirar a pesar de que ya has comprado uno nuevo; la tostadora que has usado un mes después de haberla comprado; el exprimidor que ni siquiera recordabas que se encontraba en tu alacena. En realidad, no utilizas nada de eso.
Estamos de acuerdo en que no dan muchas ganas de tirar electrodomésticos. Si son nuevos, intenta venderlos en páginas en Internet, y también está la antigua práctica de regalarlos a alguien más.
10. Macetas vacías
Cualquier cosa puede ocurrir con las plantas en tu hogar, como cambiarlas de maceta o que no se adaptan y mueran. Luego solo quedan las macetas vacías, que poco a poco se juntan en el balcón o en una alacena. Posiblemente piensas que en estas macetas plantarás nuevas flores, pero, al final, no te da tiempo.
Si después de un año no has encontrado el uso para estas macetas viejas, entonces tíralas sin que te dé lástima. Cuando quieras plantar una nueva flor, será más fácil adquirir una maceta exclusivamente para ella. No guardes macetas durante muchos años con la esperanza de que alguna vez te sirvan.
11. Joyería sin su par
Probablemente, por lo menos una vez en la vida, has perdido un arete. ¿Y qué hacer con el otro? No podrás usarlo nuevamente, a menos que tengas planeado ir a una fiesta de piratas, y también es poco probable que consigas venderlo. Puedes deshacerte de un arete sin su par; si es un artículo de bisutería o chapado en oro, simplemente puedes tirarlo, pero si es una joya de un metal precioso, entonces puedes llevarla a una casa de empeño.
Hay razones por las cuales la mayoría de las personas no quieren deshacerse de su oro. Por ejemplo, costosos aretes como recuerdo, regalo de un ser querido, entre otros. En tal caso, se puede llevar un arete a una joyería y pedir que fundan el metal para que a partir de él creen, por ejemplo, un collar o un anillo delgado.
12. Juegos de mesa y rompecabezas con piezas faltantes
Es imposible jugar damas, ajedrez o Monopoly si una pieza hace falta. Un dado, carta o figura perdidos automáticamente vuelven el juego inutilizable. Los rompecabezas en los que algunos detalles fueron comidos por tu gato tampoco se pueden sustituir con dibujitos. Los juegos se tienen que jugar y no guardar, por eso, tira los conjuntos incompletos sin pensarlo y elige unos nuevos. Sí, sí, incluso el conjunto de Lego cuyas decenas de detalles han desaparecido bajo el sillón.
13. Viejos cuadernos escolares
Todos adoramos ponernos nostálgicos, pero este hábito es una de las principales razones por las que nuestra casa se llena gradualmente de pequeñeces innecesarias. Muchas personas conservan cuadernos y libros escolares como recuerdo de sus buenas notas o su bonita caligrafía, pero, objetivamente, estos estarán en cajas durante años y, probablemente, su dueño solo los sacará de ahí un par de veces para enseñárselos a sus hijos.
Pero si deseas recordar el pasado, es mejor tener un álbum de fotos de la escuela. Pero los cuadernos de papel con las inscripciones “Tarea” y “Trabajo en clase”, por desgracia, no tienen ningún valor, sino que solo acumulan polvo. Llévalos a un centro de reciclaje en tu ciudad: servirán como materia prima para papel nuevo y tú liberarás espacio en la casa.
Sin embargo, en cualquier recomendación hay excepciones. Por ejemplo, un diario personal de tus años de secundaria merece ocupar un lugar en la “caja de recuerdos”. Y el viejo cuaderno de caligrafía con el cual tu bisabuela aprendió a escribir también debería quedarse como una reliquia familiar.
14. Pasatiempos abandonados desde hace tiempo
Supongamos que una vez quisiste aprender a bordar, adquiriste hilos, aros de bordar y te preparaste para crear unos bonitos cuadros. Pero en un par de tardes te diste cuenta de que no era lo tuyo: tus dedos se cansan, los ojos te duelen por la tensión y esta afición no te tranquiliza, sino, por el contrario, te irrita. Has guardado todos los objetos en un mueble y, ahora, te topas con ellos de vez en cuando durante la limpieza.
Acepta que es poco probable que alguna vez te den ganas de tomar un aro de bordar en tus manos de nuevo. Puedes regalarle tu conjunto para bordar a un conocido que realmente sea un aficionado o poner a la venta tu kit de bordar si se encuentra en buen estado. Las cosas innecesarias pueden ser útiles para otra persona y tú encontrarás otra afición que te guste más.
15. Libros que nadie lee
Los voluminosos tomos de autores históricos, los viejos libros de texto de un hijo que ya terminó la escuela, las obras de autores poco conocidos y otros libros se pueden encontrar en cualquier casa. ¿Alguna vez has tomado uno de estos de un estante para leerlo? ¿Cuántas veces son útiles los libros de texto después de la graduación?
Por supuesto, no es necesario tirar los libros a la basura. Pero guardarlos en las repisas por un largo tiempo tampoco es una buena opción. Aquello que no lees, lo puedes donar a la biblioteca, siempre y cuando se encuentren en buen estado. En caso contrario, llévalos a un punto de reciclaje en donde se procesarán y les darán una nueva vida.
16. Restos de materiales de construcción
Después de hacer remodelaciones en tu hogar, siempre queda algo de material: la mitad de un frasco de pintura, un par de tablas de madera o un metro de papel tapiz. Todos pensamos de la misma forma: “Lo voy a dejar, ¿qué tal si después pinto algo o pego el sobrante de este papel tapiz?”.
Sin embargo, en realidad, un pedazo de papel tapiz o una tabla no te darán ningún beneficio; incluso un frasco abierto de pintura no dura más de 2 años, aún al guardarlo correctamente.