Cómo Will Smith aprovechó los errores de crianza de su padre para ser un mejor papá para sus hijos
Además de ser uno de los actores más reconocidos de Hollywood, Will Smith es el amoroso padre de tres hijos: Trey, Jaden y Willow Smith. Con respecto a la crianza de los niños, Will reconoce que ha tenido algunos desaciertos por influencia de su propio padre, que fue muy duro y estricto con él. Sin embargo, aprendió de sus errores y logró convertirse en la figura paterna que nunca tuvo. Y así cumplió su objetivo de formar una familia.
En Bella y Genial estamos convencidas de que la historia de Will Smith es inspiradora. Nos demuestra que no hay reglas escritas para la crianza y que la paternidad es un viaje en el cual se nos permite cometer errores siempre y cuando aprendamos de ellos y los corrijamos.
La crianza es un arte y “no hay reglas”
La forma en que nos crían nuestros padres influye en nosotros y en las decisiones que tomamos cuando criamos a nuestros propios hijos queramos o no. Sin embargo, la historia de Will prueba que también tenemos la capacidad de reconocer estas conductas, cuestionar por qué las estamos teniendo y dar un giro para no repetir lo mismo con las siguientes generaciones.
Construyendo su propia familia unida
La paternidad le llegó por primera vez a Will a la edad de 24 años, cuando tuvo a su hijo Trey con su ahora exesposa. Y a pesar de su sueño de la infancia, estaba confundido y nervioso como cualquier otro padre primerizo. Dijo que su primera reacción al ver a su recién nacido fue: “No puedo hacerlo, no soy el indicado”. Más tarde, se convirtió en padre de Jaden (23 años) y Willow (21 años) con su segunda esposa, la actriz Jada Pinkett Smith.
A pesar de sus apretadas agendas y de las presiones de la fama, Jada y Will siempre se aseguraron de estar cerca de sus hijos, tanto emocional como físicamente. La actriz habló sobre optar por educar a los niños en el hogar en lugar de enviarlos a clases normales y dijo: “Es más valioso para mis hijos estar conmigo que estar sentados en un salón de clases”.
Aprender de los errores y no presionar demasiado a los niños
Es evidente que los niños fueron fuertemente influenciados por sus padres y decidieron seguir sus pasos convirtiéndose también en artistas. Y Will, quien, por supuesto, quería que sus hijos alcanzaran los niveles más altos de éxito, admitió que en ocasiones “empujaba y forzaba las cosas”. Después de todo, la estricta ética de trabajo que heredó de su propio padre influyó en su estilo de crianza, y sus hijos también fueron criados con una mentalidad perfeccionista.
Sin embargo, su método de crianza cambió rápidamente cuando se dio cuenta de que su actitud exigente y su sueño de que su hija Willow tuviera un sencillo exitoso “empezaban a lastimarla”. También prometió no presionar a su hijo Jaden durante el rodaje de la película Después de la Tierra, que protagonizaron juntos.
Crecer con un padre difícil y estricto
“Él era mi héroe”. Así es como el actor de Hollywood comenzó a describir a su padre. Sin embargo, Will continuó explicando que su padre tenía una personalidad difícil y no era amable con su madre. Pero parece que el actor estaba decidido a ver el lado positivo de las cosas, ya que supo convertir su complicada infancia en una fuente de fortaleza y una lección de vida. Reveló: “Algunas de las mejores cosas de mí existen porque él era mi padre... la forma en que puedo soportar las adversidades, la forma en que pienso”.
Soñando con ser papá y compensar su propia crianza
En lugar de evitar tener hijos debido a su infancia desafiante, Will reveló: “Quise ser padre toda mi vida. Desde que tenía 5 años”. De hecho, su objetivo en la vida era reconstruir la imagen familiar rota que tenía haciendo las cosas bien con sus propios hijos futuros. Para él, formar una familia era una oportunidad de hacerlo bien, una forma de “corregir los errores” que había cometido su padre.
Hoy, después de años de experiencia en el camino de la paternidad, Will ha llegado a la conclusión de que no hay reglas cuando se trata de criar a un hijo. Compartió que “es más un arte que una ciencia” y hoy dice que está en un lugar como padre donde “ama lo que está pintando”.
Sin duda alguna, cada familia es distinta y no existen los padres perfectos, sin embargo, Will nos enseña que lo más importante es disfrutar del viaje sin tener miedo, ya que, equivocándonos, nos volvemos más sabios y no al revés.
¿Cuál es la mayor enseñanza que te ha dejado tener tu propia familia? Comparte con nosotras tu experiencia en los comentarios.