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10 Ejemplos de cómo la princesa Diana rechazó las reglas para vivir a su manera

La princesa Diana, más conocida como Lady Di, es un claro ejemplo de que ser diferente es lo que te hará única. Diana Spencer decidió no seguir varios mandatos que la monarquía quería imponer sobre ella. Entre esas decisiones, cabe destacar; ella eligió qué tipo de crianza quería darles a sus hijos. Si a veces nos cuesta tomar decisiones que van un poco en contra de lo que se “debería hacer”, imagina lo difícil que habrá sido para ella revelarse contra un sistema que funciona de cierta manera hace tantos años.

1. Trabajó antes del matrimonio

Diana logró romper una de las reglas reales incluso antes de convertirse en miembro de la familia real. Cuando era una jovencita, Lady Di trabajó como instructora de baile, niñera y maestra de jardín de infantes, y por lo tanto, se convirtió en la primera nuera real que tuvo un trabajo remunerado antes de su compromiso.

2. Ella misma eligió los nombres de los futuros príncipes

La maternidad era de suma importancia para la princesa. Diana participó directamente en el destino de sus hijos dejando de lado las convenciones y las reglas. Por ejemplo, la propia duquesa de Gales eligió los nombres de los futuros príncipes. Se sabe que Carlos quería nombrar a los herederos Arthur y Albert, pero Lady Di consideró su elección demasiado anticuada e insistió en la suya.

3. Envió a los niños a la escuela

Generalmente, a los niños de las familias reales les enseña una institutriz, pero Lady Di rompió esta regla al enviar a William al jardín de infantes y luego a un internado. El hijo mayor de la duquesa de Gales se convirtió en el primer futuro monarca en recibir una educación completa en instituciones gubernamentales. Tal elección de Diana personificó su deseo de darles a sus hijos una infancia lo más normal posible.

4. Iba en contra de las reglas generalmente aceptadas

La duquesa Kate y otros miembros de la familia real británica siempre han sido muy comedidos en sus gestos y posturas. Pero la princesa Diana nunca tuvo miedo de ser ella misma, incluso fuera del palacio. No dudó en mostrar sus emociones, podía agarrar fácilmente a sus hijos en brazos en reuniones especiales y apreciaba mucho el contacto con la gente. Lady Di no quería sacrificar su comodidad por el protocolo. Todos sabemos que está prohibido que las damas de la realeza se sienten con las piernas cruzadas. Y si al principio la princesa Diana seguía estrictamente esta regla, un par de años después, la “reina de corazones” ya se sentaba en los eventos oficiales en una posición relajada: con las piernas cruzadas y la espalda descansando sobre el respaldo.

5. Rompía barreras

Tradicionalmente, como era de esperar, existía una barrera invisible entre la familia real y el personal de servicio, y su relación se regía por reglas estrictas. Sin embargo, todo cambió con la aparición de la princesa de Gales en el Palacio de Buckingham. Diana trataba a los sirvientes no como subordinados, sino como conocidos cercanos. A menudo pasaba por la cocina y cenaba con ellos en la mesa común. Además, contrariamente a la tradición, Lady Di solía darles oportunidades a los empleados jóvenes que antes no habían tenido la posibilidad de ascender en la carrera.

6. Pedía ayuda directamente

Muchos monarcas están involucrados en actividades caritativas; esta es una parte tácita de sus deberes. Sin embargo, incluso en este asunto, Diana logró llegar más lejos. La princesa se esforzó por llamar la atención del público sobre un tema tan importante y delicado como el sida, y apoyó con su presencia la campaña para prohibir el uso de minas antipersonas. Ambos eran actos atrevidos en aquellos años. En 1997, Lady Di organizó una subasta en apoyo a las organizaciones contra el cáncer y el sida, donde vendió una colección de 79 de sus vestidos icónicos y recaudó más de 3,4 millones de libras esterlinas. Esta fue la primera vez en la historia que un representante de la familia real no solo apoyó un evento benéfico, sino que él mismo tomó la iniciativa en esta buena causa pidiendo directamente donaciones.

7. Usaba atuendos que no se ajustaban al código de vestimenta real

Para sus salidas, la princesa Diana solía elegir atuendos de alta costura, lo que ya era muy atrevido para esa época. Su marca favorita era Versace, una de las más provocativas de los 90, una especie de Balenciaga de aquellos años. Los conjuntos diseñados por Gianni Versace siempre se han distinguido por tener un aura de emancipación y franqueza. Pero en lugar de elegir marcas más conservadoras, Lady Di “sacaba a pasear” audazmente sus vestidos con hombros y espalda descubiertos, no tenía miedo de las faldas mini ni de los escotes profundos, con los cuales rompía todas las reglas escritas y no escritas del protocolo.

Diana usaba sus atuendos para expresarse. Un ejemplo de esto es el famoso “vestido de la venganza” y un suéter con una oveja negra entre las blancas. Muchos creen que esta fue una metáfora de la rebelde Diana abriéndose camino en la familia real.

8. Experimentaba con el maquillaje

Diana tampoco les tenía miedo a los experimentos de belleza. Y aunque en general su maquillaje siempre correspondió a los estándares reales, tenía una pequeña herramienta en su arsenal que no encajaba en el protocolo real de ninguna manera. La princesa usaba delineador de ojos turquesa para resaltar su ya vibrante color natural de ojos.

9. Renunció a guantes y sombreros

Si miras de cerca las imágenes de la princesa, notarás una pequeña característica: Diana casi nunca usaba guantes. La razón para no respetar esta estricta regla del protocolo real era muy conmovedora: Lady Di consideraba el accesorio una barrera en la comunicación, le gustaba tener contacto directo con las personas y tomar sus manos. Por la misma razón, rechazó los sombreros, argumentando que “no se puede abrazar a un niño usando un sombrero”.

10. No criaba a los niños con severidad

A la princesa Diana le pertenecen las palabras: “Vivo para mis hijos. Estaría perdida sin ellos”. Por eso, trabajó duro para brindarles a los herederos una infancia inolvidable. A diferencia de la comedida y moderadamente estricta Kate Middleton, Diana no dudó en mostrar ternura hacia sus hijos en presencia de los paparazzi, les permitía pequeñas bromas e incluso participaba en ellas con placer.

Bono

Tradicionalmente, las escuelas británicas organizan cada año jornadas deportivas para los estudiantes y sus padres. Para apoyar al pequeño príncipe Harry, en 1991 Diana participó en una carrera junto con otras madres. Y para estar más cómoda, la princesa se quitó los zapatos y, por lo tanto, incumplió el protocolo real. No logró ganar la carrera, pero el príncipe Harry probablemente se sintió conmovido por la hazaña de su madre.

¿Qué decisión tomaste y sentiste que ibas en contra de lo “normalmente” correcto? ¿Por qué crees que a veces nos cuesta elegir lo que es mejor para nosotras sin pensar en el afuera?

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