10 Hábitos de la familia real británica que no nos dejaron indiferentes
Los miembros de la monarquía británica están acostumbrados a vivir con hábitos y reglas que hacen de su realidad un fenómeno digno de analizar. Mientras que para ellos el hecho de viajar con su propio inodoro y papel higiénico a todas partes es algo normal, para nosotras puede resultar algo incomprensible, incluso cuando la idea de tener tu propio inodoro a donde vayas suena de maravillas.
Bella y Genial investigó los hábitos de la realeza británica y te presenta 10 hechos sobre las costumbres de esta famosa familia real.
1. Los ramos en las bodas reales
Sin importar el título nobiliario ni el grado en la línea de sucesión al trono, todos los miembros de la familia real deben obedecer una regla con respecto a los ramos de novia: el bouquet debe contener al menos una rama de mirto del arbusto original que la mismísima reina Victoria plantó en Osborne House en 1845. Esta flor particular simboliza el amor.
2. El faldón de los bautizos reales
Desde el año 1841, cuando la reina Victoria bautizó a su hija, la princesa Victoria, 62 bebés reales habían recibido el sacramento del bautismo usando la túnica Honiton. Desde el bautizo del hijo del príncipe Eduardo en el año 2008, los siguientes bebés bautizados han usado una réplica exacta del faldón.
3. La reina tiene dos cumpleaños
A pesar de que la soberana nació el 21 de abril de 1926, un decreto nacional la obliga a cumplir años el segundo sábado de junio, pues se establece que los monarcas deben celebrar en verano, cuando hay buen clima y es posible realizar el desfile pertinente, conocido como Trooping the Colour, sin contratiempos.
4. El príncipe Carlos viaja con su inodoro y papel higiénico
De acuerdo con el biógrafo inglés Tom Bower, el príncipe Carlos es sumamente excéntrico, a tal punto de que, cuando viaja o se queda fuera de casa, se asegura de que un camión con sus objetos personales lo siga hasta su destino. Entre las posesiones, destacan su cama, sus sábanas y cobijas, su asiento del inodoro y rollos de papel higiénico.
5. Las carteras como medio de comunicación
Además de ser un accesorio imprescindible en todos los atuendos de la reina, las carteras también le sirven a la monarca para comunicarse con sus guardaespaldas y su personal en general. Según el biógrafo real Hugo Vickers, si la reina decide pasar la cartera de su brazo izquierdo al derecho o la pone en el piso, significa que quiere irse del lugar.
6. La reina no tiene pasaporte
A diferencia de todos los demás miembros de la familia real, la reina Isabel no usa —ni necesita —un pasaporte para viajar. Su lógica parece no tener fallas, y es que, dado que ella es quien emite los documentos en cuestión, no considera necesario portar uno para poder desplazarse entre países.
7. Tampoco tiene licencia de conducir
Debido a la misma razón por la cual la reina no usa pasaporte, resulta que tampoco necesita una licencia de conducir para ponerse detrás de un volante. Y hay más, la monarca tampoco necesita someterse al examen de conducción ni mucho menos aprobarlo, así como tampoco llevar placas en el auto que conduzca.
8. El príncipe Carlos exige que planchen sus agujetas
De acuerdo con las afirmaciones del biógrafo real Anthony Holden, se conoce al príncipe Carlos como el “príncipe consentido”, dada su larga lista de caprichos, entre los que se encuentran la contratación de dos asistentes que lo ayudan a vestirse cada mañana, le planchan sus agujetas y sus pijamas, y le dispongan 2,5 cm de pasta dental en su cepillo de dientes.
9. La reina no es la persona más rica del Reino Unido
A diferencia de lo que muchos podrían pensar, la fortuna de la monarca, aunque sustanciosa, está lejos de figurar entre las más altas de su país. En un conteo realizado recientemente, se estableció que la reina tiene una fortuna estimada en 350 millones de libras esterlinas (474 millones USD), lo que la ubica en el puesto 372 entre las personas más ricas del Reino Unido. De hecho, sir Paul McCartney está por encima de ella, en el puesto 174, con una fortuna de 800 millones de libras (1 mil millones USD).
10. Su esposo debe caminar detrás de ella
Contrario a lo que ocurre en las demás monarquías actuales, la reina Isabel no llegó al trono de la mano de su esposo, lo que implica que él no adquiere el título de rey, sino de príncipe, y que debe caminar detrás de ella y hacerle reverencias, como todos los demás miembros de la familia real.
¿Cómo sería tu vida si estuviese llena de “caprichos” reales? ¿Te gustaría vivir así?