Una madre tiene que ver a sus hijos por una ventana, y todo por tener tatuajes. La llaman “problemática”
Descubre la increíble historia de esta valiente mujer británica, quien ha enfrentado discriminación por su apariencia única. ¡Te sorprenderás al conocer cómo su pasión por el arte corporal ha impactado su vida!
Conoce a Melissa Sloan
Esta madre de familia, de 46 años, reveló que se hizo su primer tatuaje a los 20 años. Aunque disfrutó de la sensación de dolor, decidió no hacerse más tatuajes hasta que un día despertó con el deseo de marcar su rostro. Desde entonces, comenzó su amor por la tinta y se suele tatuar tres veces por semana.
No obstante, a medida que se iba haciendo más tatuajes, Melissa comenzó a recibir miradas llenas de desconfianza y, eventualmente, fue vetada de varios lugares. Sin embargo, encuentra fuerzas para seguir adelante al pensar en la posibilidad de obtener un récord Guinness por su dedicación a la tinta.
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“Cuando me miran creen que soy problemática y pasan de largo. Nunca seré aceptada, pero si la gente se tomara la molestia de pasar un día conmigo sabría que soy alguien agradable”, exclamó en una entrevista.
Su historia ha llegado a diversos medios de comunicación y personas, que la han apoyado para que pueda regresar a su lugar favorito. Allí, fue recibida con respeto y nadie se levantó de su asiento para evitarla. Su siguiente objetivo es lograr que le permitan el acceso a la escuela de sus hijos.
El arte del tatuaje se ha vuelto cada vez más común y aceptado en la sociedad, por lo cual es normal ver personas tatuadas caminando por la calle. Sin embargo, a pesar de esta normalización, todavía persisten tabúes y mitos en torno a esta práctica.
Es fundamental promover la comprensión y el respeto hacia la diversidad individual, permitiendo que cada persona pueda expresarse libremente sin ser juzgada por su apariencia. Solo así podremos construir una sociedad inclusiva y tolerante, donde todos puedan ser aceptados y valorados por quienes son en su esencia.