11 Cosas que la gente hace al ir de compras sin saber que pueden afectar a otros
Si bien, cada persona tiene diferentes hábitos de compra dependiendo de su edad, condición económica y gustos, lo cierto es que todos, absolutamente todos, compramos. Algunos lo harán más en línea que en tiendas físicas y otros, al revés, pero nadie se escapa. Aunque sea de vez en cuando, recorremos pasillos y hacemos filas para pagar algo. Y en esta dinámica, hay varias cosas que muchos hacemos sin saber que no es lo mejor para los empleados, para otros compradores o para nosotros mismos.
En Bella y Genial, compilamos algunos de estos hábitos que tenemos al comprar y que no necesariamente son los mejores, esto con el objetivo de no incomodar o provocarles problemas a los empleados.
1. Ayudar con los carritos del supermercado
Muchos de los clientes en los supermercados toman la iniciativa de devolver el carrito que utilizaron y llevarlo de nuevo a su lugar. El problema está cuando no solo deciden tomar el suyo, sino que intentan ayudar llevando varios a la vez, ya que podrían perder el control, rayar un auto estacionado o perder el equilibrio en el trayecto.
Lo ideal en este caso es dejarlos en el estacionamiento o en el sector de las cajas para que el personal los organice nuevamente.
2. Conversar de más con los empleados
Esto no se trata en absoluto de que esté prohibido moral o legalmente conversar con los empleados; al contrario, muchas empresas entrenan a sus trabajadores para propiciar breves charlas con los clientes y ofrecer así un trato más cálido. Pero este trato amable puede ser confundido por algunas personas, quienes se ponen a hablar de su vida entera con quien está detrás del mostrador.
El problema con esto es que estamos distrayendo al empleado de sus labores; al fin y al cabo, está en su trabajo y tiene obligaciones que, si no cumple, podrían traerle consecuencias como llamadas de atención o amonestaciones. Así que, nunca dudes en acercarte a alguien para aclarar tus dudas, pero trata de enfocarte únicamente en lo que necesitas para no traerle inconvenientes a la persona.
3. Doblar o guardar la ropa
En las tiendas, es normal ver muchos estantes con prendas perfectamente dobladas y organizadas. Algunas veces es mejor tocar la ropa lo menos posible, pero en ocasiones es necesario tomar un suéter o camisa para apreciar mejor su calidad o color.
Ahora bien, muchos clientes, luego de ver la prenda, deciden intentar doblarla y guardarla en el estante nuevamente, pero lo que muchos no saben es que las tiendas tienen algunas reglas para organizar sus productos, solo conocidas por quienes trabajan ahí. Por ello, lo mejor es dejar las cosas a un costado o entregarlas a algún empleado del local para que nuevamente las organice.
4. Contar el dinero sobre el mostrador
Otra de las situaciones que podría ser bastante incómoda es cuando el cliente quiere pagar con efectivo o monedas e intenta contar colocando el dinero sobre el mostrador y hablando en voz alta, ya que de igual forma el cajero deberá verificar que el monto sea correcto sacando la cuenta nuevamente. Además, este hábito puede molestar a los otros clientes que esperan en la fila.
5. Hablar por teléfono en la caja
Es común que pasemos horas utilizando el teléfono y hablando con nuestros conocidos en la fila mientras esperamos nuestro turno para pagar, pero lo ideal es que, cuando lleguemos a la caja, evitemos usar el celular y prestemos la mayor atención al cajero por esos minutos. De esta forma agilizaremos el proceso y no haremos perder más tiempo a los que esperan detrás.
6. Abastecer o arreglar los estantes
Mientras hacemos compras, solemos sacar productos de su estante, ya sea para verlos más de cerca, probárnoslos o sentirlos. Pero al final, no siempre nos llevamos lo que tomamos, por lo que muchas personas deciden regresar el artículo al lugar donde lo encontraron y acomodarlo de nuevo. Aunque esto podría parecer lo correcto (dejar las cosas donde las encontramos), la realidad es que no es lo mejor.
Las tiendas tienen reglas específicas para colocar sus productos en los estantes; tienen instrumentos llamados planogramas, los cuales grafican el acomodo de las mercancías dependiendo de varios factores: precio, necesidad a cubrir, estrategias de marketing, entre otras. Así que, mientras nosotros creemos que estamos ayudando a los empleados, es muy probable que ellos tengan que sacar todo para volver a acomodarlo de nuevo.
7. Subirse en los estantes para alcanzar algo
Dentro de los estantes de las tiendas hay infinidades de productos que van desde el suelo hasta lo más alto de la estructura. Muchos de ellos son de fácil alcance, pero hay situaciones donde algunos están a una altura superior que la nuestra y podemos pensar que incomodaremos a un empleado al pedirle ayuda.
Pero antes de treparnos para alcanzar algo del último nivel, es mejor pedir ayuda a un trabajador para que traiga una escalera y evitar accidentes o derrumbes.
8. Acelerar el autopago
La utilización de sistemas de autopago tiene muchos beneficios, ya que estos evitan colas y ahorran tiempo. Pero no debemos apresurarnos cargando los productos para sentir que ahorramos tiempo a la persona en la caja.
Esto debido a que en muchas ocasiones se va a necesitar que un empleado haga la verificación de algunos artículos, valide la forma de pago para continuar o corrija un error que hicimos al estar acelerados. Por eso es mejor tomarse el tiempo necesario para leer con atención las instrucciones.
9. Preguntar a los empleados qué fruta está mejor
A pesar de que los empleados de supermercados organizan los estantes de las frutas y verduras, no necesariamente saben cuáles son las de temporada, como tampoco posiblemente sepan cuál es la fruta que está más dulce o madura. En este caso, lo mejor es buscar con anterioridad e ir con una idea clara de lo que se necesita.
10. No verificar el precio en el lector
Otro hábito muy común es cuando los clientes van hasta la caja a consultar el costo de un producto sin antes verificar que en los pasillos exista un lector de precio. Este artefacto está diseñado para mejorar la experiencia del cliente y ahorrarle tiempo en su búsqueda. Además, también le evita al cajero el esfuerzo de tener que interrumpir el cobro de los demás clientes para escanear el código del artículo.
11. Juntar varias frutas o verduras para ahorrar bolsas
Cada producto en una tienda tiene un código para poder identificarlo. Por eso, en el área de las frutas y verduras es necesario embolsar los distintos artículos por separado y no mezclarlos ni asumir que si son de la misma clase poseen el mismo código. Por ejemplo, el precio de las manzanas dependerá del color de la fruta, de si es verde o roja. En consecuencia, el cajero deberá clasificar cada una por separado para poder verificar los códigos y finalmente cobrar.
¿Qué hábitos de compra tienes que consideras que pueden afectar a los empleados o a alguien más?