12 Cosas cotidianas que hemos estado haciendo mal sin darnos cuenta
En nuestro día a día, realizamos decenas de actividades de forma automática, sin pensar mucho si es la mejor manera de hacerlas o no. Pero resulta que muchos de esos hábitos que se han vuelto mecánicos tienen alternativas de ejecución que pueden facilitarte la vida, hacer que tus objetos o alimentos duren más y hasta mejorar tu salud y tu confort.
En Bella y Genial queremos compartir contigo algunos consejos y sugerencias para que intentes llevarlos a cabo y compruebes si realmente te resultan útiles.
1. Refrigerar los aguacates
Quizá parezca un paso obvio meter los aguacates al refrigerador apenas los llevamos a casa. Pero la realidad es que conviene tenerlos unos cuantos días en un lugar fresco y oscuro para que terminen de madurar. También puedes acelerar este proceso guardándolos dentro de una bolsa de papel.
2. Verter detergente directamente en la ropa
No es buena idea verter el detergente directamente en la ropa, dado que puede dejar una película de jabón. Por eso es recomendable siempre usar el compartimiento de la lavadora destinado para ello. Si la tuya no tiene uno o lavas la ropa en el lavadero, es mejor agregar el detergente después del agua, antes de echar las prendas.
3. Enfocarse en proteger la cabeza del frío
Existe la creencia de que la cabeza es la zona del cuerpo a la que se le debe dar prioridad para protegerse de las bajas temperaturas. Sin embargo, no es que perdamos la mayor parte de nuestro calor corporal por ella, sino que lo hacemos por cualquier zona que esté expuesta al frío. Por eso, de nada nos va a servir cubrirnos la cabeza si el resto de nuestro cuerpo no está abrigado.
4. Almacenar el chocolate en el refrigerador
Mucha gente mete el chocolate en el refrigerador pensando que así evitará que se derrita, pero en realidad eso es lo último que debes hacer. Por un lado, la mantequilla de cacao absorbe muy fácilmente los olores, por lo que podrías terminar comiendo chocolate con olor a jamón o a huevo. No suena muy atractivo, ¿cierto?
Por otro lado, al refrigerarlo se endurece demasiado, y la mejor forma de disfrutar el chocolate es cuando tiene una consistencia ligeramente blanda. Así que si no te lo vas a comer de inmediato, almacénalo en un lugar fresco y seco, así lo puedes conservar por varios meses.
5. No activar el seguro de la cremallera
¿Has pasado por ese momento incómodo en el que se te baja la cremallera del pantalón sin darte cuenta? Pues resulta que es posible evitarlo, ya que la mayoría de los cierres tienen un mecanismo que previene que vuelvan a abrirse. Para activarlo, simplemente tienes que poner el tirador boca abajo.
6. Ajustar muy arriba o muy abajo el aspa de la batidora
Una batidora de pedestal es una gran adición a la cocina si se usa correctamente. Pero si el batidor se coloca muy abajo, puede golpear los bordes del tazón y acabar dañándose con el tiempo. En cambio, si se pone muy alto, la mezcla no se integrará completamente.
Para arreglarlo, puedes guiarte poniendo una moneda en el tazón. Si se mueve mucho, es que el batidor está muy abajo; si no se mueve en absoluto, quiere decir que está muy alto. La moneda debe moverse de medio centímetro a 1 cm cada vez que pase el batidor.
7. Usar la tapa del café solo para cubrir el vaso
¿Sabías que las tapas de Starbucks están diseñadas de forma que puedas poner tu vaso sobre ellas? De esta manera, puedes usarlas como posavasos para evitar manchas de bebidas calientes o frías en la mesa.
8. Meter las fuentes frías en el horno
Cuando se trata de vidrio, es mejor evitar los cambios bruscos de temperatura. Aunque los utensilios Pyrex parezcan seguros, cuando quieras calentar una fuente muy fría, una opción es colocarla en el horno mientras se está precalentando. En el caso de que quieras hacerlo en el microondas, lo mejor es esperar a que el plato esté a temperatura ambiente.
9. Guardar los huevos en la puerta del refrigerador
Quizá guardar los huevos en la puerta del refrigerador parezca muy conveniente, pero en realidad lo mejor es almacenarlos cerca del fondo. En la puerta, los huevos se exponen a cambios de temperatura cada vez que se abre y se cierra el refrigerador, lo cual podría fomentar el crecimiento de bacterias.
10. Lavarse los dientes justo después de comer
Todos estamos conscientes de la importancia de la higiene bucal; sin embargo, como todo en la vida, no hay que caer en los extremos. No es necesario correr a cepillarse los dientes apenas terminas de comer, por dos razones. La primera, de orden práctico, es que no te permites disfrutar por completo de los sabores y el regusto de tus alimentos; la segunda es que, si acabas de comer un alimento ácido y te cepillas de inmediato, puedes debilitar el esmalte dental.
11. Colocar incorrectamente las manos en el teclado
Algo muy importante al usar la computadora es asegurarse de colocar las manos adecuadamente para evitar lesiones como el síndrome del túnel carpiano. Conviene ubicar las manos alineadas con los codos de tal manera que formen un ángulo de noventa grados con el cuerpo. Las muñecas, por su parte, deben doblarse hacia abajo lo menos posible.
Además, si se busca escribir más eficientemente sin necesidad de mirar el teclado, hay que acostumbrarse a colocar las manos en la fila del medio, poniendo la izquierda en las letras “A”, “S”, “D” y “F”, y la mano derecha en “J”, “K” y “L”.
12. Sustituir la aspiradora convencional por un robot
Los robots aspiradores son un gran aliado para mantener el piso limpio sin esfuerzo, pero no igualan la potencia de succión de una aspiradora convencional. Por ello, lo ideal es combinarlos, usando la aspiradora común una vez a la semana para eliminar la suciedad incrustada y el robot el resto de los días.
¿Qué otra cosa crees que podríamos usar de manera más práctica? ¿Qué otras actividades cotidianas te gustaría optimizar? ¡Cuéntanos en los comentarios!