13 Errores comunes que hacemos al lavar trastes, según los expertos
Para nadie es novedad que la actividad menos favorita en la mayoría de los hogares es lavar los trastes. No importa que sean poquitos utensilios los que estén en el fregadero, ningún miembro de la familia quiere hacerse cargo de ello. Sin embargo, esta tarea es esencial en las casas y como todo, tiene su chiste, pues expertos en la materia revelan que no todos lo hacemos de la manera correcta y la mayoría de nosotras cometemos errores al realizar esta labor.
Error 1: El uso de la esponja
No es posible dejar trastos limpios y desinfectados si la esponja con la que lavamos no se cambia con regularidad. Una esponja de trastes puede contener más bacterias que un inodoro debido a la humedad. Es importante no dejar en remojo la esponja, sino colgarla en el sol hasta que se seque por completo, ya que en cada pliegue pueden acumularse un sinfín de bacterias que acaban por infectar todas las herramientas de la cocina e incluso los alimentos. Es importante adquirir el hábito de desinfectar la esponja y cambiarla con regularidad (semanal o mensual, dependiendo de qué tanto uso le demos).
Leanne Stapf, vicepresidenta de operaciones de The Cleaning Authority, una empresa dedicada a la limpieza del hogar, sugiere desinfectar la esponja con regularidad: “Puede llenar una taza con vinagre y remojar la esponja durante unos cinco minutos, o puede llenar una taza con blanqueador diluido (½ taza de blanqueador por cada galón de agua) y remojar la esponja durante cinco minutos”.
Error 2: No reutilizar
Es posible que muchos no crean en ello, pero el reconocido chef argentino Francisco Almeida compartió una de las experiencias más recurrentes que ha vivido durante sus viajes culinarios por Canadá, México y Australia: el lavado de platos. Él aconseja ampliamente utilizar algún utensilio de cocina más de una vez antes de que llegue el momento de lavarlo, es decir, si freíste carne, puedes utilizar el sartén para cocer verduras también. Además de ahorrar agua, el experto culinario asegura que de este modo se “arrastran los sabores”. Eso sí, hay que prestar atención a la contaminación de los trastes antes de decidir reutilizarlos.
Error 3: Dejar que se acumulen los trastes
Además de ir en contra del ideal del chef Keller sobre el orden y la eficiencia en la cocina, cometer el error de dejar todos los platos para luego también hará que el lavado de grasas y residuos orgánicos sea más laborioso. Paco Almeida asegura que dejar los platos para el día siguiente hace un 50 % más difícil su lavado gracias a la deshidratación y endurecimiento de la grasa y suciedad, por lo que recomienda que, si no es posible lavar de inmediato, se dejen remojando en agua tibia y con un poco de jabón de trastes y/o desengrasante.
Error 4: No remojar y quitar los residuos previamente
La clave para ahorrar agua y tiempo es remojar previamente cada plato con agua caliente. Mientras lo haces, acumula los restos orgánicos por un lado para que no caigan por la coladera y tapen la tubería o provoquen malos olores. Además, el chef Almeida también recomienda absorber la grasa con toallas de papel antes de remojar. Esto evitará que el resto de trastes se contamine y que desperdiciemos detergente; además, facilitará mucho más el lavado. Lily Cameron, supervisora de Fantastic Services, empresa dedicada a la limpieza del hogar, aconseja remojar en agua caliente con jabón para trastes o bicarbonato de sodio durante 15 a 30 minutos.
Error 5: No prestar atención en cada traste
No por querer terminar rápido debes descuidar el lavado y enjuagado de los trastes. Muchas veces, restos de comida y jabón quedan pegados en los orificios pequeños de los cubiertos o cacerolas, es por esto que debemos estar seguros de que no hay rastros de comida ni jabón en ningún objeto, principalmente en tablas de picar y cuchillos.
Puedes utilizar algún cepillo delgado para llegar hasta los espacios más reducidos. Toma en cuenta que si deseas una desinfección completa para tus trastes no bastará con solo lavarlos, la Organización de Salud Pública Stop Foodborne Illness recomienda usar alguno de estos dos métodos:
Remojar los trastes por al menos un minuto en una solución de una cucharada de cloro por cada galón de agua fría (3,79 L).
Remoja los platos (deben estar completamente cubiertos) en agua caliente a una temperatura de 76.7°C durante al menos 30 segundos. Usa un termómetro para asegurarte de que está a la temperatura correcta, luego deja secar al aire.
Error 6: Mezclar todos los trastes sucios en el fregadero
Los especialistas aconsejan lavar los utensilios por grupo, ya que si dejamos todo tipo de trastes y suciedad en el fregadero, nos dificultará su limpieza porque estará lleno, además de que tendremos que tallar y lavar de más. Por ejemplo, si tenemos ollas con grasa junto con tazones de ensalada y vasos de vidrio, todos terminarán por llenarse de grasa y aceite, así que tendremos que lavarlos mucho más de lo que un principio debíamos. Es importante lavar los platos de acuerdo con el tipo de suciedad que tengan, lavar primero lo pequeño y menos sucio, para después continuar con los residuos más adheridos y difíciles. Como consejo, puedes dejar los utensilios que usaste para alimentos crudos hasta el último, así evitarás la contaminación cruzada hacia los demás trastes.
Error 7: No limpiar el área de lavado previa y posteriormente
El fregadero de la cocina puede albergar hasta 100 mil veces más gérmenes que el lavabo del baño; imagina lavar en una superficie así todo lo que utilizas para cocinar.
Especialistas en interiores recomiendan limpiar la cocina diariamente por la cantidad de suciedad que se acumula. Puedes lavar el fregadero con vinagre y bicarbonato de sodio para eliminar todas las bacterias; también es importante que una vez que termines el lavado de platos, quites todo rastro de espuma y agua que hayas salpicado para evitar un ambiente de humedad.
Error 8: No secar cada utensilio antes de guardarlo
Especialistas del American Cleaning Institute remarcan la importancia que tiene el secado completo de cada plato, vaso, olla, o cubierto. Ellos recomiendan utilizar un paño limpio y seco para evitar que se formen hongos y aparezca un mal olor en cada objeto. Aunque lo ideal es dejarlos secar con la temperatura ambiente, pero asegúrate de que no haya rastro de ninguna gota de agua antes de guardarlos, para evitar humedades que alberguen nuevamente bacterias. Para los sartenes y ollas, puedes ayudarte con toallas absorbentes de papel para no rayarlos.
Error 9: Enjuagar todos los trastes en un mismo depósito con agua
Aunque este error parezca más una oportunidad para ahorrar agua, en realidad es una pésima idea si pensamos en limpieza. Para Cristina Cusí, especialista en hostelería, “no es demasiado higiénico que toda la porquería se quede retenida en una cuba”. Si ya hemos enjabonado cada objeto para su limpieza, no es una opción volver a ensuciarlos con agua estancada. Lo mejor es enjuagarlos en conjunto de acuerdo con el tipo de utensilio, o por la cantidad de suciedad que tenían.
Error 10: El cuidado de las manos
Cuando lavamos, por lo general hacemos uso de un jabón especializado para limpiar trastes, pero no en cuidar nuestra piel; dermatólogos advierten que los detergentes son considerados irritantes que pueden provocar eczemas irritativos, es decir, lesiones en las manos y resequedad. Para evitarlo puedes elegir la opción de utilizar guantes de látex y usar crema hidratante después de lavar los trastes. También es recomendable lavar nuestras manos (con un jabón para manos) antes y después de usar los guantes para evitar la propagación de bacterias y gérmenes.
Error 11: No organizar de manera adecuada
Este error va de la mano del anterior, ya que la mayoría de las veces lavamos los platos sin un orden definido. El American Cleaning Institute, especialista en productos de limpieza sustentable, recomienda comenzar con los vasos, tazas y cubiertos, seguido de platos, tazones y trastes para servir, los cuales pueden permanecer bajo el agua mientras lavas los primeros utensilios para remojar. Y, para finalizar, lavar ollas, sartenes, y todo objeto con residuos adheridos, sin olvidar, como dijimos, las tablas de picar al último que es donde por lo general se dejan reposar los alimentos crudos. También hace hincapié en ordenar con el filo hacia abajo todos los artículos punzocortantes para evitar cualquier tipo de accidente. El chef Thomas Keller asegura que tener una buena organización a la hora de lavar los platos de la cocina, incrementará nuestra eficiencia en tiempo y esfuerzo.
Error 12: Exceso y mala elección de detergente
Más jabón no es sinónimo de más limpieza, al contrario, si exageras en la cantidad de detergente, puedes dejar residuos difíciles de notar a la vista, pero que sí se impregnan en los alimentos. Usar un mal jabón hará necesaria una mayor inversión de esfuerzo y tiempo. “Elija marcas que se centren en el poder de limpieza, en lugar de cosas como aromas o lociones que puedan agregarse”, sugieren los expertos. Un truco de expertas en el hogar (nuestras mamás y abuelas) es agregar gotas de limón al detergente para eliminar los malos olores de los utensilios y ayudar a su completa desinfección.
Un buen detergente seguirá funcionando aunque se rebaje con un poco de agua; lo recomendable es buscar detergentes especializados para lavar los trastes que contengan dodecilsulfato sódico, un componente que ayuda a generar más espuma, por lo que por cada bol o taza de agua solo deben agregarse unas cuantas gotas de jabón, así afectarás menos a tus manos y también contaminarás mucho menos.
Error 13: El grave desperdicio de agua
Quizás este error sea el más grave y el que más urge corregir. No tener una buena rutina de lavado provoca un desperdicio descomunal de litros de agua limpia que termina contaminada en el drenaje. La clave para ahorrar tanta agua como sea posible está en seguir cada uno de los consejos anteriores: No mezclar, organizar y escoger un buen detergente.
Puedes crear una rutina para enjabonar todo lo que haya en el fregadero mientras está cerrada la llave de agua, y después enjuagar rápidamente todos los utensilios de una sola vez. Thomas Keller hace énfasis en que “la práctica hace al maestro”: crear una rutina o ritual hará que nos volvamos profesionales en la materia y hagamos las cosas de forma automática. Usar agua caliente también ayudará a que la grasa adherida se desprenda más fácil, rápido, y con menos cantidad de agua.
¿Cuál es el orden en el que se lavan los trastes en tu casa? ¿Conoces otro truco que te facilite la vida cuando haces esta tarea?