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15 Cosas que no tiene ningún sentido seguir guardando

Seguro les ha pasado que quieren guardar alguna nueva bolsa o zapatos y ya no encuentran ningún espacio disponible. Es solo entonces cuando notamos la cantidad de cosas que no necesitamos y que quizá ni utilizamos. Para crear un ambiente más ordenado y acogedor, hay que hacer una limpieza profunda y deshacernos de todo aquello que ya ni sabemos por qué continuamos conservando.

1. Electrónicos que ya no usas

Si tienes electrónicos que solo están acumulando polvo en una esquina de tu casa, pero todavía funcionan, lo mejor es donarlos o regalarlos. Por otro lado, si ya no sirven, puedes buscar en tu ciudad un centro de reciclaje de aparatos electrónicos.

2. Cucharas y tenedores viejos

Un montón de cucharas y tenedores viejos de aluminio o de acero guardados en un vaso igual de viejo. Ya no recordamos el origen de cada uno de ellos. Quizás algunos se quedaron después de la inauguración de una casa nueva hace 15 años, y otros fueron comprados para los viajes a la naturaleza.

3. Candelabros de recuerdo

Candelabros de porcelana o de metal diseñados para velas personalizadas. Se ven hermosos en el escaparate y el primer día después de la compra. Con el tiempo, este elemento decorativo se convierte en otro recolector de polvo.

4. Cajas de cartón de electrodomésticos

Cada vez que desempacamos electrodomésticos nuevos, decimos: “No hay que tirar la caja mientras la garantía esté vigente”. Pero varios años después, esas cajas siguen en el mismo lugar. En el mejor de los casos, la caja está cuidadosamente desmontada y doblada en forma plana, y en el peor de los casos, se utiliza como soporte para artículos planchados.

5. Zapatos viejos

Muchas veces tenemos todo un arsenal de zapatos que se han usado durante años y que definitivamente nunca se volverán a usar. Lo entendemos perfectamente, pero una voz interior cada vez nos persuade de mover todo esto al rincón más alejado del armario o del balcón en lugar de tirarlo.

6. Frascos de vidrio

Cuando terminamos de comer una mermelada, lavamos bien el frasco y lo colocamos en el rincón más alejado del estante. Y cada vez tenemos la esperanza de que nos será útil para algo en el futuro. Y ya llevamos toda una docena de esos frascos acumulados. Es mejor deshacerse de este stock o regalarlo a los vecinos.

7. Rollos de papel tapiz después de una renovación

La reparación es siempre un proceso largo y laborioso después del cual queda una gran cantidad de materiales sin usar. Intentamos comprar papel tapiz con un poco de margen para que alcance con seguridad. A menudo, después de pegarlo a las paredes, quedan rollos enteros, que ocupan mucho espacio.

8. Tabla de planchar vieja

Hay una tabla de planchar heredada de generaciones anteriores detrás de la puerta del dormitorio o en el balcón. La tela deshilachada y las patas inestables ya no permiten usarla cómodamente. Pero no nos atrevemos a tirarla, ya que nuestra madre solía planchar la ropa en esa misma tabla.

9. Frascos de perfume vacíos

El agradable aroma de un perfume nuevo siempre levanta el ánimo, y el frasco de forma inusual es agradable a la vista. Pero ya hay bastantes frascos de este tipo en el estante y no hay suficiente espacio para ellos. En tales situaciones, la forma más fácil de solucionar la situación es enviarlos a la basura en lugar de tratar de colocarlos prolijamente en los estantes.

10. Souvenirs chinos

Recuerdos exóticos de origen chino. Los compramos con ojos brillantes y deleite infantil, pero después de un par de semanas, simplemente dejamos de notarlos. Ahora, durante la limpieza, hay que desempolvar estos objetos o moverlos de un lugar a otro.

11. Envases de plástico viejos y sin tapa

Si tus envases de plástico están rayados, deformados, incompletos o huelen mal, es hora de deshacerte de ellos. Además de ocupar espacio, usar envases dañados para guardar o recalentar comida, puede ser perjudicial para tu salud.

12. Periódicos y revistas

Las numerosas revistas sobre belleza y diseño del interior del hogar, una montaña de periódicos con información que alguna vez consideramos interesante, todo esto se acumula gradualmente en el balcón o debajo de la cama. Lo más probable es que solo uses un par de páginas de este montón para meterlas en tus zapatos mojados.

13. Adornos de cerámica

Es muy común que las abuelas tengan muñecos de cerámica que a veces terminamos heredando. A menos a que no representen un valor sentimental y no vayan con la decoración de tu hogar, puedes pensar en venderlos o regalarlos. Así das espacio a otro tipo de ornamentos que vayan más con tu estilo y el de tu espacio.

14. Otra bolsa con bolsas

Sí, sí, precisamente “otra”. Día a día, la cantidad de productos de plástico aumenta y llega el momento en que hay que guardarlos uno dentro del otro. Y esto se convierte en un círculo vicioso. Al hacer una compra, escuchamos el habitual: “¿Quiere una bolsa?”. Y cada vez que eso pasa, pensamos en el montón que se encuentra en algún lugar de la casa, ocupando espacio.

15. Bisutería que ya no usas

Depurar tus joyas no solo te dará espacio para guardar nuevas, también hará que utilices las que ya tenías pero que quizá ya ni te acordabas que estaban ahí. Para hacerlo, primero saca todas tus joyas, luego sepáralas por grupos: las que sí vas usar, las que tal vez usarías y las que ya no quieres usar. Si te cuesta decidir de cuáles debes o no deshacerte, pregúntate cuándo fue la última vez que te las pusiste, si tiene algún daño reparable o no y si tiene algún valor sentimental. Como alternativa, puedes regalarlas, venderlas o donarlas dependiendo el estado en el que se encuentren.

¿Cuáles son los objetos que más guardas? ¿De cuáles crees que ya deberías deshacerte pero que por alguna razón no puedes?

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