11 Cosas que es mejor evitar si quieres dormir cada noche como un bebé
En la actualidad llevamos un ritmo de vida que privilegia la productividad por encima del reposo. Quizá por eso los problemas de sueño se han incrementado en más del 30 % en los últimos 10 años, afectando profundamente la calidad de vida de las personas. Además, para dormir bien hay que considerar muchos factores, desde la cantidad de luz hasta la almohada y el colchón que usamos. Es fundamental que le demos al sueño la importancia que se merece y que hagamos todo lo que esté en nuestras manos para dormir mejor.
Por eso, en Bella y Genial hicimos esta compilación de cosas que suele haber en los dormitorios y que quizá no deberíamos tener allí, muebles o accesorios incorrectos y hábitos que podemos cambiar para disfrutar de una mejor calidad de sueño.
1. Colchón seleccionado incorrectamente
Es muy común escuchar que nuestro colchón es sumamente importante, pues ahí pasamos un tercio de nuestra vida. Y esto es cierto, pero no es el único motivo por el cual, en este caso, debemos privilegiar la calidad por encima del precio u otros factores. Está comprobado que dormir en un colchón firme y con soporte promueve una adecuada alineación de la columna y, por lo tanto, ayuda a reducir dolores crónicos.
Por otro lado, un colchón de calidad y en buen estado propicia un sueño más profundo y reparador; además, puede ayudar en problemas como la apnea del sueño. Lo mejor es que, aunque al inicio parezca un gasto fuerte, te durará muchos años, y estarás haciendo lo mejor por tu salud, tanto física como mental.
2. Ropa de cama incorrecta
Se cree que el algodón es un buen material para la ropa de cama, e incluso se lo asocia con la pureza y la naturalidad. Pero específicamente para dormir, esta no es la mejor opción. El algodón absorbe muy activamente el sudor y las secreciones grasas de la piel y el cabello, por lo que requiere un cuidado más delicado y un lavado frecuente. Además, tarda en secarse, lo que significa que si una persona suda mientras duerme, la ropa de cama absorberá el sudor y quedará mojada.
La ropa de cama de seda es una buena alternativa. Tiene buena conductividad térmica, lo que significa que no hará calor debajo de ella en verano, pero sí lo conservará en invierno. Este material no provoca alergias, resiste con éxito los ácaros del polvo y absorbe menos humedad. También tiene un efecto positivo en el estado de la piel y el cabello. Tal ropa de cama, a pesar de su elevado costo, es de alta calidad y dura mucho tiempo.
3. Almohada vieja
En general, las almohadas deben cambiarse cada año y medio. Las viscoelásticas duran más, hasta 3 años. Pero en caso de usar una que tiene entre 5 y 6 años, el cuerpo no recibirá el apoyo necesario y el sueño no será tan cómodo.
Para verificar si es hora de cambiarla, hay que retirar la funda y mirar de cerca. ¿Hay manchas de sudor? ¿Está rota o huele mal? La almohada junta células muertas de la piel, moho, ácaros y hongos. Con el tiempo, hasta la mitad de su peso puede estar compuesto por estos elementos indeseables. Y ellos, a su vez, pueden causar alergias y emanar olores capaces de intervenir con un buen sueño.
4. Varias fuentes de aromas
Existen aromas que tienen un efecto relajante sobre el sistema nervioso y ayudan a conciliar el sueño. Por eso, a veces en los dormitorios se pueden encontrar velas aromáticas y otros aromatizadores. Pero si las fragancias resultan ser demasiado fuertes, el efecto será nulo. Además, es mejor no usar varias fuentes diferentes a la vez. Para tener la posibilidad de variar, se pueden cambiar los aromas de vez en cuando, pero no usarlos todos juntos.
5. Almohada seleccionada incorrectamente
Elegir la almohada perfecta es un proceso individual. Pero este tiene varios criterios. Las de plumas pueden causar alergias si el relleno no se ha limpiado lo suficiente. Las de plumas sintéticas pierden su forma más rápido y necesitan ser reemplazadas con mayor frecuencia. Las rellenas de lana son bastante duras, pero son hipoalergénicas, resistentes al moho y a los ácaros del polvo.
Las almohadas de espuma viscoelástica están ganando popularidad en estos días. La forma de una de este tipo se adapta individualmente a la estructura de los hombros, el cuello y la cabeza, y ayuda a descargar la columna vertebral. Pero también tienen un inconveniente: retienen el calor, lo que puede provocar molestias.
La altura de la almohada debe coincidir de tal forma que los hombros, el cuello y la cabeza estén alineados con la columna vertebral. Las almohadas demasiado altas o bajas pueden tener un impacto adicional en la columna vertebral y afectar la calidad del sueño. La funda debe ser exactamente del tamaño correcto, de lo contrario, quedará demasiado apretada, lo que puede aumentar considerablemente la densidad y la altura de la almohada.
6. Reloj mecánico
Los relojes mecánicos a veces son bastante ruidosos. Durante las actividades normales, puede que no escuchemos el “tictac” permanente, pero si tienes uno en tu habitación y te recuestas en silencio a tratar de conciliar el sueño, entonces el sonido constante puede ser molesto y solo interferir.
Los expertos en higiene del sueño aseguran que mientras menos ruidos haya en tu habitación al momento de irte a dormir, mejor. Por eso, si tienes un reloj en tu dormitorio (ya sea de pared o de mesa de noche), te recomendamos que lo saques a la sala o al comedor antes de acostarte. Verás que descansarás mejor y con mayor tranquilidad.
7. Demasiados muebles
Una habitación llena de cosas se vuelve más chiquita visualmente. Los muebles acumulan polvo y, por lo tanto, contribuyen a crear una impresión opresiva. Debido a esto, se deben evitar los que son innecesarios en el dormitorio. Cuantas menos cosas haya en el cuarto, mejor será el sueño.
8. Muchas plantas
Un exceso de plantas en el dormitorio también puede tener consecuencias negativas. Por un lado, producen oxígeno y absorben dióxido de carbono. Sin embargo, el polvo se acumula en sus hojas, lo que puede afectar negativamente la respiración durante el sueño. Además, algunas pueden agregar dióxido de carbono al aire, en lugar de absorberlo.
Tampoco es necesario rechazar las plantas por completo, pero hay que abordar la idea de manera responsable. Se debe dar preferencia a las que están acostumbradas a un clima árido, ya que al tener este tipo de fotosíntesis, absorben de manera más eficiente el dióxido de carbono. Las suculentas son una buena opción para el dormitorio, ya que absorben este compuesto por la noche.
9. Decoración demasiado llamativa
El propósito del dormitorio es que el cuerpo descanse, incluidos los ojos. Paredes excesivamente brillantes, muchas baratijas, cuadros con temas agresivos y una gran cantidad de pequeños detalles pueden irritar y actuar como un factor capaz de estimular el cerebro. Habría que acostumbrarse para poder conciliar el sueño y dormir lo suficiente en un entorno así. Una decoración tranquila, en cambio, es ideal para esto.
10. Desorden en el dormitorio
Un montón de cosas tiradas, ropa en la silla, desorden: todo esto puede causar irritación, estrés y, por lo tanto, interferir con el proceso de conciliar el sueño. Por eso conviene mantener el orden en el dormitorio. A veces, la causa del desorden visible puede ser un problema con la organización de las cosas. Esto debe analizarse bien. Las cajas con objetos que rara vez se usan se pueden guardar debajo de la cama para no tropezar con ellas constantemente.
11. Dispositivos
No se recomienda tener diferentes fuentes de radiación electromagnética cerca del lugar donde se duerme: teléfonos móviles, computadoras portátiles, televisores. Según algunos estudios, la radiación electromagnética a determinadas frecuencias puede afectar negativamente la producción de melatonina, la “hormona del sueño”.
¿Qué problemas has experimentado para conciliar el sueño? ¡Comparte este artículo con personas que sepas que tienen dificultades para dormir bien!