14 Formas en las que una misma contamina su hogar y cómo evitarlo
El hogar se ha convertido en nuestro sitio seguro, un refugio donde trabajamos, descansamos y, en general, pasamos la mayor parte de nuestros días. Por supuesto, deseamos que luzca y huela lo mejor posible, y para lograrlo usamos objetos que nos dan esa sensación de tranquilidad que tanto anhelamos. Sin embargo, algunos de estos pueden ser amenazas latentes para nuestra salud, incluso si no lo sabemos.
En Bella y Genial queremos compartirte algunas maneras en las que, sin querer, podemos estar contaminando nuestra casa. Además, incluimos soluciones para mantener nuestra residencia segura y limpia.
1. Zapatos
En estos tiempos salimos poco, pero siempre hay un pendiente que hacer fuera de casa. El problema aparece cuando entramos al hogar y no pensamos en quitarnos los zapatos. Esto implica que todas las bacterias que pudimos haber recogido en la calle comenzarán a esparcirse ahora por el interior de la residencia, por lo que más adelante podrían entrar en nuestro organismo.
Solución: una práctica saludable es tener zapatos “de interior”, calzado que solo usaremos dentro de casa. Si bien esto no sustituye lavarse las manos con frecuencia y limpiar el hogar, sí puede ayudar a reducir el número de gérmenes que damos entrada en él.
2. Chimeneas y hornos
Las chimeneas y hornos contaminan el aire dentro de la casa y generan múltiples bacterias, las cuales terminan por afectar las vías respiratorias. Según la inmunóloga Sheila Cain, el humo producido por estos lugares tan acogedores contiene partículas que entran en tus ojos y tus pulmones, lo que puede desencadenar alergias, irritación, tos y hasta bronquitis.
3. Colchones
El colchón es el equivalente a nuestro nido; sin embargo, nuestro lugar preferido para descansar también puede ser un foco de contaminación. Además de contener ciertos químicos retardantes del fuego, algunos estudios demuestran que los ácaros del polvo proliferan más fácilmente en las camas que son tendidas justo después de levantarse.
Solución: deja la cama sin hacer por unas horas diariamente. Esto permitirá que tus sábanas se aireen y eliminen la humedad de la que los ácaros se aprovechan. Además, los expertos recomiendan lavarlas semanalmente y desinfectar el colchón cada seis meses.
4. Alfombras
Las alfombras son un elemento que redondea cualquier espacio y lo vuelve acogedor. Sin embargo, estos objetos también pueden ser un elemento nocivo en el hogar, ya que son el lugar ideal para que se acumulen los ácaros del polvo, alérgenos de cucarachas, moho y polvo.
Solución: una forma fácil de proteger tu salud es elegir tapetes en lugar de alfombras, ya que puedes limpiarlos en el exterior. Y no hay que abusar de la aspiradora, que puede levantar más polvo del que recoge.
5. Ropa lavada en seco
Con los nuevos protocolos de salud, estamos lavando más ropa que nunca, y una manera rápida de hacerlo es enviarla a la tintorería. Sin embargo, recurrir seguido al servicio de lavado en seco puede resultar perjudicial para la salud. Durante ese proceso, se hace uso de una sustancia llamada tricloroetileno, también conocida como PERC, que es altamente nociva.
Solución: busca tintorerías que utilicen alternativas a este producto. Otra buena práctica es ventilar bien la ropa recién lavada antes de guardarla en el clóset.
6. Cepillo dental
Si bien el cepillo dental es un elemento indispensable para la higiene diaria, también puede convertirse en un acumulador de gérmenes y bacterias debido a su humedad constante, su permanencia en el baño y al paso del tiempo.
Solución: expertos recomiendan conservar el cepillo dental en un área ventilada, no en el baño, en posición vertical y sin cubierta, de manera que siempre esté seco para su siguiente uso, además de sustituirlo regularmente.
7. Productos de higiene personal
Está de moda incorporar productos naturales en la rutina de cuidado personal: cremas, pastas dentales, champús, jabones, desodorantes, gel para el cabello y más. Estos prometen iguales resultados que los artículos comerciales, pero sin tantas sustancias químicas.
Solución: integra en tu vida algunos productos naturales, pero ten en cuenta que su vida útil se reduce al no contener conservadores. Además, es conveniente conocer bien tu piel para saber qué artículos puedes incorporar de manera segura.
8. Aire acondicionado
El aire acondicionado es un “lujo” reciente en nuestros hogares, y la mayoría de las personas lo encienden y cierran todas las ventanas “para que el aire no se salga”. Pocos saben que este factor puede tener un impacto negativo sobre la pureza del aire del hogar, ya que, al estar en un espacio cerrado, respiramos una y otra vez aire que se ha ido contaminando.
Solución: es recomendable cambiar el filtro del aire acondicionado con frecuencia y limpiar sus demás componentes para eliminar el polvo y bacterias que suelen depositarse en ellos.
9. Cocina
Siempre nos han enseñado que la limpieza equivale a lavar las cosas. Sin embargo, en casos como el pollo crudo, esta acción podría ser contraproducente y hasta peligrosa, ya que al lavar la carne podríamos esparcir bacterias en nuestra cocina y provocar contaminación cruzada con otros alimentos o incluso ingerir patógenos.
Solución: en lugar de lavar el pollo antes de cocerlo, prueba secarlo con una toalla de papel. Procura también desinfectar la cocina después de cocinar.
10. Cosméticos
A todas nos gusta vernos bien incluso en las reuniones virtuales. No obstante, en muchas ocasiones se paga un precio alto por mostrar una imagen glamurosa, ya que algunos productos de belleza contienen sustancias químicas que pueden provocar enfermedades.
Solución: hay que detenernos a analizar los productos que aplicamos a nuestro rostro y cuerpo y elegir aquellos, naturales o químicos, cuya formulación sea la más adecuada para nuestra piel.
11. Ambientadores
Los inciensos y las velas aromáticas desprenden humo que, aunque impregna de un olor agradable nuestro hogar, también se cuela hacia nuestros pulmones y puede dañar nuestro organismo. Respirar los compuestos químicos de estos elementos puede desencadenar afecciones futuras, tales como el asma.
Solución: existen alternativas saludables para que el hogar huela bien, entre las que se encuentran los aceites esenciales y el popurrí de flores secas.
12. Mascotas
Tener un animalito en casa puede generar enormes beneficios a nuestra salud mental; sin embargo, también conlleva ciertos riesgos que debemos tomar en cuenta, ya que algunas especies pueden portar patógenos transmisibles al ser humano.
Solución: investiga bien antes de asumir la responsabilidad de tener una mascota. Elige la especie más adecuada para tu estilo de vida y el de tu familia, y desinfecta sus espacios y objetos con cloro de manera regular.
13. Toallas
Pocas cosas son más reconfortantes que salir de la ducha y secarse con una suave toalla, pero ¿sabías que este objeto suele guardar contaminantes? Al encontrarse siempre en el baño, las toallas están expuestas a la humedad, ácaros y microbios, además de acumular piel muerta, saliva y hasta materia fecal.
Solución: lo ideal en este caso es lavar tus toallas por lo menos una vez a la semana y, de ser posible, secarlas al aire libre.
14. Insecticidas y pesticidas
Una de las sorpresas más molestas es encontrar insectos en nuestros espacios; sin embargo, los productos industrializados suelen contener químicos agresivos que terminamos inhalando y, si bien no nos afectan directamente, pueden ocasionar un daño paulatino a nuestro organismo.
Solución: hoy en día existen varias alternativas poco contaminantes para controlar las plagas del jardín y el hogar.
Bono: Consejos para que tu hogar siga siendo tu fortaleza
- Ventilar lo más posible todas las áreas de la casa.
- Evitar acumular basura.
- Limpiar el polvo con paños húmedos o aspiradora.
- Hacer de las plantas tus aliadas para purificar el aire dentro de la casa.
Cuéntanos, ¿qué otras medidas tomas para proteger tu hogar? ¿Qué otras acciones que hacemos sin querer crees que perjudican el ambiente?