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Las 5 reglas para ser feliz de Audrey Hepburn

El bienestar mental es algo tan importante como el bienestar físico. Sin embargo, a veces no le damos la importancia adecuada o no la cuidamos como deberíamos. Pero, a veces, no se necesita de mucho para conseguirlo, tan solo seguir unos pequeños pasos pueden ayudarnos a sentir mejor. La actriz Audrey Hepburn lo sabía y, por eso, tenía unas cuantas reglas para alcanzar el camino de la felicidad. Nosotras tomamos nota y te las compartimos en este artículo.

Audrey Hepburn nació el 4 de mayo de 1929 en la ciudad de Bruselas, Bélgica, en el seno de una familia de la aristocracia holandesa, los Van Heemstra. Su abuelo era un barón cercano a la Corte y su padre, Joseph Victor Henry Ruston, era banquero. Su madre, de origen holandés, era aristócrata. Audrey fue bautizada con el nombre de Edda Kathleen Van Heemstra Hepburn-Ruston.

Audrey vivió en Holanda hasta los diez años. En 1939, sus padres se separaron y se fueron a vivir a Londres. Allí comenzó a estudiar danza y arte dramático en la escuela Marie Rambert. Durante los difíciles años de la Segunda Guerra Mundial, viajó a Holanda y después a Inglaterra, donde comenzó a trabajar como modelo infantil.

En 1952, William Wyler, director de cine, le ofreció a Audrey Hepburn el coprotagonismo en una excelente comedia: Vacaciones en Roma (1953), donde compartió cartel con el consagrado Gregory Peck. Por su papel en esta película, Hepburn ganó el Oscar a la mejor actriz. A partir de entonces, su vida cambió radicalmente: había nacido una nueva estrella de cine. Desde ese momento, comenzó a grabar varias películas que la convirtieron en un ícono, como Desayuno con diamantes (1961), Sola en la oscuridad (1967), Historia de una monja (1959), Sabrina (1954) y Charada (1963).

Audrey se casó 2 veces; primero con Mel Ferrer y después con Andrea Dotti. De estos matrimonios nacieron sus únicos dos hijos: Sean y Luca. Su última actuación fue con Steven Spielberg, en la película Siempre (1989).

De Audrey Hepburn, aprendimos varias cosas sobre el bienestar mental y emocional. Además, nos dejó un legado de frases y aprendizajes hermosos relacionados con el ámbito emocional. Una de sus frases más inspiradoras dice así: “Piensa en rosa. Creo que reírse es la mejor manera de quemar calorías. Creo en los besos, en besar mucho. Creo en ser fuerte cuando todo parece ir mal. Y creo que las chicas felices son las más bellas. Creo que mañana es otro día y creo en los milagros”. En tan solo unas líneas, la actriz pudo resumir parte de la esencia de la paz mental. A continuación, repasamos algunos de los mejores consejos de bienestar que Audrey nos compartió.

1. No pierdas la emoción

Ahora se habla con mucho ahínco sobre la importancia de entrenar la positividad, algo que Audrey Hepburn trabajó durante toda su vida. De hecho, aprendió a ser positiva incluso cuando las circunstancias no se lo pusieron fácil, pues era bien sabido que la actriz pasó por varios problemas de salud como la desnutrición y la depresión.

Sin embargo, a pesar de los malos momentos, logró aferrarse a la esperanza. Su hijo, Luca Dotti, contó que ella tenía una perspectiva positiva. Solía ser ingenua como una niña, y que cada vez que encontraba algo nuevo, iba al mercado o encontraba una nueva receta, se emocionaba como una niña pequeña. Buscar emociones en los pequeños placeres de la vida también es cuidar la salud mental. Incluso, ver imágenes graciosas de animalitos (uno, dos) siempre puede darte una gran dosis de alegría.

2. Piensa en otros

Ya hemos hablado de cómo la solidaridad también es una manera de cuidar el bienestar propio y ajeno. Según la psicóloga Pilar Guerra Escudero: “el acto de dar nos lleva a un lugar de descanso mental, porque el esfuerzo por estar para otros nos aleja de momentos de bloqueo emocional en los que nos enredamos y obsesionamos con el pasado, presente y futuro de manera ansiosa y con angustia anticipatoria. Las acciones de cuidado y responsabilidad hacia las personas que nos rodean nos brindan una sensación psicológica de tranquilidad y serenidad”. Audrey fue siempre muy solidaria y afirmaba que “los demás van antes que uno mismo”, una ética en la que fue educada. La actriz, quien vivió la Segunda Guerra Mundial en su niñez, se involucró en las tareas del Programa de las Naciones Unidas para el Socorro y la Ayuda desde muy joven.

Hacer cosas desinteresadas por los demás o tener pequeños o grandes gestos de bondad, puede darte mucha gratificación.

3. Aprende a gustar más de ti misma

Donald Spoto, el autor de Audrey Hepburn: la biografía, menciona varias veces la inseguridad que sentía la actriz, a pesar de tener una gran disciplina, capacidad de trabajo y dedicación hacia los demás. Pero no solo él, también su hijo, Luca Dotti, ha hablado de la inseguridad de Audrey. Incluso, menciona que la actriz no se sentía para nada atractiva: “Ella pensó que tenía una nariz grande y pies grandes, y que era demasiado delgada y no tenía suficiente pecho. Se miraba en el espejo y decía: ’No entiendo por qué la gente me ve tan hermosa’.” Aunque también menciona que el envejecimiento nunca asustó a su madre. Al contrario, ella estaba feliz de hacerlo y creía que lo más importante de una persona se encontraba en el corazón.

Sin embargo, una vez Hepburn recordó cómo Cary Grant le hizo reflexionar sobre la importancia de trabajar en esa inseguridad. Fue así que, durante una pausa en el rodaje de Charade, Grant tomó las manos de Hepburn entre las suyas y le dijo: “Debes aprender a quererte un poco más”.

Algunas famosas nos enseñan a amarnos a nosotras mismas y a aceptar nuestros cuerpos, contándonos sus propias luchas y dándonos ejemplos de fortaleza.

4. Hazte amiga de la soledad

Según la psicología, la soledad es beneficiosa cuando es voluntaria y temporal. De esta manera, te permite reflexionar con calma, conocerte, descubrir fortalezas y mejorar actitudes. No hay que dejar, sin embargo, que se apodere de nuestra vida y aislarse continuadamente no es conveniente por la salud mental. Hepburn también mencionó algo al respecto en una entrevista con la revista LIFE, en 1992, que fue publicada en un documental sobre su vida: “Estaría muy contenta si pudiera pasar desde el sábado por la noche hasta el lunes por la mañana sola en mi apartamento. Así recargo energías”.

5. Sé lo que comes

Audrey Hepburn tenía un cuerpo menudo, medía un metro setenta y pesaba 55 kilos, según cuenta Donald Spoto en su libro. A pesar de esto, disfrutaba cocinando para los demás y comiendo dos de sus comidas favoritas: pasta y chocolate. Audrey nunca se saltaba el desayuno, comía de todo, aunque priorizaba el consumo de cereales, verduras y frutas, y disfrutaba haciéndolo.

Audrey sabía que somos lo que comemos, y comer un poco de chocolate cada tarde era otra forma de ser un poco más feliz. Además, ¿a quién no le gusta el chocolate?

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