Bella y Genial
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Qué son los granitos blancos que aparecen cerca de los ojos y por qué no deberías quitarlos tú misma

Atentas a cualquier cambio en nuestro cuerpo, sucede que de repente aparecen unos granitos blancos en la zona de los pómulos y alrededor de los ojos, que solemos confundir con espinillas. Sin embargo, su composición es diferente, y también deberían ser tratados de otra manera.

En Bella y Genial somos amigas de los cuidados de belleza que van de la mano con la salud, por eso averiguamos qué son realmente estos puntos blancos y por qué no es buena idea manipularlos tú misma. Recuerda que, ante cualquier duda, lo mejor es consultar con un especialista.

Qué son

Quizá el nombre no te suene familiar, pero los puntos blancos de los que hablamos son en realidad quistes miliares, y cuando estos aparecen en grupo se les llama milia. Estas pequeñas lesiones ocurren en personas de cualquier etnia o edad, aunque son especialmente comunes en recién nacidos.

Estas formaciones suceden cuando la queratina (una proteína) queda atrapada debajo de la piel (dermis). Son blancas o amarillentas y de 1 a 2 milímetros de diámetro. De hecho, ocurren en hasta el 50 % de los recién nacidos, y aparecen con mayor frecuencia en la frente, mejillas, nariz y mentón, pero también pueden presentarse en la parte superior del tronco y las extremidades.

Por lo general, estas protuberancias no causan dolor, pero hay quienes pueden presentar enrojecimiento e irritación provocados por el roce con telas ásperas.

Qué los causa

En el caso de los bebés, la causa de la milia es desconocida, pues incluso pueden nacer con ella. Mientras que en los adultos, normalmente se asocia con algún daño previo en la piel que puede ser:

  • Heridas con ampollas
  • Quemaduras
  • Daño solar a largo plazo
  • Uso prolongado de cremas con esteroides
  • Procedimientos como dermoabrasión o rejuvenecimiento láser de la piel
  • Pérdida de la capacidad natural de la piel para exfoliarse (debido al envejecimiento)

Por qué no deberías quitártelos tú misma

Aunque tengas mucha tentación de extraerlos, evítalo, pues de otra manera podrías lastimarte la piel, producir heridas, inflamación y llevar bacterias a esa zona, provocando una infección. Si bien por su color parece que están en la superficie, no es así. En realidad están dentro de la piel, y no lograrás acceder a ellos sin lesionarla.

Aunque no es necesario tratarlos médicamente, hay quienes prefieren eliminarlos por motivos estéticos. En estos casos, un dermatólogo puede ayudar con un procedimiento sencillo que no requiere anestesia y se realiza con una aguja estéril. También es posible utilizar otro tipo de tratamientos.

Cómo eliminarlos

En gran parte de los casos, la milia no es grave y desaparecerá por sí sola en cuestión de algunos meses. Aunque no existe un tratamiento específico para eliminarla, sí hay algunos cuidados que pueden ayudar, tanto a prevenirla como a promover su desaparición más rápidamente:

  • Limpia la zona afectada a diario con un jabón suave
  • Utiliza vapor para abrir los poros
  • Exfolia la piel 2 o 3 veces por semana
  • Evita la exposición excesiva al sol y usa protector solar
  • Evita cremas espesas o productos a base de aceite
  • Opta por retinoides tópicos (cremas o geles derivados de la vitamina A)

¿Has logrado ocultar o disminuir la aparición de estos puntitos? ¿Qué tratamiento utilizaste?

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