10 Detalles que te ayudarán a identificar si tu hijo tiene alma vieja
¿Alguna vez has conocido personas muy jóvenes que actúan como si fueran mayores? Sus gustos, su sabiduría y comportamientos, parecen de alguien con muchos años de experiencia a pesar de su corta vida. Algunos niños presentan estas características desde temprana edad, por lo que sus compañeros podrían llegar a tomarlos como “raros”. Pero en realidad, podría tratarse de pequeños con almas viejas. Sigue leyendo para descubrir si tu hijo, o alguien que conoces, también lo es.
1. Tienden a tener pocas amistades, pero son muy valiosas
Un niño con alma antigua verá a través de cualquier aspecto o prejuicio. Cuando forman conexiones, son realmente sinceras y duraderas. A ellos no les importa qué tienes o cómo te ves, se fijan en quién eres realmente.
2. Suelen tener una relación única con sus padres
Los niños de alma antigua se saltan gran parte de su niñez y buscan identificarse contigo en comportamientos de adulto, como querer ayudar con las labores de la casa, entender las finanzas y manejar problemas difíciles. Criar a un niño así puede ser confuso al inicio, pero esto logra que su relación sea como ninguna otra. Aprenderás tanto de ellos como ellos de ti, y siempre estarán para ti.
3. Algunos no se interesan en tener muchos juguetes o cosas nuevas
Un alma antigua es una persona muy poco materialista, sin mucho interés en obtener la nueva tecnología o la ropa de moda. Les gusta sacarle el máximo provecho a lo que ya tienen y viven más en sus experiencias. ¡La creatividad no tiene límites!
4. Comúnmente son increíblemente sabios
No importa su edad, te va a sorprender lo sabios que son. Ya que tienen una madurez enorme, no pararán de impresionarte con su gran inteligencia emocional y entendimiento sobre situaciones o problemas que no pensarías van de acuerdo a su niñez.
5. Pueden disfrutar más el pasar tiempo solos
Ya que viven en su propio mundo, los niños con alma antigua tienden a disfrutar todos y cada uno de los momentos que pasan consigo mismos. Vivir en constante interacción con otras personas les puede resultar cansado, por lo que hacen espacio para explorar y disfrutar sus intereses a su propia manera.
6. Gran parte de las veces, siguen a su corazón
Los niños con almas antiguas son increíblemente empáticos. Entienden de una manera muy especial a los demás, sin juzgar. Saben escuchar, son honestos y siempre están dispuestos a ofrecer su mano a cualquier persona. Al convivir con un niño de alma antigua, podrás notar que todas las acciones y decisiones que toma están hechas con una combinación perfecta entre su mente y su gran corazón.
7. Suelen ser supercuriosos
A pesar de que ya son bastante inteligentes para su edad, para un niño con alma antigua esto nunca será suficiente. Los vas a encontrar constantemente leyendo, investigando y aprendiendo de todo aquello a su al rededor.
8. Normalmente no encajan con los demás niños
Los niños identificados como almas antiguas también se pueden clasificar como pseudomaduros. Este es un término que identifica a niños jóvenes o adolescentes que actúan, piensan y se comportan de una manera más madura que sus compañeros, dificultándoles identificarse y formar lazos con niños de su mismo grado. Normalmente, los encuentras formando amistades con personas mayores.
9. Usualmente ven un mayor panorama
Los niños con alma antigua ven cualquier situación o relación a grandes rasgos, entienden que hay situaciones que se pueden salir del control de uno y es menos probable que se alteren o estresen demasiado. Tampoco suelen sorprenderse o enojarse fácilmente.
10. Muchos tienen una personalidad única
A pesar de que normalmente los encuentras envueltos en su propio mundo y son niños muy confiados en sí mismos, también son increíblemente empáticos. Saben escuchar y entender a las demás personas, y siempre están dispuestos a ofrecer su mano a cualquiera.
¿Tú te consideras más un alma vieja o joven? ¿Por qué?