8 Errores de crianza que hasta los mejores padres suelen cometer
¿Sabías que las expectativas de género pueden limitar a tus hijos? Aunque vivimos en una sociedad moderna, todavía existen tradiciones que dictan cómo deben comportarse los niños según su género, lo que puede impedirles explorar todo su potencial. Descubre cómo puedes romper con estos estereotipos limitantes y ayudar a tus hijos a florecer en este artículo.
Los consejos de familiares sobre la crianza nunca faltan, y aunque a nosotros nos educaron de una manera, puede que tener la misma expectativa para el desarrollo de nuestro hijo no sea lo mejor. Así, te presentamos los típicos errores que hasta los mejores padres suelen cometer y que los psicólogos recomiendan dejar de hacer.
1. Obligar a tu hijo a abrazar o besar a los abuelos
Es comprensible que los parientes mayores sientan una gran emoción al abrazar y besar a su nieto. Sin embargo, no podemos olvidar cómo nos sentíamos cuando éramos niños: a la mayoría de los pequeños no les gusta recibir tanta muestra de afecto por parte de los ancianos. Es importante recordar que los niños necesitan aprender a desarrollar sus propias relaciones y establecer límites saludables en cuanto a su espacio personal.
En este sentido, es fundamental no obligar al niño a hacer algo que no desea. Aunque pueda parecer inofensivo, forzar a un niño a abrazar o besar a un adulto puede hacerle sentir incómodo y desconectado de sus propios sentimientos. Además, según los psicólogos, esto puede generar una idea equivocada en cuanto a los límites personales del niño, lo que a su vez puede hacerle creer que debe complacer a los demás, aunque esto signifique ir en contra de sus propios deseos o necesidades.
En lugar de obligar al niño a dar muestras de afecto, es importante enseñarle a comunicarse de forma clara y respetuosa. Por ejemplo, si el niño no desea dar un abrazo, se le puede animar a decir “gracias, pero prefiero no abrazar ahora mismo”. De esta forma, el niño aprende a establecer límites saludables y a comunicarse de forma efectiva con los demás.
2. Incitarlo a que sea agresivo
No se debe enseñar al niño a resolver cualquier situación conflictiva mediante la violencia. Sin embargo, algunos padres creen lo contrario, alentando a sus hijos a agredir a cualquiera que se haya comportado de manera insultante: por ejemplo, que se burló de su nombre, tomó su juguete sin pedir permiso, o se negó a ser su amigo. “Defenderse” no siempre implica “atacar inmediatamente”.
3. Decirle que todas las situaciones deben resolverse estrictamente con el diálogo
Por otra parte, los psicólogos afirman que el ser humano aún no está preparado para renunciar completamente a la agresión. Esta es una respuesta natural de defensa que, en ciertas circunstancias, se convierte en la única opción. Por ejemplo, si uno de los compañeros del niño actúa de manera muy violenta y no hay forma de evitar una pelea. En tales casos, es extremadamente importante que el niño sepa cómo defenderse, ya que tratar de solucionar el conflicto mediante el diálogo puede hacer que se sienta humillado.
De hecho, es esencial enseñar al niño a demostrar que está listo para contraatacar en caso de una pelea, pero sin tener intenciones de comenzar la misma. De esta manera, el niño no mostrará temor hacia su oponente y sabrá cómo protegerse de ser necesario.
4. Llamarle “novia” a cualquier amiga que tenga
Las madres y abuelas a menudo consideran que es una actitud positiva cuando una niña juega con sus hijos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas bromas pueden ser percibidas de manera diferente por los niños y niñas involucrados. Mientras que los adultos no tienen intenciones maliciosas, puede que no se den cuenta de que sus comentarios pueden afectar la forma en que los niños perciben las relaciones de amistad entre géneros.
De hecho, si estos comentarios se vuelven constantes, el niño puede llegar a desarrollar una actitud cautelosa hacia las relaciones amistosas con mujeres. Esto puede llevar a pensar que no se pueden tener amigas mujeres o simplemente pasar un buen rato juntos sin que se asuma que hay una intención romántica. Por lo tanto, es importante ser conscientes de cómo nuestras palabras pueden afectar la forma en que los niños perciben las relaciones de amistad y ser cuidadosos al hacer comentarios que puedan ser malinterpretados.
5. Ponerle la mejor ropa que tiene para salir a la calle
La tarea principal de un paseo es permitir que el niño exprese todas sus emociones, estire sus piernas, satisfaga su curiosidad y respire aire fresco. Por supuesto, es posible respirar mientras se está sentado en un banco o caminando tranquilamente por los senderos del parque, pero estos primeros tres puntos apenas contribuirán a mantener su ropa limpia.
Por esta razón, al considerar lo que dirán otras madres sobre la apariencia de tu hijo, también es importante recordar sus necesidades. Es mejor ponerle prendas usadas y dejar que juegue en la tierra, atrape insectos, juegue con la pelota, se acueste sobre la hierba y se deslice por un tobogán (incluso si deja rastros de óxido en sus pantalones cortos), en lugar de vestirlo como un dandi y privarlo de todos los placeres de la infancia.
6. Obligarlo a ser un “caballero”
Intentar educar a un verdadero caballero a cualquier costo, ignorando sus necesidades personales, deseos e incluso su sentido de la justicia, puede resultar difícil para un niño entender por qué una persona de un género tiene una ventaja sobre otra. Esto es especialmente cierto cuando los niños y niñas en edad preescolar, en la mayoría de los casos, tienen características físicas similares.
7. Pensar que hay que destetar a los hijos de manera temprana
A menudo, aquellos preocupados por la salud mental de los niños recomiendan que las madres comiencen a destetarlos tan pronto como empiezan a caminar. Se dice que a partir de entonces, los niños comienzan a comprender todo y que si sigues amamantándolos, pueden convertirse en hombres obsesionados con el cuerpo femenino. En realidad, esta teoría no tiene respaldo científico. Por otro lado, hay muchos estudios que confirman que la lactancia materna es extremadamente beneficiosa para los bebés, y no hay nada vergonzoso en continuarla después de que el niño cumpla los 2 años, independientemente de si es niña o niño.
8. Recalcarle a tu hijo que los niños no lloran y compararlo con las niñas
La conducta de los padres descrita es peligrosa por varias razones importantes.
- En primer lugar, esta actitud de los padres limita emocionalmente al niño, haciéndolo sentir que debe ocultar las emociones naturales que experimenta.
- En segundo lugar, genera una idea errónea en el niño acerca de sí mismo y de los demás. Al pensar “si los chicos no lloran, pero yo lloro, entonces algo está mal conmigo”, se siente diferente y puede incluso llegar a bajar su autoestima.
- En tercer lugar, al decir de manera condenatoria “te comportas como una niña”, se inculca en el niño la idea de que ser mujer es vergonzoso y que el género femenino es inferior al masculino. En una época en que todos luchan incansablemente contra el sexismo, tales creencias pueden ser perjudiciales para el desarrollo de tu hijo.