Padre con síndrome de Down inspira a su hijo a convertirse en doctor, demostrando que el amor todo lo puede
Cuando se trata de las personas con síndrome de Down, existen ideas obsoletas y erróneas que desafortunadamente son muy comunes, como que no pueden tener hijos, que no pueden ser independientes o que no pueden conseguir trabajo. Las mujeres pueden concebir sin problemas, y aunque es más complicado, los hombres también pueden ser padres. Por otro lado, también se ha demostrado que son capaces de mantener un trabajo y de vivir de manera independiente, con asistencia limitada.
En Bella y Genial queremos compartir contigo la historia de la familia de Jad Issa, un hombre sirio con síndrome de Down que se casó, tuvo un hijo con su esposa y lo crio hasta que se convirtió en dentista.
Se esforzó para que su hijo tuviera el mejor futuro posible
Jad tenía grandes sueños para su hijo, por lo que, trabajando en un molino de trigo, empezó a ahorrar dinero para su universidad. Sader platicó que su padre hizo todo lo posible para mantener a su familia, y que ese arduo trabajo y el compromiso por brindarle el mejor futuro lo impulsaron no solo a estudiar y a convertirse en médico, sino a ser mejor persona. “Creo que me habría sentido mucho menos emocionado por la vida y mucho menos apasionado por lo que hago si no hubiera tenido a mi padre”, escribió bajo una foto con él que publicó.
Un papá que le dio a su hijo todo el amor del mundo
Cuando Sader nació, fue bienvenido y mimado en la familia, como cualquier otro niño. Él recuerda haberse sentido muy amado cuando era pequeño, y que su padre pasaba tiempo con él luchando con los pulgares y jugando a otros juegos. Está seguro de que cualquier niño que nazca con un padre con síndrome de Down tendrá todo el cariño y la ternura que alguien pueda ofrecer.
Sader nos platicó que su padre quiere y trata bien a todos, por lo que él a su vez es querido y respetado por la comunidad local, quien apoyó a la familia y la aceptó tal como era.
Está profundamente orgulloso de su hijo
Sader ahora es dentista, una de las carreras mejor pagadas de Siria, y la felicidad de Jad no tiene límites. Desde que estaba estudiando, Jad lo presentaba a sus nuevos conocidos diciendo: “Mi hijo es médico”, con un brillo de orgullo y felicidad en los ojos.
Sader le da el crédito de su éxito a su padre, y admite que está muy orgulloso, al igual que su papá de él. A este dúo inspirador le encanta ver películas en su tiempo libre.
La familia es la prueba de que los estereotipos deben romperse
Hablando de la relación que comparten sus padres, Sader nos dijo que a pesar de estar juntos desde hace más de 21 años, el amor entre su mamá y su papá sigue siendo como si se hubieran casado ayer. Tienen una vida llena de cariño, simplicidad y humildad. Les encanta salir a caminar juntos y, a veces, simplemente se sientan y charlan durante horas.
Sader se siente inspirado por su padre y dedica esfuerzos a tratar de cambiar la mirada que tenemos hacia las personas con síndrome de Down, contando su historia en entrevistas y concientizando mediante sus redes sociales.
¿Qué fue lo que más te inspiró de la historia de Jad y Sader? ¿Sabes de alguien a quien le encantaría conocerla?