12 Detalles que no se suelen tomar en cuenta al usar un traje de baño
Muchas de nosotras amamos darnos un chapuzón en el mar o la piscina, y lo común es deleitarnos con ello en época de vacaciones. Pero, sin duda, para disfrutarlo plenamente, hace falta contar con la vestimenta adecuada y tener en cuenta algunos tips sencillos para lucirla de la mejor manera.
1. No fijarse en la calidad
Si está de moda, lo compras sin importar su calidad: otra de las equivocaciones que cometemos y que puede acabar dejándonos insatisfechos con nuestra compra. Los trajes de baño deben resistir el sol, la sal del mar, el cloro de la piscina y el sudor, así que asegúrate de que estén elaborados con textiles resistentes y que sus costuras se vean de buena calidad. Eso, además, proporcionará un mejor ajuste de la prenda a tu cuerpo.
2. No conocer tu silueta
Conocer la forma de tu cuerpo te puede facilitar mucho la elección de un traje de baño. Así, para las figuras curvilíneas, los más favorecedores son los que tienen diseños asimétricos y nudos graduables a los costados. Si eres de silueta más cuadrada, aquellos que acentúen la cintura con drapeados o detalles estilizarán tu cuerpo.
3. Escoger siempre el mismo estilo
Al irte siempre por el mismo estilo de bañador estás perdiéndote de todas las posibilidades que ofrecen los diseños actuales. Empieza por un cambio sencillo: si siempre usas de dos piezas, atrévete a usar un enterizo y viceversa. De esta forma, irás conociendo con qué nuevas siluetas te sientes más cómoda.
4. No prelavar el traje de baño antes de usarlo
Con el fin de que los colores de tu traje de baño no se desvanezcan a la primera lavada y perduren por más tiempo, lo ideal es sumergirlos en una mezcla de agua con sal y vinagre. Estos ingredientes harán que los pigmentos se fijen a la tela.
5. Comprar un conjunto de la misma talla
Un error muy común es comprar las piezas en un conjunto que viene armado por el fabricante. Como cada cuerpo es diferente, muchas veces la parte de arriba puede ajustarse a la perfección, pero la de abajo puede resultar muy pequeña, y de eso solo te darás cuenta cuando la estés usando. Así que empieza a comprar piezas por separado para asegurarte de que la talla de ambas partes sea la adecuada para tu cuerpo.
6. Comprar un traje de baño sin probártelo
El hecho de que un estilo o talla te haya quedado bien antes no significa que lo seguirá haciendo siempre. Los estampados, detalles en la tela o los cortes pueden hacer que esta vez ese estilo no sea el que mejor te quede. Por eso es importante probarse el traje. Si estás en una tienda física, simplemente visita el probador, y si lo compras por Internet, fíjate en la tabla de medidas que provee la marca y mídete en casa para saber a cuál talla correspondes.
7. Ponerse el mismo traje para cualquier actividad
Cada actividad en el agua requiere diferentes características de un traje de baño. Si tu plan es deportivo, prefiere los de una pieza o aquellos que son diseñados para competencias. No solo evitarás accidentes como una parte suelta, dejando todo al aire, o una tira enredada en tus brazos o piernas, sino que sacarás provecho de su fabricación especial, la cual reduce la fricción en el agua.
Si lo que quieres es simplemente darte un chapuzón en la playa, no le temas al bikini con diseño asimétrico o con amarres, e incluso un strapless.
8. Elegir un top inadecuado
Si a la hora de escoger la parte superior de un traje de baño no tienes presente el tamaño de tu busto, podrías elegir una con la que te canses muy rápido. Los tirantes anudados al cuello o aquellos sobre el hombro que son muy delgados pueden ser una tortura si eres una mujer con pechos grandes. En ese caso, te favorecerán más los cruzados a la espalda o los que son tipo sostén, pero con tiras anchas en ambos hombros.
Los tops en forma de triángulo, con tiras delgadas y amarre al cuello son más amigables con las mujeres de busto pequeño.
9. Usar una parte inferior demasiado grande
A veces, al tratar de esconder ciertos detalles de nuestro derrière con los que no nos sentimos cómodas, compramos una talla más grande. Pero eso lo único que hará es hacerte sentir incómoda, pues estarás propensa a que esa pieza salga nadando lejos de ti cuando te metas al agua, o a que, cuando salgas, tengas el efecto saco colgante.
10. Rasurarse el mismo día que se usará el traje de baño
Para tener una piel libre de vellos y suave, no hace falta depilarse el mismo día que se pretende usar el bikini. Por el contrario, hacerlo podría hacer que tu piel esté más sensible al sol, los químicos de la piscina, la sal del mar y la arena. Lo adecuado es hacerlo de 24 a 48 horas antes para evitar la irritación.
11. Aplicar el protector solar sobre la tela
Las cremas y productos similares para protegerse del sol son un agente agresivo con la tela de los bañadores. Por eso hay que mantenerlos alejados o asegurarse de lavar bien la prenda antes de guardarla, para quitar cualquier resto del producto. De lo contrario, la próxima vez que saques tu traje de baño del clóset, podrías sorprenderte por la forma en que luce estirado.
12. Guardarlo mojado en una bolsa plástica
Un error que muchas veces se comete por buscar la practicidad es meter el traje de baño mojado, que recién nos quitamos, dentro de una bolsa plástica. Esto hace que el tejido se recaliente y el plástico acelere su desgaste. La solución es envolverlo en una toalla o guardarlo en bolsas de tela y, tan pronto como sea posible, lavarlo y dejarlo secar al aire libre.
¿Qué anécdota nos puedes compartir sobre algún error o falla con tu traje de baño?, ¿qué otro truco conoces que nos pueda facilitar la vida en esos días de descanso?