12 Mitos sobre el cuidado de la piel que puede que hasta ahora hayas creído sin chistar
Desde las tatarabuelas hasta nuestras madres... todas poseen trucos de belleza y salud que han pasado de generación en generación y que aún hoy seguimos aplicando. Nos referimos principalmente al cuidado facial. A veces, poner estos consejos en práctica no nos lleva al resultado que esperábamos, y lo interesante aquí es que casi nunca nos damos a la tarea de verificar cómo funcionan y qué efecto real pueden generarnos en la piel. Por eso no sería mala idea comenzar a investigar si todo lo que se dice por ahí es cierto.
En Bella y Genial te ayudamos a indagar y traemos para ti la verdad detrás de algunos mitos sobre los cuidados faciales. Sin duda, nuestra piel se lo merece.
1. Ejercicios faciales
Está de moda lanzar este tipo de consejos en las redes sociales a modo de trucos milagrosos que pueden reducir o eliminar las arrugas. La verdad es que una vez que estas se forman, no es posible eliminarlas de manera natural. Por el contrario, el movimiento persistente de los músculos faciales, en lugar de tensar la piel, puede hacer que los surcos del rostro se profundicen aún más por el movimiento constante, o que incluso se generen nuevos. Si querías hacer gimnasia facial, recomendaríamos pensarlo dos veces.
2. El vapor abre los poros y elimina las espinillas
Posiblemente hayamos escuchado que el vapor del agua abre los poros y esto hace que se desobstruyan. Por lo tanto, en consecuencia, las espinillas pueden desaparecer. Sin embargo, aunque es verdad que la temperatura caliente abre los poros, no se ha comprobado que esto también quite las espinillas o las manchas oscuras que se acumulan en ellos. Los poros no son más que pequeñas aberturas de la piel, no músculos, por lo que no pueden abrirse y cerrarse. No hay modo de cambiar su tamaño o hacerlos desaparecer, hagamos lo que hagamos.
Lo que sí podemos lograr es hacerlos menos visibles si los mantenemos limpios (usando un exfoliante para rostro de manera habitual, además de lavándonos la cara dos veces al día y después de hacer actividad física). Esto funciona para deshacernos de la suciedad en la piel y de las células muertas.
3. Cremas cosméticas que funcionan como el bótox
Más allá de los ingredientes o de lo que figure en el frasco del producto en sí, hasta el día de hoy, no existen estudios médicos publicados que confirmen que una crema, un ungüento, una loción o un gel funcionen igual que un tratamiento con inyecciones. Esto se debe a que una crema tópica nunca podría penetrar la dermis y actuar sobre zonas específicas, como sí ocurre cuando se aplican inyecciones focalizadas. Su efectividad radica precisamente en eso, en inyectar activos que van directo al sitio que se desea tratar.
4. Productos hipoalergénicos
La palabra “hipoalergénico” es un término creado dentro de la industria cosmética, y no está avalada en dermatología ni en otra área de la medicina. Se supone que califica a los productos que causan menos alergia que el promedio. La verdad es que no es posible asegurar que uno no vaya a provocarle alergia a nadie en ningún momento, de modo que no hay garantía de un uso seguro.
Actualmente no existen restricciones de ingredientes, regulaciones, pautas, reglas o procedimientos aceptados de ningún tipo, en ningún lugar del mundo, para determinar si un producto califica o no como hipoalergénico. De modo que esta palabra parece ser una estrategia de marketing que les sirve a las nuevas marcas para lanzarse o a las más antiguas para reposicionarse en el mercado.
5. Usar protector solar en todo momento
Es común usar protector solar en la playa, en verano y cuando hay mucho sol. Pero de ningún modo alcanza con esto. Los rayos ultravioleta pueden dañar la piel tanto en verano como en invierno. Y si bien en los días de sol y calor todos estamos de acuerdo en que es imprescindible, el sol también está presente durante los días nublados. Aunque no lo veamos, está allí, y sus rayos pueden perjudicar nuestra piel.
Por lo tanto, para que la piel no se dañe ni envejezca prematuramente, es necesario usar un protector solar de amplio espectro en el rostro siempre, más allá del tono de piel. Incluso muchos expertos aconsejan usar protector también en lugares cerrados, sobre todo en habitaciones con muchas ventanas y sin filtros UV. Así que, sí, este consejo es verdadero.
6. Los productos naturales son más efectivos
La palabra “natural” significa que el producto que se utiliza tiene ingredientes que provienen de flores, raíces, hojas de plantas o semillas. Y aunque tendamos a asociar lo natural con lo saludable, y que esto sea así en muchos casos, no hay evidencia que demuestre que los ingredientes naturales sean mejores que los sintéticos en cuestión de cuidados faciales. En cambio, sí sabemos que hay flores, raíces y semillas que causan reacciones alérgicas.
De hecho, no se ha creado ninguna regulación acerca del uso de estos remedios naturales o caseros, de modo que cualquier empresa o compañía cosmética puede utilizarlos sin que exista sobre ellos control alguno. Lo aconsejable es que cada vez que queramos recurrir al uso de un producto cosmético para tratar un problema específico de nuestra piel, visitemos a un dermatólogo o a un profesional que pueda comprobarnos su efectividad.
7. El contorno de los ojos debe ser tratado con una crema específica
No hay evidencia médica o científica que confirme que la zona de alrededor de los ojos requiera componentes distintos de los que se usan en el resto de la cara. Solo se necesitan los elementos adecuados, y esto no depende de que la etiqueta del frasco que compramos diga “Crema para el contorno de los ojos”.
No hay componentes que pueda tener una crema hidratante que no sean aplicables al contorno de los ojos. Esto significa que puedes usar tu crema hidratante habitual también en esa zona. Si el área necesita más humectación, porque es más fina y sensible, entonces puedes buscar una crema ligera, con antioxidantes y sin fragancias (y esto será muy positivo para todo el rostro). El secreto no está en lo que diga la etiqueta, sino en elegir los ingredientes indicados.
8. Las manchas del rostro son propias de la edad
Aunque las decoloraciones marrones de la piel pueden aparecer en más cantidad a partir de los 40 años, son comunes en cualquier etapa de la vida: desde las típicas pecas en la nariz de los niños hasta otras más lisas y planas que pueden notarse desde los 20 años, edad que dista mucho de la vejez. ¿Cómo prevenirlas? Usando protector solar diariamente, más allá de que haga frío o calor. Pues estas son manchas solares que se asientan en la piel después de la exposición al sol. Es por ese motivo por lo que aparecen con más frecuencia en la cara, los antebrazos y los hombros.
9. Quienes tienen la piel grasa no deberían usar cremas hidratantes
Suele creerse que en los cutis grasos, incluso con acné, no hay que aplicar cremas hidratantes, porque de este modo la piel estará aún más aceitosa. Sin embargo, más allá del tipo de piel que tengamos, siempre es conveniente usar un humectante para mantenerla nutrida, hidratada y equilibrada.
Si no la hidratamos, la respuesta natural de la piel será compensar la sequedad produciendo grasa en exceso, lo que puede provocar que los poros se obstruyan y aparezcan las tan indeseadas espinillas. Lo que es conveniente usar en cutis grasos es un producto ligero, un gel o una loción, que son más compatibles con las pieles grasas que una crema espesa, y evitar los artículos que contengan aceite mineral o manteca de cacao.
10. El cloro mejora el acné
Si bien es cierto que el cloro puede secar las espinillas, a largo plazo, muy lejos de beneficiar la piel, puede irritarla, descamarla y generar erupciones. Un estudio realizado con personas con eccema mostró que estar en contacto con el agua clorada de una piscina poco menos de quince minutos genera una deshidratación considerable en la piel.
De tal modo, se trate de piel sensible, grasa, normal o seca, la sequedad provoca que las glándulas sebáceas tengan que trabajar más de la cuenta para reponer los aceites perdidos. Esto puede generar la obstrucción de los poros y, como consecuencia, aún más acné. Lo ideal es evitar los productos que no son hechos para el cuidado específico de la piel.
11. Para mejorar la piel seca, lo mejor es beber mucha agua
Existe una creencia según la cual beber mucha agua puede curar la piel seca, pero lo cierto es que esto no es así. Una persona que esté normalmente hidratada no verá diferencias significativas en su piel luego de beber una mayor cantidad de agua.
La sequedad de la piel es un problema causado por factores externos. Climas fríos, duchas extremadamente calientes, determinados productos de limpieza, exposición a productos químicos, como el cloro de las piscinas, y hasta el exceso de agua, entre otras causas, pueden provocar resequedad. Al ser un problema externo, la piel seca se trata “desde afuera”. En este caso, vienen bien las cremas humectantes o los aceites, que funcionan como una eficaz barrera contra la pérdida de agua.
12. La sábila humecta y aclara la piel
A lo largo de la historia se ha utilizado la sábila para crear distintos remedios para el cuidado de la piel porque se cree que contiene múltiples vitaminas, aminoácidos, enzimas y más compuestos que pueden tener más efectos benéficos. Por eso esta planta es usada para rejuvenecer, humectar y fortalecer la piel.
Aunque es cierto que es una planta con muchos beneficios, no se han realizado estudios suficientes para comprobar al cien por ciento sus bondades. Por ello debemos usarla adecuadamente e informarnos de sus efectos contraproducentes. Por ejemplo, puede irritar y causar ardor en la piel o puede afectar a quienes son alérgicos. Tampoco se recomienda su uso en mujeres embarazadas y personas diabéticas.
13. La pasta dental puede curar una espinilla infectada
Es cierto que algunos ingredientes que se encuentran en la pasta de dientes tienden a secar la piel y que esto podría reducir el tamaño de una espinilla. Nos referimos al bicarbonato de sodio, el alcohol y el peróxido de hidrógeno.
Sin embargo, los beneficios de este supuesto remedio casero son solo pasajeros y muy menores a los riesgos que implica su aplicación. Es que el dentífrico está formulado precisamente para nuestros dientes, no para zonas del rostro que son muy sensibles, y la mezcla de químicos presentes en él podría causar irritaciones en la piel.
Cuéntanos si alguna vez probaste estos remedios y cómo reaccionó tu piel. Y de paso, si conoces más trucos milenarios que podamos agregar al repertorio, déjalos en los comentarios para pasarlos por nuestro detector de mitos.