Las poderosas razones de una mujer de 93 años para no haber tenido hijos
Hoy en día las mujeres seguimos luchando por la libertad de elegir si queremos ser madres o no. Pues la sociedad nos ha dicho que la maternidad es la máxima aspiración para nosotras, aunque es más una decisión y no una obligación. La actriz brasileña Nathalia Timberg eligió dedicarse cien por ciento a su profesión y prefirió no tener hijos, a pesar de las críticas constantes que recibió. Ahora, ya con 93 años, ella confiesa cómo fue vivir su vida con la decisión que tomó en su juventud.
Una decisión para toda la vida
Nathalia Timberg es considerada una de las más grandes actrices brasileñas, a quien ovacionan por su gran talento y su exitosa carrera artística, aunque se le cuestionó el que no quisiera tener hijos. La artista cuenta que sus padres siempre la alentaron a seguir su sueño de convertirse en actriz, a pesar de las connotaciones negativas que se le atribuían al mundo de la televisión y del entretenimiento. Pero, ellos le brindaron su apoyo incondicional y respetaron su elección, lo que la llevó a viajar a Francia a la edad de 19 años para estudiar actuación y artes escénicas. Una vez que concluyó sus estudios, regresó a su país natal para aplicar todo lo que había aprendido.
Durante su carrera, participó en varios programas del ciclo Grande Teatro Tupi. Además, en televisión, formó parte del reparto de varios teleteatros y telenovelas, interpretando personajes destacados, y también participó en uno de los primeros programas informativos, Rede Globo, de Tele Globo. Algunas de sus obras son consideradas clásicos del teatro televisivo, como la primera versión brasileña de O Direito de Nascer, la versión de la novela A Muralha, A Sucessora, Elas por Elas, Ti Ti Ti, Vale Tudo, Pantanal, O Dono do Mundo, entre otros.
Se documentaron ampliamente todos los éxitos que tuvo en el teatro y las telenovelas durante varias décadas, desde 1948 hasta el 2019, que es cuando ella se retira de los escenarios debido a su avanzada edad. Pero, cuando se busca información sobre su vida personal, tan solo aparece que estuvo casada con el autor de telenovelas Silvan Paezzo, y que no tuvo hijos.
Debido a su ajetreada vida como artista, ella llegó a la conclusión de que no podía incluir la maternidad en sus planes porque, aunque le gustaban los niños, sabía que no eran un juguete. A raíz de esto, durante mucho tiempo fue cuestionada y criticada, ya que era común que las mujeres que optaban por no ser madres fueran juzgadas negativamente, pues desde la infancia se les inculcaba la idea de que debían ser madres para “sentirse plenas y realizadas”.
Sin embargo, Nathalia se mantuvo en su postura a pesar de las críticas y señalamientos. Estuvo casada con el guionista Sylvan Paezzo durante más de 10 años, pero la celebridad brasileña no estaba dispuesta a cambiar sus planes de vida ni su verdadera pasión por tener un embarazo e hijos. Su vida estaba enfocada en el mundo del espectáculo, y la crianza no se alineaba con sus objetivos personales.
Ahora que tiene 93 años, sostiene que no ser madre fue la mejor decisión. Pues destacó que nunca se ha sentido menos mujer ni menos exitosa debido a su elección. Para ella, su trabajo siempre fue su prioridad y lo que la llevó a tener una exitosa carrera en la televisión brasileña. Su elección de no enfocarse en la maternidad no la hizo sentir menos realizada ni menos valiosa como mujer, al contrario, Nathalia se siente satisfecha por haber logrado todo lo que quería. Incluso menciona que no necesariamente se tiene que ser madre y tener un hijo, basta con apoyar los que ya hay porque muchos de ellos necesitan de protección, alimento y afecto.
Viviendo de las expectativas
La creencia de que las mujeres solamente son mujeres y están completas cuando son madres es una gran falsedad, pues la idea de que nosotras somos quienes se encargan del hogar y de la familia se quedó atrás hace mucho tiempo porque la vida ha cambiado. Desde años atrás nos hemos dado cuenta de que podemos elegir nuestro propio camino y que no por eso somos menos. Pero no es fácil elegir lo que deseamos cuando nos señalan con diversas opiniones que convierten nuestras decisiones en un acto de egoísmo.
Los argumentos con los que se trata de invalidar nuestra decisión varían muchísimo. Las personas creen que nos desagradan los niños y que por eso no queremos tener hijos, y eso nos convierte en personas muy malas. O lanzan la pregunta de qué haremos de nuestra vida si no seremos madres, como si todo lo demás a lo que pudiéramos aspirar fuera un desperdicio. No puede faltar el típico comentario sobre qué haremos en la vejez sin hijos que velen por nosotros y nos cuiden como cuidamos de ellos, ¿los hijos son una inversión que debe beneficiarnos en un futuro?
La maternidad solo es parte de nuestra feminidad si así lo deseamos y nadie tendría por qué cuestionarlo. Es decir, la maternidad es parte de nuestra identidad solo si elegimos ser madres. Podemos seguir siendo mujeres, con todas las letras, sin tener que cumplir con todas las expectativas que se esperan de nosotras. Podemos dedicarnos a una meta profesional, a explorar otras oportunidades y experiencias, y podemos elegir lo que creemos mejor para nosotras.
En conclusión, la libertad de elegir ser madres o no es una decisión personal que no debería ser juzgada por la sociedad. Nathalia Timberg es un gran ejemplo de cómo las mujeres pueden priorizar sus propios objetivos y metas sin sentirse menos realizadas. Su testimonio nos recuerda que cada una de nosotras tiene el derecho de decidir su propio camino en la vida, sin importar si eso incluye o no el tener hijos. Pues, la verdadera libertad nos permitiría elegir lo que mejor nos convenga y que nuestra decisión fuera cien por ciento respetada por todos.