12 Cosas que hacemos con la intención de ser amables, pero que generan incomodidad en los demás
Bien lo dice un antiguo poema: “Ningún hombre es una isla”. Todas las personas por naturaleza somos seres sociales y estamos interconectados con quienes nos rodean. Al vivir en sociedad, desde pequeños aprendemos reglas de convivencia que facilitan el trato en armonía con los demás. Se nos enseña a ser considerados con nuestros semejantes y así empezamos a poner en práctica actitudes atentas y de cortesía. Pero ¿en qué punto dejamos de ser amables y resultamos molestos para los otros?
En Bella y Genial, reunimos una lista de cosas que hacemos con las mejores intenciones, pero que deberíamos dejar de hacer, pues podrían volverse momentos muy incómodos e incluso pueden ser tomados como malos modales.
1. Tratar de ayudar cuando no nos lo han pedido
“Más ayuda el que no estorba” es un viejo dicho que aplica muy bien en diversas situaciones. A veces, cuando queremos ser útiles, hacemos lo que creemos que puede ayudar a alguien, pero podemos incomodar a esa persona. Lo mejor es preguntar: “¿En qué necesitas que te ayude?”, o “¿Cómo te puedo ayudar?”. Una frase célebre dice: “No ayudes a otros sin su permiso. Algunas veces queremos arreglar cosas que para ellos no están rotas”.
2. Ceder tu lugar en una fila a alguien que no lo necesita
Puede que seas el segundo en una fila y en un gesto de amabilidad dejas pasar a una persona antes. Sin embargo, hay más personas detrás de ti que también esperan su turno, y en ocasiones ellas tienen cosas qué hacer y no estarán contentas viendo cómo alguien que llegó después recibe un servicio antes de tiempo. Ser considerado con una persona, siempre y cuando esta no lo necesite, y no serlo con el resto, puede percibirse como una falta de respeto.
3. Detenerle la puerta a alguien cuando aún está lejos
Cuando entras o sales de algún edificio, alguien abre una puerta y la detiene para que pases. Pero aún estás un poco lejos, así que tienes que aumentar la velocidad para poder llegar a la puerta y no te esperen más. Es un poco incómodo tener que ir más rápido de repente. Mejor trata de no sostener la puerta a menos que vengan justo detrás de ti.
4. Comentar sobre el cuerpo de los demás
Aunque esto puede parecer obvio, a veces cuando alguien nos dice que está a dieta o tratando de perder peso, respondemos: “Te ves bien, no necesitas perder peso”, para sonar más amables. Sin embargo, esto no es correcto; hay muchas razones para tratar de llevar una vida saludable, y aunque muchas veces tiene que ver con la apariencia corporal, lo mejor es no hacer ese tipo de comentarios porque pueden ser ofensivos.
5. Detenerse en un cruce peatonal cuando el peatón aún no está cerca
A veces detenemos el auto en un cruce peatonal para que las personas pasen. Pero si vienen un poco lejos o a una baja velocidad, los obligamos a que aumenten su paso o que corran en el cruce. Mejor no te detengas, no desaceleres a menos que sea totalmente necesario.
6. Mandar correos innecesarios
Enviar correos para decir gracias, es correcto en algunas ocasiones. Pero enviarlos a todos los integrantes de una cadena solo satura sus buzones. Hay ocasiones, sobre todo en las empresas, en las que una persona agrega a todos los empleados por error, lo que provoca una avalancha de respuestas pidiendo que se les remueva de esa cadena. Pero al enviar un correo pidiendo eso estamos saturando la bandeja de los demás, quienes también reciben una copia de cada nuevo mensaje. Al contestar un email, considera si es necesario responder, a quién copiar o si es mejor dejar de hacerlo.
7. Integrar a la conversación a alguien que está callado
Cuando estamos en una conversación y preguntamos a alguien: “¿Por qué estás tan callado?”, es una forma de tratar de integrar al otro a la conversación. Pero esto provoca incomodidad en esa persona, en especial si es alguien introvertido. Lo mejor es evitar eso y entender que hay personas a las que les gusta estar calladas o que no tienen nada que decir.
8. Ceder el paso a otro auto aunque tengas la preferencia
Cuando alguien va en su auto y tiene el derecho de paso, pero insiste en que tú pases primero, causa mucha confusión, sobre todo en intersecciones, ya que, por la costumbre, sabemos quién debe ir primero, y al alterar ese orden podemos causar un accidente. Además, tardamos segundos en aceptarlo y hacemos esperar a los que vienen detrás.
9. Una charla casual antes de pedir un favor
Una charla innecesaria antes de pedir un favor solamente hace perder el tiempo de ambos. Si la persona va a ayudarnos, lo mejor es minimizar la cantidad de tiempo que va a invertir en nosotros. Esto aplica al hablar o cuando enviamos un mensaje de texto. Lo mejor es saludar y hacer nuestra petición en el mismo momento.
10. Hacer café o té para todos en la oficina
Aunque esto es muy amable, a veces es contraproducente, ya que si hacemos algo para todos, la próxima persona se va a sentir en la necesidad de hacer lo mismo. Eso aplica para otras actividades como ir a la tienda, pedir comida y muchas más. Si nadie nos lo pide, mejor es no hacerlo.
11. Ofrecer algo insistentemente cuando ya te dijeron que no
Esto puede resultar muy incómodo para quien está al otro lado de este acto amable. Entendemos que tengas las mejores intenciones y que quieras incluir a todos, pero cuando ya ofreciste algo, sobre todo si es comida, y te han respondido que no más de dos veces, es mejor no insistir. Toma en cuenta que la persona a quien se la ofreces tiene motivos para rechazarla y, en el caso de que termine aceptándola, será porque se sintió comprometida o incluso forzada.
12. Decir “no estés triste”
Según la psicología, esta frase puede ocasionar más presión y estrés a la persona que no se siente bien. A pesar de que puede ser nuestro amigo o familiar, tal vez no sepamos la verdadera razón de su tristeza, por lo que es mejor tratar de mostrar empatía, hacerle sentir que está bien estar triste y que estamos ahí para apoyarla.
¿Cuál ha sido la experiencia más incómoda que has vivido cuando alguien intentó ser amable contigo?