18 Consejos de una psicóloga para decir “no” sin que te sientas mal por ello
Para algunas de nosotras, decir “no” resulta un poco desafiante. Existen muchos factores que inciden en nuestro carácter, pues este es el producto de nuestra crianza, educación y las experiencias que hemos tenido mientras crecemos, las cuales poseen una gran carga cultural. Sin embargo, también se pueden heredar características de la personalidad. Sea como fuere, es importante forjar cualidades que nos permitan expresar una negativa libremente, incluso cuando el otro es muy insistente.
Patrones preestablecidos falsos
A menudo, aceptamos y hacemos algo que en realidad no queremos o para lo que no tenemos tiempo. ¿Por qué pasa eso? Porque, desde la infancia, nos inculcan creencias limitantes según las cuales no es correcto decir que no, lo cual genera estrés, ansiedad o culpa cuando nos enfrentamos a una situación en la que se nos dificulta expresar lo que queremos:
“No puedo decirle que no a un amigo”.
“No puedo decirle que no a la familia”.
“Le debo algo a esta persona”.
“Hoy por ti, mañana por mí”.
“Si digo que no, lastimaré/decepcionaré/arruinaré una relación”.
“Las personas educadas no dicen que no”.
“Si digo que no, me considerarán egoísta, etc.”.
Cómo decir no cuando es difícil rechazar a alguien
1. Busca sinónimos de la palabra “no”. Si simplemente decir “no” te resulta demasiado descortés, entonces puedes cambiar la frase: “Me temo que tengo que rechazarlo”, “con gusto te ayudaría, pero no tengo el tiempo / la posibilidad”.
2. No tengas miedo de ofender a una persona con un rechazo, porque si justificas la negativa, pero la otra persona igual no puede ponerse en tu lugar, entonces deberías ponerte a pensar en tu relación con esta persona en general.
3. Puedes rechazar a alguien suavizándolo con una broma: “¿Quieres casarte conmigo?”. “Me temo que mi esposo no lo aprobará, Miguel, además, es ilegal”.
4. Piensa en cómo decir que no de antemano si sabes que una persona seguramente te pedirá que hagas algo.
5. Justifica la negativa. No pongas excusas, pero justifica claramente por qué no puedes / no quieres hacer eso: “No quiero trabajar en tu turno porque todavía no has trabajado ni una vez por mí, aunque te cubrí la última vez. Es mi día libre y tengo planes”.
6. A los insistentes, diles directamente: “No me presiones”. Esto a veces calma a la persona que hace el pedido y le recuerda que tu opinión también debe tenerse en cuenta.
7. Ofrece una alternativa. “No iré al cine contigo porque no me gusta ese género, pero a Augusto le encanta y creo que estará encantado de hacerte compañía”.
8. Consigue una pausa. Si no puedes decir que no de inmediato, pide tiempo para pensar, entonces será más fácil llamar a la persona y rechazar su solicitud.
9. Toma la iniciativa. Cuando alguien te presiona con una solicitud, presenta un contrapedido equivalente. Por ejemplo, se te piden que trabajes durante el turno de alguien, dile que lo harás, pero con la condición de que esa persona primero te ayude con la refacción de tu casa.
10. Inventa una autoridad. A veces puedes hacer trampa y decir que lo que se te pide no será aprobado por tu madre/esposa/hermano/presidente, cualquier cosa que sea un argumento creíble para el solicitante.
Pero ¿qué pasa si el comportamiento de la persona se vuelve agresivo?
11. Nunca contestes con lo mismo. Es difícil resistirse, pero a menudo el agresor o el insultante solamente espera verter un balde de porquerías sobre ti. ¿Vale la pena?
12. No pienses que todo es en tu contra. Solo un tercio de la agresión de una persona se dirige a ti, otro tercio, a sí misma, y otro tercio, a la situación, por lo que definitivamente no vale la pena recibir todo el golpe, mientras que rechazar solo una parte no es tan difícil.
13. Escucha. A veces, una persona que grita o lanza un torrente de insultos simplemente necesita ser escuchada, trata de ver los sentimientos detrás de ella: “¡Ya me tienen harto con sus risas que se escuchan en todo el autobús!”. “Si estás solo y te gustaría hablar con alguien, podemos reírnos juntos”.
14. Reprograma la conversación. Si ves que una persona no reacciona ante nada, no escucha argumentos, sino que es simplemente agresiva, di que hablarás con ella más tarde, ahora necesitas ir urgentemente a algún lado o hacer algo. Importante: no digas “estás siendo irracional”, ni nada parecido, solo la provocarás más.
15. Aprende a defender tus límites. Puedes decir directamente que ese formato de comunicación no te gusta, que no tolerarás esa actitud hacia ti y que la continuación de tales ataques no conducirá a nada más que a tu retirada de esa situación.
16. Aprende a mantener la calma. La respuesta esperada a la agresión es otra agresión, rompes el patrón si reaccionas con calma a un insulto.
17. Aprende a darle al agresor una respuesta aceptable. Consiste en una reacción inmediata que muestra que notaste la agresión y que no tolerarás que continúe: “Deja de gritarme, no lo toleraré”.
18. Sentido del humor. Pero aquí debes tener cuidado y usarlo solo con personas cercanas: “¡Eres un idiota!”. “Eso es poco probable, mi madre me llevó a un psicólogo de pequeño, y él dijo que yo era completamente normal”.
¿Qué otra estrategia conoces para manejar este tipo de situaciones y salir victoriosa?