La historia de amor de Liam Neeson y Natasha Richardson nos recuerda atesorar cada minuto con nuestra pareja como si fuera el último
La pérdida de un ser querido es uno de los dolores más profundos y difíciles de sobrellevar. Nunca se está totalmente preparado para afrontar todos los cambios que conlleva la ausencia. Sin embargo, cada uno encuentra la manera de procesar la tristeza y poco a poco empezar a recuperar la alegría de vivir. Este fue el caso del actor Liam Neeson, que descubrió la forma de avanzar luego de perder inesperadamente a su esposa, la también actriz Natasha Richardson, en 2009.
En Bella y Genial queremos compartir contigo la historia de esta estrella del cine, pues es probable que su experiencia pueda ayudar o reconfortar a quienes como él, han tenido que despedirse de alguien especial.
Esta historia de amor comenzó sobre un escenario
La obra de teatro Anna Christie estaba en escena, llevada adelante por Natasha Richardson, una actriz con un enorme legado a sus espaldas, pues provenía de una familia de artistas legendarios. Liam Neeson, el coprotagonista, era un actor que, por así decirlo, recién empezaba. La química entre los dos fue innegable. Tanto que contrajeron matrimonio un año después. Ese mismo año, rodaron su primer filme juntos, llamado Nell (1994).
A Liam, las cosas le estaban yendo muy bien, ya que en 1993 había protagonizado la icónica película La lista de Schindler, papel por el cual fue nominado a un Óscar como mejor actor. Mientras tanto, Natasha se mantenía ocupada en diversos trabajos, uno de ellos fue la divertida cinta infantil Juego de gemelas; sin duda, uno de sus papeles más recordados.
Como fruto de su unión, nacieron dos hijos: Micheál (izquierda) en 1995 y Daniel (derecha) en 1996. Nada en la familia hacía sospechar que llegarían tiempos difíciles. No obstante, las circunstancias cambiaron de un día para otro.
El momento en que todo cambió
Transcurría el año 2009. Liam Neeson estaba rodando en Toronto, Canadá. Su esposa se había ido unos días a disfrutar de la nieve. Mientras recibía una lección de esquí, se resbaló, cayó y golpeó su cabeza. Al principio, el accidente no parecía grave.
Eso fue lo que ella le dijo a su marido cuando lo llamó para contarle lo que le había pasado. Pese a ello, fue ingresada al hospital por precaución. Cuando el actor llegó al lugar, Natasha se encontraba en coma. Y nunca más volvería a despertar.
Tiempo después, durante una entrevista, Neeson recordó esos duros momentos: “Fui a su lado y le dije que la amaba. Le dije: ’Cariño, no vas a salir de esta. Te golpeaste la cabeza. No sé si puedes oírme. Te llevaremos de regreso a Nueva York y todos tus familiares y amigos irán a despedirse’. Así fue”.
Se puede salir adelante aunque todo cambie
Cuando Natasha falleció, Liam estaba preparándose para interpretar uno de los roles que más ansiaba, el que sería el puntal de su carrera. Junto a su antiguo director, Steven Spielberg, harían Lincoln. No obstante, a raíz de lo sucedido, decidió dejar el papel, pues la inspiración para hacerlo se había esfumado. De todas maneras, eso no significó que dejara de trabajar en otros personajes igual de interesantes y complejos.
Más tarde, confesó que fue justamente enfocarse en su carrera lo que lo ayudo a superar la pérdida. “Creo que sobreviví refugiándome en el trabajo. Sé cuántos años tengo. Así que me quedo con el entrenamiento, me quedo con el trabajo”.
Cada quien encuentra su manera de superar la perdida. Y para Liam, fue mantenerse activo. No se detuvo y pudo cosechar una larga lista de filmes exitosos.
Unos años antes de la tragedia, el actor trabajó en Realmente amor, donde se había puesto en la piel de un hombre viudo a cargo de un pequeño niño. Nadie nunca imaginó que ese personaje se volvería realidad. Y al igual que ese personaje ficticio, él finalmente logró enfrentarse a las dificultades y volver a sonreír con la ayuda de su hijastro.
Liam Neeson pudo salir adelante gracias a su familia y a los papeles que tanto amaba interpretar. Y así fue como deslumbró a miles en filmes como Furia de titanes, Brigada A, Amores infieles y Las crónicas de Narnia, donde hizo la voz del león Aslan.
Tal vez homenajear a su esposa en cada uno de sus papeles fue parte de lo que lo ayudó a sanar. Por ejemplo, en la comedia dramática Una villa en la Toscana, estrenada en 2020, Liam personifica a un hombre que pierde a su mujer. En una entrevista, él comentó que al leer el guion, pensó: “Dios mío, esto me identifica mucho. Sentí un revuelo en el estómago, pero pensé que sería genial hacerlo y hacerlo con mi hijo”.
Y así fue, porque como su padre, el joven también es actor. Y para honrar a su madre artista, decidió utilizar su apellido, por eso en el mundo artístico se lo conoce como Micheál Richardson.
“Dicen que lo más difícil es perder a un ser querido”, dijo el actor. “Mi esposa me trajo tanta alegría. Ella era mi todo. Esos 16 años de ser su esposo me enseñaron a amar incondicionalmente. Tenemos que detenernos y estar agradecidos por nuestros cónyuges. Lo que aprendí más que todo es, vivir y amar todos los días como si fuera el último”.
Si bien Liam Neeson no volvió a formar pareja, supo encontrar la forma de afrontar el dolor y regalarnos esas historias en películas que vemos una y otra vez. Descubrió que su manera de sobrellevar la pérdida fue concentrarse en lo que amaba: actuar. Algo de lo que seguramente todos podríamos aprender.
¿Qué es lo que te ha hecho sentir mejor en momentos de dificultad y pérdida? ¿Qué le dirías a una persona que enfrenta un duelo para reconfortarla?