Una pareja adoptó y logró sacar adelante a un perro que iba a ser sacrificado
Los perros y los humanos tenemos varias cosas en común, pero quizá una de las más lindas es el hecho de que somos capaces de percibir el amor y el cuidado que nos procuran. Al sentirnos amados y saber que confían en nosotros, podemos lograr cosas que parecían imposibles. Eso es justamente lo que ocurrió en esta historia.
En Bella y Genial queremos compartirte esta hermosa historia de una pareja que, contra todo diagnóstico, salvó a un perro que había sido abandonado y mejoró por completo su calidad de vida.
Doc, un pastor alemán de diez años, fue abandonado en un albergue para mascotas. Su último dueño no podía hacerse cargo de él, pues el perro no podía caminar. Se le diagnosticó mielopatía degenerativa (una enfermedad que, además de dolorosa, es una sentencia de invalidez), así que los pronósticos indicaban que se le aplicaría la eutanasia.
Sin embargo, Mckenzie y su prometido encontraron a Doc a tiempo y decidieron darle una nueva oportunidad y esperanza de vida. Se lo llevaron a casa y, contra lo que decían los expertos, decidieron que merecía unos últimos días en un hogar donde se le diera todo el amor posible.
En poco tiempo, Mckenzie ya se sentía muy cercana a Doc, y ambos habían logrado una conexión única. Por eso, cuando el veterinario confirmó la fecha para sacrificarlo, ella se sintió profundamente triste. Sin embargo, no estaba dispuesta a renunciar a Doc sin antes hacerle pasar el mejor día de su vida; con esta intención, salió a comprar comida, bocadillos y juguetes, para que el último día de su amigo perruno fuera muy especial.
Esa tarde, Mckenzie y su prometido sacaron a Doc a jugar con sus otros perros y decidieron probar atar su cadera, zona donde tenía mayores dificultades para mantenerse en pie, con una venda, y así ayudarlo a apoyarse para que pudiese mover las patas. Lo que sucedió cambió el panorama totalmente: el perro no solo tuvo fortaleza para sostenerse, sino también para dar unos cuantos pasos. Por lo tanto, ¡Doc podía caminar!
Mckenzie decidió que era momento de llamar al veterinario y cancelar el procedimiento de eutanasia. Para ella y su prometido, aquello significaba que Doc podía recuperarse y tener una esperanza de vida mayor de la que se creía. Así que comenzaron a practicar con él esta técnica de la venda, buscando estimular sus músculos para que pudiera moverse.
Poco tiempo después, la perseverancia de Mckenzie dio frutos: el perro pasó de lograr ponerse en pie a caminar lento y, finalmente, a correr casi como cualquier otro perro. Si bien al principio necesitaba la venda como apoyo, al poco tiempo pudo hacer prácticamente todo por sí mismo y sin ninguna ayuda externa.
Así, Mckenzie no solo le dio una nueva vida a Doc, sino que él demostró a todos, incluso a los veterinarios, que estaban equivocados, que con amor y perseverancia pueden alcanzarse hasta aquellos objetivos que parecen imposibles.
Actualmente, Mckenzie y su prometido están en proceso de conseguir cabestros especializados para ayudar a darle más soporte a la cadera de Doc. Incluso piensan buscar un par de ruedas para que su movimiento sea más sencillo.
Este relato nos pareció una muestra maravillosa de todo lo que el amor y la paciencia pueden lograr. Esperamos que la historia de Doc te haya inspirado y llenado el corazón.