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Besó a Elvis Presley y terminó en un convento, la vida de Dolores Hart

¿Te imaginas renunciar a una carrera prometedora en Hollywood para seguir una vida de rezo en un convento? Eso fue lo que hizo Dolores Hart, una actriz que decidió cambiar el glamour por el silencio y la contemplación. Aunque muchos la consideraron loca, la joven que en algún momento besó a Elvis Presley es conocida actualmente como Madre Dolores, la monja más famosa de Hollywood. Descubre su historia y cómo una decisión inesperada cambió su destino.

Cómo se convirtió en actriz

Paramount Pictures / Collection Christophel / East News

Dolores Hart nació como Dolores Hicks, hija única del actor Bert Hicks y su esposa Harriett Lee Pittman, quienes se divorciaron cuando ella era muy joven.

Después de la separación, se mudó con su madre a Los Ángeles, donde audicionó para el papel de la Doncella de Orleans en la película de 1957 Saint Joan durante su educación secundaria. Aunque no obtuvo el papel, su audición le valió una beca para la Universidad de Marymount, donde interpretó el papel de Juana de Arco y llamó la atención de Hollywood.

Finalmente, en 1957, hizo su debut como actriz secundaria en la película Loving You, donde interpretó a la pretendiente de Elvis Presley, con tan solo 19 años.

Uno de los besos más largos que se haya visto en la historia del cine

Paramount Pictures / Collection Christophel / East News

Durante el rodaje de Loving You, Dolores Hart se convirtió en la primera actriz en besar a Elvis Presley en la pantalla. La escena del beso fue repetida numerosas veces por el director, lo que la convirtió en uno de los besos más duraderos en la historia del cine.

“En la pantalla solo duró 15 segundos, pero en la memoria lleva más de 55 años”, afirmó Hart. En ese momento, ella no conocía a Presley ni sabía que era famoso. Lo describió como un hombre sencillo y dulce, con las patillas más largas que había visto.

A pesar de que Presley la invitó a salir, Hart rechazó su oferta, ya que eran compañeros de trabajo, aunque quedó impresionada con su encanto.

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La fama

Después de su debut en Loving You, Dolores Hart fue contratada para otros proyectos, incluyendo El barrio contra mí (1958), en el que volvió a actuar junto a Elvis Presley. Además, la actriz hizo su debut en Broadway, donde ganó un premio World Theatre y recibió una nominación al premio Tony por su actuación en Su grata compañía. Desde entonces su éxito como actriz continuó en ascenso.

En 1960, Hart protagonizó la comedia adolescente Se necesitan dos para amar, que se centraba en las vacaciones de verano de un grupo de estudiantes universitarios. La película se convirtió en un clásico para sus seguidores.

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Su primer acercamiento con la abadía

Dolores Hart no solo poseía talento, sino también simpatía, lo que la ayudó a destacar en pantalla. En solo cinco años, actuó en diez películas junto a actores famosos como Montgomery Clift, Anthony Quinn, Robert Warner y George Hamilton, entre otros.

Pero en 1961, algo parecía estar destinado a ocurrir: Hart fue llamada para interpretar a Clara en una película sobre la vida de Francisco de Asís. Este papel no pasó desapercibido en absoluto y pronto empezaron a llamarla “la nueva Grace Kelly”.

Su carrera estaba en pleno apogeo y Hart, con solo 25 años, empezó a sentirse inquieta. Fue entonces cuando un amigo le recomendó visitar la abadía Regina Laudis en Bethlehem para “renovarse”. Según su libro de memorias, la joven actriz encontró allí la paz que necesitaba.

El amor

AP / East News

La actriz regresó a su vida cotidiana y aceptó la propuesta de matrimonio de su novio, Don Robinson, a quien realmente amaba. Planearon todos los detalles de la boda: la ceremonia, las invitaciones, e incluso el vestido de novia estaba casi terminado.

Sin embargo, en su documental, ella comparte que un día, durante el almuerzo con Robinson, decidió sincerarse con él. Admitió que no podía seguir adelante con los planes de boda, porque no era lo que realmente quería hacer.

Robinson tuvo una reacción explosiva en el restaurante, pero ella no se retractó: “Siento que Dios me está llamando y que necesito responder”, le explicó. Aunque le costó tiempo aceptarlo, su exprometido finalmente aceptó ayudarla.

Lo que quedó atrás

Por supuesto, Hart cortó su hermosa y larga cabellera rubia. Esto le recordó a Clara, el papel que interpretó, la joven aristócrata que renuncia a todo para convertirse en monja. En ese entonces, ella había usado una peluca para la escena, pero en la vida real esto era distinto.

Instalada en la abadía, Hart tenía que guardar periodos de silencio. Pero algunas veces pudo recibir visitas de amigos actores, como Paul Newman, incluso de su exprometido.

“Cuando entré en la abadía, Don se fue a Hawái. Me dije: ’Bueno, es un adiós. Nunca volveré a saber de él’. Pero me equivoqué. Don vino de visita. Y hasta que murió, venía al menos una vez al año para ayudar en todo lo que podía, para trabajar en áreas en las que eran aceptables. Nunca se casó. Recuerdo que una vez me dijo: ’No todo el amor tiene que terminar en el altar’”, declaró Hart.

El cambio más drástico en su vida

METRO GOLDWYN MAYER / Album / EAST NEWS

Decirle a su exnovio sobre su decisión no fue fácil, pero decirle al famoso productor Hall Wallis fue aún peor. Hart se negó a firmar un contrato millonario con MGM y esto al genio detrás de Casablanca. “Firma o nunca más trabajarás como actriz”, desafió. Pero, para ella, esa ya no era una amenaza real.

A pesar de estar decidida a seguir su verdadera vocación, admitió que tenía miedo. Durante los primeros tres años, lloraba en las noches porque temía dejar el cine y todo lo que le había dado identidad durante su juventud.

Cuando ingresó al convento, tuvo que dejar todas sus pertenencias, desde fastuosos abrigos de piel hasta sus más preciadas joyas. “No podía hablar con la prensa, ni siquiera con mi madre, pero tenían que asegurarse de que era una decisión real”.

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Una monja en los Óscar

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En 1973, Dolores Hart fue elegida como madre superiora y decana de educación del monasterio, dejando atrás su carrera en la actuación.

A pesar de vivir alejada de los focos, Hart sigue siendo miembro activo de la Academia y participa en sus actividades. Recibe copias de las películas, las ve en su modesta habitación, analiza a los candidatos a los Óscar y envía su voto por correo.

En 2012, fue invitada a la ceremonia de los Óscar cuando el documental God Is the Bigger Elvis fue nominado como Mejor Cortometraje Documental. Sorprendió a todos cuando apareció en la alfombra roja con su hábito de monja.

¡Nunca es tarde para seguir nuestros sueños! Como lo demuestran algunos actores que son conocidos por sus papeles rudos, o por robarse corazones en su juventud y que han cambiado con el paso de los años. Algunos de ellos, como Dolores Hart, han decidido retirarse, mientras que otros siguen sorprendiéndonos con su talento y energía a pesar de tener más de 80 años. Sin importar la edad, lo que vale la pena es hacer lo que nos hace felices.

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