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Elon Musk fundó una escuela que desarrolla las aptitudes de los alumnos sin medirlos por sus calificaciones

Puede que conozcas a Elon Musk por ser la persona más rica del mundo o por dirigir Tesla y ser el fundador de SpaceX, entre otras exitosas compañías. Con esto en mente, Musk es un hombre extraordinario que ha revolucionado el mundo de la tecnología con sus ideas. Sin embargo, este empresario fue un paso más allá y decidió intervenir en el modelo educativo de sus hijos.

En Bella y Genial queremos compartir contigo la historia de cómo este magnate empresarial, al estar inconforme con la educación tradicional, decidió crear su propia escuela con métodos alternativos de enseñanza.

Una educación diferente

Elon Musk tiene seis hijos. Cinco de ellos estudiaban en Mirman, una exclusiva escuela para niños superdotados de Beverly Hills, Los Ángeles, pero al multimillonario empresario no le agradó. El problema era el tipo de educación que ofrecían, así que, como cualquier padre de familia descontento, los retiró de allí. Su siguiente paso fue pensar en una alternativa para sus hijos y otros niños.

“Simplemente no vi que estas escuelas estuvieran haciendo las cosas que pensé que deberían hacerse”, dijo para una televisora china. “Así que me dije, bueno, veamos qué podemos hacer. Quizá crear una escuela sea mejor”.

En 2015, fundó una pequeña escuela en el sur de Los Ángeles, California. Para poner en marcha el proyecto, contrató a un grupo de profesores de Mirman y comenzó con un grupo reducido de niños. A su nueva escuela experimental la llamó: Ad Astra. El nombre proviene del latín y significa “hacia las estrellas”.

El programa de Ad Astra

En una entrevista para el Daily Beast, el director de la escuela, Joshua Dahn, explicó que Musk no está involucrado en la gestión de la escuela, pero sí fue importante para que comenzara. Originalmente, Ad Astra era una organización sin fines de lucro, completamente gratuita para los estudiantes.

El número de plazas es limitado para que la atención sea especializada. En septiembre de 2015, contaba con 20 estudiantes y, en 2018, ascendió a 40. Para ser admitidos en la escuela, los niños no tienen que superar ninguna prueba de coeficiente intelectual. Según explicaron los responsables de la escuela a la BBC, los alumnos visitan las instalaciones e interactúan con el personal. Luego, este analiza si los niños podrán o no disfrutar y aprovechar la educación que allí se ofrece.

El programa de la escuela está dirigido a niños de los 7 a los 14 años. Hay cursos de 2.º a 8.º, pero ninguno está determinado según el método tradicional, ya que uno de sus principios es buscar el talento de cada estudiante.

En cuanto a los temas que se abordan en la escuela, el director dice que ponen un “gran énfasis” en ciencias, matemáticas e ingeniería. También se centra en el aumento de la inteligencia artificial (IA), y en la investigación y el debate de una variedad de problemas éticos. En sus programas, no incluyen los deportes, la música y los idiomas.

Valorar las habilidades más que un promedio perfecto

“A algunas personas les encanta la lengua o los idiomas, a otros las matemáticas, a otros la música... son diferentes habilidades”, afirmó Musk en una entrevista. “Efectivamente, no hay calificaciones. En lugar de tratar a la escuela como una cadena de montaje, creo que tiene más sentido atender la educación para que coincida con las aptitudes y habilidades de los estudiantes”.

Otro principio es la importancia de enseñar cómo resolver problemas: “Si quieres enseñarle a alguien cómo funciona un motor, es mejor desmontarlo e ir aprendiendo para qué sirven las herramientas que empezar por un curso completo sobre destornilladores y llaves inglesas”.

“Yo odiaba ir a la escuela cuando era pequeño, era una tortura”, confesó el empresario, quien sufrió acoso escolar durante su infancia en Sudáfrica. Sin embargo, señala que sus hijos sí disfrutan ir.

Para Musk, la escuela nunca fue un factor determinante en su vida. Cree que las escuelas, y específicamente las universidades tradicionales, “son básicamente para divertirse y para demostrar que puedes hacer tus quehaceres, pero no para aprender”. Además, sostiene que no son prueba de una habilidad excepcional y que lo ideal es abandonarlas para dedicarse a crear algo, poniendo como ejemplo a Bill Gates, Larry Ellison y Steve Jobs.

Los chicos que han asistido a Ad Astra llevan unos cuantos años y no han llegado aún a la universidad, por lo que no se sabe cuáles serán los resultados o el impacto de la filosofía de Musk. Pero se cree que un plan de estudios como el suyo, basado en la investigación, puede brindarles a los estudiantes la oportunidad de perseguir sus intereses, poner sus ideas en contexto y adquirir habilidades básicas para resolver problemas.

Si pudieras cambiar algo del sistema educativo de tu país, ¿qué sería?

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