Enrique Iglesias cuenta quién lo ayudó a ser famoso, y no es quien pensábamos
Hace más de veinte años, la música de Enrique Iglesias ha sido un éxito en todas partes. Desde sus primeras canciones de amor, como “Experiencia religiosa” y “Enamorado por primera vez”, hasta sus temas más movidos y pegadizos como Tonight I’m lovin’ you. Todas sabemos que su padre es un famoso cantante, pero puede que la mayoría pensemos que eso fue lo que impulsó y ayudó a Enrique a convertirse en artista. Pero esto no es cierto, hay alguien que tuvo un papel más que clave en la carrera de Enrique, y es posible que solo una muy pequeña minoría lo sepa: Elvira Olivares, su niñera.
A pesar de ser español, el artista pasó gran parte de su infancia y adolescencia fuera de su país
Enrique Iglesias es reconocido a nivel internacional como uno de los cantantes españoles de pop más destacados. Su fecha de nacimiento es el 8 de mayo de 1975 en Madrid, España, y es el hijo del renombrado Julio Iglesias, quien en aquel momento era el cantante europeo con mayor éxito comercial en el mundo, y de la modelo y socialité filipina Isabel Preysler.
Después de que sus padres se divorciaran en 1978, Enrique y sus hermanos, Julio y Chabeli, quedaron bajo la custodia de su madre. Inicialmente, vivieron en España y después pasaron un año en Yugoslavia. Cuando Enrique tenía siete años, se mudaron a los Estados Unidos para vivir con su padre, donde estudiaron y pasaron la mayor parte de su infancia.
Él y sus hermanos fueron cuidados por la “nana” Elvira Olivares, a quien consideraban como una segunda madre
Debido a la apretada agenda de su padre, era difícil para él pasar tiempo en casa con sus hijos, por lo que contaban con el cuidado de una niñera a tiempo completo llamada Elvira Olivares. Para el joven Enrique, ella era como una segunda madre, en quien confiaba ciegamente. Él amaba la música a escondidas y componía sus propias canciones, la única que conocía su secreto era Elvira.
A medida que crecía, se convencía cada vez más de que su familia no lo apoyaría si decidiera seguir una carrera en la música. La relación con su padre era complicada, él tenía altas expectativas para sus hijos y era muy exigente. Enrique se sentía incapaz de cumplir con esas expectativas y creía siempre estaría a la sombra de su padre. Al igual que otros hijos de famosos, decidió que tenía que seguir su propio camino, sin depender de su apellido para alcanzar la fama.
Aunque de grande ya no la necesitaba para que lo cuide, ella siguió dándole su apoyo
Cuando le preguntan acerca de su “seño”, el cantante responde con mucho cariño y aprecio hacia ella. Él la considera su segunda madre y la describe como la persona con la que ha pasado la mayor cantidad de tiempo. Asegura que la ama más que a sí mismo y que ella ha sido una de las personas más importantes en su vida. Él confía en ella y ha buscado su ayuda en momentos importantes.
A pesar de que ella ya no trabajaba como su niñera, su relación seguía siendo muy cercana. Cuando el cantante cumplió la mayoría de edad, acudió a ella para hacer realidad su sueño de convertirse en artista. Elvira no dudó en prestarle los 500 USD que tenía ahorrados para que pudiera financiar su primer demo de tres temas. Esto permitió que el cantante pudiera pagar un estudio de grabación y grabar sus canciones para enviarlas a las discográficas.
Estuvo más de 10 años sin hablarse con su padre
Al presentar su obra a las discográficas, decidió utilizar el seudónimo de Enrique Martínez para evitar cualquier sospecha sobre su verdadera identidad. Incluso declaró ser guatemalteco. Su padre interpretó este comportamiento de emprender su carrera en solitario y renegar de su apellido como arrogante y prepotente.
Cuando Julio escuchó el primer álbum de su hijo, Enrique Iglesias, se disgustó enormemente, lo consideró un desastre sin futuro y pronosticó un fracaso de ventas. Sin embargo, se equivocó. El disco comenzó a venderse rápidamente, colocando a Enrique en los primeros puestos de las listas musicales y aumentando aún más la tensión entre padre e hijo, quienes durante muchos años no se hablaron.
El tiempo y la madurez pueden sanar cualquier herida
Su padre no creía en él y pensaba que nunca alcanzaría el éxito. Aunque Enrique vendía millones de copias, Julio minimizaba su logro, diciéndole que era imposible que vendiera más. Incluso le negaba la posibilidad de ganar un premio Grammy, sin embargo, Enrique lo ganó en la categoría de Mejor Interpretación de Pop Latino en 1996, el mismo premio que su progenitor había ganado en 1987.
A pesar de las expectativas poco alentadoras de su padre, Enrique logró alcanzar el éxito y demostró su talento en la música. Con el tiempo, padre e hijo lograron reconciliarse y sanar su relación. Hoy en día, Enrique es un gran orgullo para él, quien se declara fan de su música.
Si quieres conocer la historia de amor de Enrique, puedes visitar este artículo. Y puedes revisar por aquí para leer más sobre hijos que heredaron el talento de sus padres. Y si tienes ganas de ver hijos que son casi una fotocopia de sus padres, no puedes perderte este. Y aquí puedes encontrar un opuesto: hijos que son completamente diferentes a sus padres famosos. Y un último, imperdible: padres famosos que decidieron darles a sus hijos nombres no binarios.
También en su vida privada hizo las cosas a su manera
Ser parte de la familia Iglesias-Preysler no fue sencillo para Enrique. Por eso, al formar su propia familia con la extenista Anna Kournikova, decidió que debía hacer las cosas de manera diferente. Es un padre comprometido y dedicado, y a pesar de su apretada agenda, trata de pasar la mayor cantidad de tiempo posible con sus hijos y con Anna, con quien tiene una relación estable y duradera.
Asimismo, Enrique intenta proteger la privacidad de sus hijos y mantenerlos alejados de los medios. Planifica sus giras para no pasar largos periodos lejos de su familia y se asegura de que los niños mantengan contacto con sus abuelos. Ahora es él quien cuida de doña Elvira, en agradecimiento por los años en que ella lo cuidó con tanto amor y paciencia.