La historia de Julie Andrews, que encontró al amor de su vida en la calle y se quedó junto a él por 41 años
Miles de mujeres nos hemos criado junto con esta reconocida actriz, quien interpretó a Mary Poppins o a la reina de Genovia en El diario de la Princesa. Pero, lo que muchas desconocen es que hay ciertas historias de amor que superan la ficción, y ese fue el caso de la talentosa Julie Andrews y el director cinematográfico Blake Edwards. Desde el momento en que se conocieron hasta haber formado una gran familia, cada momento pareciera ser sacado de una película.
En Bella y Genial queremos que conozcas esta apasionada historia que nos demuestra que el verdadero amor no solo se encuentra en nuestras series favoritas, también puede ocurrir en la vida real.
Una pequeña con un enorme talento
Nació en Inglaterra, y a corta edad ya encantaba a todos con su voz. Su madre y padrastro descubrieron el talento de su hija y la incitaron a que comenzara una carrera en el ambiente artístico. Fue así como Julie comenzó a presentarse en salones de música desde niña hasta adolescente, y a los 20 hizo su debut profesional en una obra musical en el Palladium de Londres.
Tras sumergirse en el mundo de Broadway, su golpe de suerte finalmente llegó en 1964, cuando obtuvo el papel principal en la película Mary Poppins. Fue entonces cuando el mundo conoció su nombre.
Actuando descubrió su pasión
Por su parte, Blake nació en Estados Unidos y comenzó su carrera en la industria del cine como actor. Allí se dio cuenta de que prefería dirigir que ser dirigido. Empezó a escribir guiones y a dirigir programas de televisión, para más tarde hacerlo en el cine, siendo Operation Petticoat su primer gran filme como director.
Unidos por el destino de la manera más particular
El primer encuentro entre ambos fue una casualidad, la cual podría haber pasado desapercibida, si no hubiera sido porque Cupido tenía sus planes con ellos: “Nos conocimos literalmente como barcos que se cruzan en la noche, pero en realidad eran nuestros autos. Yo iba para un lado y él para el otro. Bajó la ventanilla y después de sonreír un par de veces, dijo: ’¿Vas a donde yo acabo de ir?’. Yo iba a un terapeuta del que él venía. Muy cursi”, confesó en una entrevista.
Ella estaba casada con su amor de la infancia, el productor Tony Walton, y tenía una hija llamada Emma. Él, por su parte, también tenía su familia con otra mujer y dos hijos, aunque ambas parejas terminaron en divorcio: “Sentí que había fallado miserablemente y me culpé por eso. Aunque creo que probablemente fue un poco de ambos”, dijo en relación con su separación, la cual se produjo cuando su hija tenía apenas 5 años.
De un amor incipiente a una familia feliz
Pero el amor volvió a tocar a su puerta cuando Blake le pidió matrimonio: “Eso fue una sorpresa total. Solo nos habíamos estado viendo durante poco más de un año, y ninguno de nosotros estaba divorciado de su excónyuge”, admitió la actriz. Dos años más tarde, la pareja finalmente se casó, iniciando una historia que duró 41 años.
Formaron una familia ensamblada con sus hijos: Emma, la hija de Julie, y Geoffrey y Jennifer, hijos de Blake. Y aunque quisieron tener hijos en conjunto, no pudieron lograrlo. Pero la vida les dio revancha: pudieron cumplir su sueño adoptando a dos niñas huérfanas vietnamitas durante el conflicto bélico de ese país. “Amy llegó a nuestras vidas y fue maravilloso. Luego Saigón comenzó a caer, y en tres meses tuvimos otro. Le dijimos al orfanato de donde venía Amy: ’Sabemos que no podrán hacer esto por mucho tiempo. Una vez que caiga el sur, cesarán las adopciones, así que si desean enviarnos a otro niño, por favor, háganlo’. Entonces, de repente, Joanna estaba con nosotros”, confesó.
Pareja y también colegas
La pareja tuvo el agrado de trabajar junta en siete ocasiones, siendo el musical Victor/Victoria el más querido por la actriz: “Trabajar con él era encantador, tenía su lado bueno y malo. Sé que podíamos hablar acerca del papel sin problemas, y sabía que si Blake filmaba, yo iba a estar completamente cuidada. Amábamos trabajar juntos”, dijo en una entrevista.
Pero a pesar de compartir momentos felices tanto en lo laboral como en lo familiar, como en cualquier película de amor, nunca todo es perfecto. Él sufría de depresión: “Blake era el tipo más carismático e interesante que podías conocer [...]. Era hilarantemente divertido y tenía un sentido del humor tan oscuro que simplemente me encantó. Pero también era, a veces, una personalidad muy depresiva, y lo pasaba muy mal. Lo conocí muy bien y él me conoció muy bien a mí: estuvimos casados durante 41 años antes de que falleciera, y tuvo horribles episodios de depresión”, se sinceró la actriz.
Un amor para siempre
Tras tener complicaciones con una neumonía, Blake lamentablemente falleció el 15 de diciembre de 2010. El tiempo que ya no pueden compartir se compensa con todo lo que han vivido: “Estuvimos casados 41 años, y fue una historia de amor [...]. El éxito en nuestro matrimonio fue ir un día a la vez y así, he aquí, 41 años después, todavía estábamos”, confesó en 2015.
A pesar de su partida, ella admitió que no lo había superado: “Hay días en los que todo es perfectamente maravilloso y soy yo misma, y luego, de repente, te golpea en el estómago y es como ’Ah, Dios, desearía que él estuviera aquí’. Creo que uno llevará ese amor por siempre”, dijo, demostrando que aunque el tiempo y la vida pasen, el amor verdadero perdura eternamente para quienes se aman de la manera más pura.
¿Conoces o viviste algún romance de película? Si quieres, puedes contarnos qué te hizo sentir que así fuera.