La historia de la cantante, que en la cima del éxito, se encerró en un castillo por más de 20 años
La cantante de música celta, Enya, comenzó a sobresalir con canciones del género del New Age durante la década de los noventa. Con esa voz tan potente y relajante era una de las favoritas de la industria musical y se quería saber mucho más de ella y su material. Sin embargo, tras desaparecer poco a poco de las cámaras, se supo que la interprete se compró un castillo en Irlanda y se alejó de todo por completo... y esta es su historia.
Es probable que si pensamos en los años 90, venga a nuestra memoria la música de fondo de Enya, como se conoce popularmente a la cantante y compositora irlandesa Eithne Pádraigín Ní Bhraonáin. En ese tiempo ella se sentía como pez en el agua, pues se ajustaba perfectamente a todo el movimiento espiritual y del yoga que surgía como solución al estrés. Y con cada una de sus canciones celestiales que parecían mantras, ganó millones de seguidores.
Enya dio sus primeros pasos en la música allá por 1979. Sin embargo, la gloria llegó muy poco después, en 1988, con “Watermark”, su segundo álbum, que incluye éxitos que todavía le reportan generosas regalías, como “Orinoco Flow” y “Caribbean Blue”. Así, entraba en los años 90, la era del New Age, con una gran fuerza. Su quinto álbum, “The Memory of Trees” (1995), la mantuvo en la cima de las ventas, confirmando que era la gran diva de ese género. Nadie podía desbancarla de ese lugar, excepto ella misma.
En 1993, cuando estaba en la cúspide de su carrera, tomó una incomprensible pausa sabática y comenzó a alejarse de a poco. Para el año 1997, tenía suficiente dinero como para no preocuparse nunca más por cuestiones financieras (se estima que poseía alrededor de cien millones de libras). Entonces, se encerró con un claro objetivo: dedicarse a su música sin ningún tipo de condiciones, plazos u obligaciones. Para eso se compró un castillo situado en Killiney, Irlanda, el cual tenía altísimos muros de piedra y puertas de acero. Anteriormente, había sido llamado Castillo Victoria, luego Castillo Ayesha, hasta que Enya lo bautizó como Castillo Manderlay.
El claro ejemplo es que desde el año 2000, solo ha lanzado dos discos con canciones originales y un recopilatorio. Su último gran éxito fue en el primer año del nuevo milenio, cuando quizás ya presentía que las tendencias estaban cambiando. En alguna de sus (pocas) entrevistas, confesó ser una persona reservada y de difícil convivencia. Quizás por ello, no se le conoce ningún romance, y en su hogar solo comparte espacio con algunas empleadas y una docena de gatos.
Enya, por su parte, reveló en alguna ocasión: “No he conocido a ningún hombre que pueda adaptarse a mí. Podría haber un elemento de miedo, sabiendo que nadie ha comprendido mi fuerza de voluntad, mi necesidad. En cuanto a los niños, tengo suficientes sobrinos para llenar ese vacío”.
Acá les mostramos algunos famosos que tampoco dudaron en alejarse un poco de los reflectores para tomar nuevos rumbos o solo tomar un tiempo para centrarse en su vida:
Algo que ha llamado la atención es que esta cantante parece prosperar mientras más se aleja del mundo, o al menos eso es lo que ha dado a entender, ya que lleva poco más de dos décadas viviendo recluida voluntariamente en un castillo en Irlanda. A pesar de su aislamiento, esta talentosa intérprete se mantiene como una de las artistas más exitosas y populares tanto en Irlanda como en el mundo. Además, no realiza conciertos ni ofrece entrevistas.
Hace algún tiempo, un medio británico inició una investigación para encontrar información sobre ella y solo lograron obtener datos de algunos vecinos, quienes confirmaron que Enya no socializa nunca y que rara vez se le ve fuera de su castillo.
“La música es lo que vende, no yo. Y siempre lo he querido así, porque soy extremadamente celosa de mi intimidad. Mucha gente podría pensar que es imposible tener éxito sin una vida pública. Están equivocados”, confesó la artista, cuando estaba en la cúspide de su carrera. Todo lo que se ha mencionado anteriormente es un indicio de que al parecer, a la cantante le gusta mucho su soledad. Se sabe que fue enviada por su familia a un convento de música cuando era niña y siempre ha vivido sola.
Una de sus últimas apariciones televisivas fue hace casi 20 años, cuando participó en los Óscar del 2002, interpretando una canción de la banda sonora de la primera película de El Señor de los Anillos. En el 2015 lanzó un disco que tuvo poca repercusión, y en el 2017 unos científicos le dieron su nombre a un nuevo pez descubierto en el río Orinoco. De vez en cuando, si se aburre, viaja al sur de Francia, según cuentan. Poco más se sabe de Enya, quien el pasado 17 de mayo cumplió 62 años.
Quizá todos alguna vez hemos deseado alejarnos del mundo y vivir en completa soledad, como lo hizo esta cantante. Y aunque desconocemos sus razones, es bastante curioso que haya renunciado al éxito y el glamour que un famoso posee para vivir en un castillo. ¿Si tuvieras la oportunidad también vivirías en uno?
La cantante no es la única que le dio un giro de 180 grados a su vida, hay otras celebridades que desaparecieron de la vista pública y han sido vistos viviendo de manera bastante sorprendente, como Carlos Peniche, quien se volvió indigente, no te pierdas su historia.