Bella y Genial
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La historia de Sandra Oh, quien superó las críticas a su aspecto y logró el reconocimiento mundial de su trabajo como actriz

En la actualidad, es imposible mirar su rostro en la TV y no conocer su nombre. Sara Oh no ha parado de sorprendernos proyecto tras proyecto. Sobre todo, quedamos impactadas por la fortaleza y genialidad de sus personajes, como Cristina Yang, Eve Polastri, o Amanda. Sin embargo, detrás de esta mujer exitosa, hubo un enorme obstáculo a superar.

En Bella y Genial te compartimos la historia de esta actriz, quien se abrió paso en el mundo del entretenimiento y logró ser reconocida, tanto por su talento como por su peculiar belleza.

Iniciando su pasión

Sandra Oh nació en Canadá, después de que sus padres decidieran mudarse de Corea cuando eran más jóvenes. Inició desde muy pequeña en clases de ballet, que fue su primer acercamiento con las artes y lo que la haría descubrir desde temprana edad que le gustaba el espectáculo. Aunque sus padres no lo aprobaban, con ayuda de su hermana participó en obras de teatro. Después comenzó a construir su carrera como actriz a los 15 años con pequeñas participaciones en comerciales. Siguió con este sueño en mente y estaba tan decidida a dedicarse a la actuación que incluso llegó a rechazar una beca para estudiar periodismo.

Sus padres, su mayor impulso

En un comienzo, los padres de Sandra Oh no apoyaban para nada su carrera artística. Para ellos no había ningún bien en la actuación y constantemente le pedían que desistiera. Su actitud de constante resistencia hacia los deseos de Sandra, de alguna manera, la hicieron un poco más fuerte ante la crítica que pudiera venir después.

En una entrevista dijo: “Cuando tienes a dos de las personas más importantes en tu vida diciéndote que no puedes hacer algo y lo haces de cualquier manera, entonces realmente no importa lo que diga nadie más”. Aun así, Sandra siguió su rumbo y ellos, a pesar de sus creencias, al verla actuar, consolidar papeles y disfrutar lo que hacía, se convirtieron en su más grande apoyo y los más leales seguidores de su trabajo.

Lidiando con estereotipos

De ascendencia coreana, viviendo en Canadá y luego en Hollywood, Sandra Oh declaró que se sentía diferente a los demás por su aspecto. Dentro del mundo de la actuación, para ella no fue fácil lidiar con los estereotipos étnicos y de belleza, que no eran lo suficientemente diversos y en los que ella sentía no encajar.

Cuando tenía 20 años, un agente le dijo que no tenía los rasgos para tener un papel principal y comenzó a considerar fuertemente la cirugía plástica para cambiar su aspecto. “Recuerdo que un cirujano plástico me dijo que la mitad inferior de mi rostro era propia de una mujer, pero la mitad superior no era de un género específico”.

Pero la cirugía no ocurriría. Un día, hablando con su hermano menor, él le dijo que no pensaba que necesitara modificar nada. Le recordó que recientemente había obtenido un papel en la película El diario de Evelyn Lau, su primer protagónico que logró gracias a una audaz audición. Consiguió la atención de la producción cuando en la prueba pidió un momento para concentrarse y se tiró al piso durante unos minutos. Su seguridad encantó al director de la película y le dieron el papel.

Las palabras de su hermano fueron las que la hicieron dar un paso atrás con las operaciones estéticas a su rostro. Le recordó lo que estaba logrando siendo simplemente ella misma y que era capaz de interpretar papeles fuertes e importantes si necesidad de lucir como los estereotipos.

Dijo “no” a Grey’s Anatomy

La Dra. Cristina Yang en la serie Grey’s Anatomy es uno de sus papeles más icónicos y con el que Sandra Oh ganó mucha popularidad alrededor del mundo. Es por eso que pocos se imaginan que la actriz en un principio audicionó para otro papel en la serie, el de la Dra. Miranda Bailey. Ella preguntó por otros papeles disponibles y fue ahí que quiso interpretar a Cristina Yang. Pero, antes de hacer una prueba para el papel, su agente le aconsejó irse, pues no iban a aceptar el acuerdo económico que ella buscaba, así que abandonó las audiciones. A pesar de eso, la producción estaba tan interesada en ella que la siguieron buscando para ofrecerle el papel que ella quería interpretar.

Durante casi 10 años, pudimos disfrutar de varias facetas del personaje que Sandra Oh había interpretado y que ella misma ayudó a desarrollar a lo largo de la historia de la serie. Cuando se decidió a dejarla, dijo que sentía que había dado todo lo que tenía que dar al personaje y que se sentía extremadamente creativa y en un punto de su carrera en el que podía decir “no” a más proyectos y esperar el reto indicado; ahora tenía el poder de elegir sus siguientes trabajos.

Abrumada por la fama

Aún con varios años fuera de la serie que la impulsó al reconocimiento mundial, el impacto de su personaje continuó teniendo fuerza entre los seguidores. “Cuando pierdes el anonimato, tienes que encontrar herramientas para seguir siendo real”. Sandra Oh ha declarado que su experiencia con la fama en algún punto fue demasiado abrumadora y fue solo con ayuda de un terapeuta que pudo lidiar con sus emociones. Ha aprendido a manejar el exceso de atención, la expectativa que los demás tengan sobre ella y a mantenerse con los pies en la tierra.

Fiel a ella misma en sus papeles

Sandra decidió no encasillarse en un tipo de personaje y probar con proyectos diversos. Ella ha dicho que lo que busca es interpretar papeles dinámicos y que la inspiren. Y eso es algo que definitivamente podemos apreciar de su trabajo. Ya sea en proyectos cómicos o dramáticos, aún antes de la fama, ha desarrollado papeles fuertes, de carácter. Con interpretaciones memorables con los que ha logrado crecer y plasmar un poco de ella misma, ha demostrado su convicción y que aún hay mucho por descubrir del talento que esta gran artista posee.

¿Cuál personaje de Sandra Oh te ha impresionado más y por qué? Cuéntanos en los comentarios y comparte su historia para que más mujeres se inspiren y sigan persiguiendo sus sueños.

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