Thalía y Tommy, una pareja en la que nadie creía, pero hoy llevan más de dos décadas juntos
Thalía y Tommy Mottola comenzaron su romance en 1999 y los medios empujaron la noticia con la rapidez de un ciclón. Las opiniones y expectativas con respecto a la situación de la pareja a largo plazo no eran buenas. La gran diferencia de edad y la posición económica del poderoso productor musical parecían ser puntos en contra para la estabilidad amorosa de esta pareja. Sin embargo, han pasado más de veinte años y hoy se los ve igual de felices y enamorados que la primera vez.
En Bella y Genial celebramos siempre el amor, sobre todo cuando sorprende. Este es el caso de Thalía y Tommy, aquí te contamos toda su historia.
Crecieron en culturas diferentes, pero con una pasión común: la música
La gran artista mexicana apuntaba desde muy pequeña al estrellato. Con tan solo un añito, ya estaba frente a las cámaras rodando spots publicitarios y conquistando corazones. Su talento era indiscutible, y sumado a su belleza y su carisma, todo parecía indicar que tenía el éxito casi asegurado.
Tommy, por su parte, fue un muchacho alocado del Bronx y de raíces italianas que soñaba con convertirse en músico. Al terminar sus estudios, decidió hacer su sueño realidad y ser parte de una banda. Pero resultó que su talento real no era como intérprete, sino descubriendo las habilidades musicales en los demás. Así inició su carrera como representante y productor, y llegó a tener en su lista de clientes a artistas de la talla de Michael Jackson y Bob Dylan.
Sus carreras artísticas iban muy bien encaminadas desde antes de conocerse
Ninguno había pasado sus días de forma ociosa, por lo que el éxito ya estaba tocando a sus puertas. Mientras la cantante triunfaba tanto a nivel musical como televisivo, protagonizando telenovelas como Marimar o María, la del barrio, que causaron furor en ese momento, el cazatalentos ya estaba a la cabeza de una de las productoras musicales más poderosas del mundo, codeándose a diario con grandes estrellas de la música.
Sin embargo, no todo era de color rosa en sus vidas. Tras varias decepciones amorosas e intentos fallidos de encontrar a sus almas gemelas (incluidos dos divorcios previos a sus espaldas, en el caso de Tommy), ambos seguían teniendo “el amor” como asignatura pendiente.
Fueron los Estefan quienes hicieron que se conocieran, guiados por su intuición de que la cosa entre ellos podría funcionar
Emilio y Gloria Estefan, amigos tanto de Thalía como de Tommy, creyeron que la cantante y el productor estaban hechos el uno para el otro. Conocían a ambos muy bien y tenían la corazonada de que, por sus gustos y aficiones, encajarían a la perfección. Por aquel entonces, Thalía y Tommy no estaban interesados en entablar una nueva relación. La carrera de la mexicana estaba en pleno auge y sus compromisos la mantenían muy ocupada, mientras que Tommy todavía no acababa de recuperarse del fracaso de su matrimonio anterior.
Aun así, y tras la insistencia de sus amigos, accedieron a ir a una cita a ciegas, la cual cambiaría sus vidas para siempre. El flechazo fue inmediato, y la química innegable. Tiempo después, la cantante confesó: “Todas las mujeres de mi familia siempre se han sentido atraídas por hombres mayores. Mi papá era veinte años mayor que mi mamá. Todas mis hermanas están casadas con hombres mucho mayores que ellas. Cuando vi a Tommy, me encantó por su look, por su mirada, su forma de platicar. Me gustó su seguridad. Fue como encontrar el complemento perfecto”.
“Estoy viviendo un cuento de hadas. La felicidad sí existe. Soy plenamente feliz y me caso enamoradísima. Él adora a mi familia y me trata como una reina. ¿Qué más puedo pedirle a la vida?”
Durante una entrevista, Thalía contó cómo fue que Tommy le pidió matrimonio diciendo: “Estando en Miami, en un muelle desde donde se veía el atardecer, yo le comenté que la tarde me parecía tan mágica que nunca la iba a olvidar. ’¿Estás segura de que nunca la vas a olvidar?’, me preguntó. ’Nunca’, le contesté. Entonces salió corriendo y volvió con una cajita. Mi corazón comenzó a palpitar muy rápido, pensé que podía ser un anillo de compromiso. Él, para confundirme, me tocó la oreja y me dijo: ’Se te van a ver muy bonitos’. Entonces abrí la caja y vi que no eran aretes, sino un anillo. La cerré inmediatamente y me puse a gritar de felicidad. Tommy se arrodilló y me pidió que me casara con él. Sentí que me desmayaba. Nos abrazamos, nos besamos y lloramos juntos”.
La boda se celebró el 2 de diciembre de 2000, en Nueva York. Quien fue “el cupido” de la pareja, Emilio Estefan, fue el padrino. Entre los invitados había grandes personalidades del mundo del espectáculo, como Robert De Niro, Julio Iglesias, Michael Jackson y Jennifer López. Thalía lucía espectacular. Su hermoso vestido era del diseñador mexicano Mitzy, tenía 17 metros de cola y pesaba alrededor de 70 kilos. Los medios calcularon que el costo aproximado del evento fue de unos 3 000 000 USD.
Tras más de un año de búsqueda, la familia empezó a crecer
La pareja llevaba tiempo deseando un bebé, el cual se estaba haciendo esperar. Supieron de la buena nueva tras acudir al médico después de que la cantante sintiera náuseas al oler algo tan familiar como su perfume favorito. Casi siete años después de su boda, llegó a sus vidas la pequeña Sabrina, primera hija de la pareja.
Unos años más tarde, recibieron al pequeño Matthew Alejandro. Según las estadísticas de ese año de la web Babycenter.com, ese nombre fue tendencia. Se convirtió en un referente y sirvió de inspiración para muchas familias latinas afincadas en los Estados Unidos, quienes también quisieron llamar así a sus niños.
Si por separado ya eran exitosos, juntos elevaron su éxito a la máxima potencia
El poderío artístico de la cantante mexicana, unido al poder empresarial del productor, han hecho de esta pareja un dúo imparable. Y no solo eso, ya que incluso en sus proyectos personales ambos cuentan siempre con el apoyo y ayuda del otro para poder llevarlos a cabo. No hace falta más que darse una vuelta por sus redes sociales para notar fácilmente lo orgullosos que están el uno del otro. Constantemente felicitan sus éxitos y logros, se dan las gracias y comparten incansablemente con el mundo su profundo amor.
Como cereza del pastel, ambos consiguieron en los últimos años hacerse con sus propias estrellas en el Paseo de la Fama de Hollywood como premio a sus carreras profesionales. Desde aquí les deseamos que sigan cosechando éxitos, si es que aún les quedan algunos por conseguir, años de amor y que siempre sean tan felices como hasta ahora.