14 Personas contaron qué platos los transportan a su infancia en cuestión de segundos
Existen ciertas comidas que van pasando de generación en generación y ya son parte de nuestra historia familiar. En muchos casos, nuestras madres o abuelas improvisaban un plato inédito con los restos que encontraban en la nevera, y esas combinaciones quedaban grabadas en nuestra memoria y hoy se transformaron en recuerdos muy preciados de nuestra infancia. Y aunque intentemos imitarlos, es bastante complicado que su gusto sea idéntico, quizás porque faltan dos ingredientes realmente importantes: el amor con el que nuestros familiares lo preparaban y la magia de la niñez.
En Bella y Genial recopilamos recetas de usuarios que quisieron compartir una parte de su historia. Ciertos sabores nos marcan y sus anécdotas son prueba de ello. Al final, preparamos un bono con recuerdos gastronómicos de nuestros propios autores.
- Mi madre hacía algo que llamábamos “pollo italiano”. Eran trozos enteros de pollo dorados y cocinados a fuego lento en una salsa de tomate básica (enlatada) en la sartén eléctrica, servida sobre espaguetis. Probablemente, yo podría hacer algo similar, pero no tendría el mismo sabor porque no me estaría peleando con mi hermano y mi hermana por las patas. © EatMorePieDrinkMore / Reddit
- Crecí en los años 90. De las rarezas alimentarias, solo recuerdo el sándwich de pan con mayonesa de ajo (que ya se vendía lista) y los fideos secos instantáneos, que nosotros, los niños, comíamos en los recreos directamente del paquete. © Maria Denisyuk / Genial.guru
- Papá siempre traía pasta de tomate y aceite de girasol. Picábamos la cebolla, la mezclábamos con sal, pasta de tomate y mantequilla, y lo comíamos con pan negro. Mientras escribo, se me hace agua la boca. También había unas galletas cuya fecha de elaboración y vencimiento era un completo misterio. No tenían sabor, y o bien estaban húmedas o parecían hechas de piedra. Mamá las rociaba con un poco de agua y las horneaba hasta que se doraban. Las galletas inmediatamente se volvían fragantes y sabrosas. Y si unías dos galletas con mantequilla, casi obtenías un pastelillo. © psgbel / Genial.guru
- Cuando estaba sola en casa en verano, calentaba en el microondas un trozo de pan blanco con una feta de queso encima. Ya no puedo regresar a esa vida. © L_Monochromicorn / Reddit
- Comida de niños: papas fritas con mucho aceite y trozos de pollo empanados fritos. Clásico, pero también un poco asqueroso. © Tabernacle48 / Reddit
- Los fideos con chili de mi madre. Tenían solo carne picada, cebolla picada y salteada, fideos y tomates picados y/o salsa de espaguetis con especias. He intentado prepararlo yo misma, pero tenían algo tan bueno que no puedo imitarlo. Le he preguntado por qué estaban tan buenos, pero no recuerda haberle hecho nada especial. © ColdRevenge76 / Reddit
- ¿Qué hay del jugo que queda después de una ensalada de pepinos, tomates y mayonesa o crema? De pequeños, mi hermano y yo discutíamos sobre quién lo recibiría. © KoloBasya / Genial.guru
- Una panadería hacía unos pastelillos divinos con crema de claras batidas. Gastábamos todo el dinero de bolsillo en ellos. Una vez, fuimos con una amiga a comprar pan y vimos a un hombre que estaba comprando una bandeja entera de esos pastelillos. Suspiramos con envidia de que alguien tuviera tanta suerte. Llegué a casa y ese hombre estaba sentado en nuestra cocina. Resultó que era el primo de mi padre, que había llegado de visita. Yo solo lo había visto en mi primera infancia y no lo había reconocido, por supuesto. Fue un día de mucha felicidad. © Zinaida Petrovna Traktorenko / Genial.guru
- En los años 90 vendían unas pequeñas prepizzas. Eran muy baratas. Todavía recuerdo ese sabor: les poníamos pasta de tomate y mayonesa, salchichas, cebollas, queso. Ahora también hay prepizza a la venta, pero, como suele pasar, no es lo mismo. En la infancia todo se siente de manera diferente. © Ciervo / Genial.guru
- Una noche, cuando salía con mi (ahora) marido, estaba haciendo pasta rellena para cenar. Me preguntó: “¿podemos comer ensalada de atún como guarnición?”. Me dijo que recordaba que su madre la servía así. Así que le dije: “sí, claro” y la hice. Me sorprendió, era una combinación muy buena, y ahora comemos ese plato a menudo. 15 años después, su madre vino a casa y acabamos hablando de esta comida. Ella no tenía ni idea de lo que estaba hablando. Nos dijo que debe haber hecho eso una vez como una comida para “limpiar la nevera”. © librarianjenn / Reddit
- De pequeñas, a mi hermana y a mí nos encantaba derretir azúcar en una sartén. ¡Cuántas cucharas doblamos en el proceso! Y lo más exquisito era la crema con azúcar derretida en una sartén, era nuestro caramelo casero. Lo vertíamos en moldes (platillos pequeños, cucharas) y lo mordisqueábamos. © Vaya sombrero / Genial.guru
- Yo solo comía las salchichas si estaban fritas. De platos muy extraños: mi abuela nos daba a mí y a mis amigos leche en la que ponía pan seco. Incluso trabajamos para ella para que nos lo preparara. Causaba furor. No eran épocas de hambre, solo que mi abuela era la diosa del marketing. © Azarika / Genial.guru
- Nosotros comprábamos carne picada congelada en briquetas. La cortábamos finamente y la freíamos. ¡Qué deliciosa era! © RagDolly / Genial.guru
- Fui a mi tierra natal a visitar a mi abuela, y allí me esperaban sus papas fritas con cebolla, hechas en una sartén de hierro fundido, crujientes. Y las albóndigas, las mismas que en la infancia. Yo miré todo eso con tristeza y mi abuela dijo: “Seguirás con tu dieta en tu casa, ¡siéntate a la mesa!”. Y pensé: “¡Sí, al diablo toda esta vida adulta!”. Y también le pedí una jarra de leche fría para tomar con todo ese esplendor. © Ciervo / Genial.guru
Bono: Nuestros autores también tienen sus propios recuerdos sabrosos
- Cuando era pequeña, siempre quería algo dulce. Normalmente, comía un simple pan con mantequilla y azúcar espolvoreada encima, pero un par de veces mi madre hizo un pastel que nunca pude olvidar. Se llamaba “Tofi”. La receta era sumamente simple: había que derretir medio paquete de mantequilla y medio kilo de tofi suave hasta obtener una masa homogénea, luego verter todo eso sobre palomitas de maíz y, después de mezclar bien, formar bolas o una montaña en forma de hormiguero. No entiendo por qué mi madre hacía este plato divino tan raras veces. Sospecho que no quería malgastar mantequilla en una tontería.
- Todavía me encantan los pastelillos y los prefiero a cualquier chocolate. Y cuando era niña, estaba dispuesta a vender mi alma por ellos. Por lo tanto, mi hermana y yo creamos nuestra propia versión de pastelillo: había que tomar un bagel y cortarlo a lo largo. Quedaban dos mitades. Untábamos con mantequilla cada una de ellas y las cubríamos generosamente con azúcar. Luego las metíamos al horno: la mantequilla se derretía, el azúcar también se derretía un poco, y el pan se cubría con una costra deliciosa. Lo sacábamos y comíamos ese bagel tierno empapado en mantequilla dulce con azúcar crujiente encima, mmm... Preparo este platillo incluso ahora a veces.
- Mi madre solía hacerme huevo revuelto con salsa de tomate en una sartén. Luego, me preparaba un sandwich o tostadas con esa mezcla. Si ahora tengo hambre y tengo ambos ingredientes, lo preparo como primera opción y me regresa a mi infancia en segundos.
¿Cuál es el plato que más recuerdas de tu infancia? ¿Por qué crees que significa tanto para ti?