15 Anécdotas de padres aterrorizados por cosas que dijeron sus hijos
Los niños son un manojo de cualidades: al no estar todavía tan limitados por la sociedad adulta, mantienen la inocencia, la honestidad y la autenticidad que muchos van perdiendo con los años. Pero no solo eso, ya que algunos dicen que son capaces de percibir cosas que la “gente grande” no puede. ¿Será cierto? Pues quizá estas historias sean prueba de ello.
- Cuando mi hija tenía 2 años, fuimos a la casa de los abuelos de mi esposo, que está en un cerro. Mi niña estuvo jugando muy a gusto afuera. Cuando entró en la vivienda, me preguntó quién era el señor de la fotografía en la pared. Le contesté que su bisabuelo, que había vivido ahí, pero que ya estaba con Dios, y me dijo: “Estaba jugando conmigo allá afuera, me daba flores...”. Más tarde, mi cuñado gritó en medio de la noche, cuando todos dormíamos, y nos platicó que lo hizo porque sintió a su abuelo. Nil CM / Facebook
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- Mi mamá le preguntó a mi hermano de 3 años dónde quería hacer su fiesta de cumpleaños. Él respondió: “En ninguna parte, mi fiesta estará en el cielo”. Fue el mes más angustioso de la vida de mi madre. Gracias a Dios, ahora tiene 22 años. Quién sabe de dónde sacó eso. Leticia Imperador / Facebook
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- Mi hijo tenía unos 4 años cuando fuimos a visitar a su abuela, que vivía en otro estado. Tan pronto como llegamos, lo llevé a dar un paseo por el vecindario y le mostré un riachuelo con una pequeña cascada. Al acercarme, le conté historias de cómo mis amigos y yo nos divertíamos allí cuando éramos adolescentes. De pronto me interrumpió y me dijo: “¡Yo sé de este lugar, ya lo conozco! Yo estaba con ustedes también”. Ze Bambu / Facebook
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- Compramos un sillón para la casa. Cuando mi hijo lo vio, inmediatamente afirmó que era su sofá, se sentó y dijo: “Mami, ¿puedes traerme una taza de té?”. Yo, riendo, respondí: “¿Desde cuándo te gusta el té?”. Me contestó que siempre le había gustado beberlo sentado en esa poltrona. Le pregunté desde cuándo tenía esa costumbre, y mi hijo, riendo, respondió: “Ay, mami... claro, no te acuerdas, han pasado más de 100 años”. Solo tenía 3 años, no podía saber lo que significaban 100 años. Renata Arantes / Facebook
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- Mis padres me cuentan que al poco tiempo de comenzar a hablar, les decía que ellos no eran mis papás. Preguntaba por qué había nacido en los 90 si tenía que haber nacido por lo menos 100 años después, y también por qué mi nombre no era Alex, sino Mike. Incluso el inglés lo aprendía más fácil que el español. Alex Green / Facebook
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- Mi hijo de 4 años dice todo el tiempo que vivía en Francia. Un día estábamos viendo la televisión, cuando apareció una imagen del Museo del Louvre, que él ni siquiera conoce. Y dijo: “¡Mira, mamá, es el Louvre, en Francia, estuve allí!”. Daniela Gimenez / Facebook
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- El hijo del vecino, que tenía unos 5 años, vino un día a jugar a mi casa. Estaba sentado en la cama de mi habitación mirando al techo y me dijo: “Tu casa no es bonita, pero me gusta porque ya viví aquí antes”. Maura Stella Albertin / Facebook
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- Mis hijos no conocieron a mi abuelo, pero siempre dicen que lo extrañan. Lo realmente impresionante es que la primera vez que vieron una foto suya, lo reconocieron de inmediato. Aline Lucas / Facebook
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- Un día vimos el anuncio de un coche. Mi hija pequeña estaba jugando en el suelo, y yo, tumbada en el sofá, pensando: “¡Dios! ¡Me encantaría tener un coche!”. Luego, de la nada, mi hija se volvió hacia mí y me dijo: “Mamá, necesitas una billetera como la que tiene mi papá para conducir, y Dios te va a dar un lindo auto”. Marcele Siqueira / Facebook
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- Nicollas, mi hijo de 5 años, dijo que antes de estar conmigo, vivía en una casa dentro de mi barriga, jugaba mucho y se tumbaba en una hamaca. Joana Farias / Facebook
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- Una vez le mostré fotos de un parque natural a mi hijo, diciéndole que quería conocerlo. Se dio vuelta y me dijo: “Mamá... es hermoso allí, el río es muy azul y profundo. Hay un montón de rocas grandes como en el Gran Cañón, te van a encantar las flores de colores”. Dayane Reis / Facebook
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- Mi hijo de 4 años vive diciendo que en su tiempo no había estufa, que todo se hacía a leña. Natália Bueno Louzano / Facebook
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- Mi madre estaba embarazada, pero nadie lo sabía, ni siquiera ella. Así que me acerqué y le dije: “¡Mamá, es un niño!”. Me preguntó si me estaba volviendo loca, pero poco después se enteró de que, en efecto, estaba encinta. Juliane Dal Col / Facebook
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- Mi hija de 3 años jugaba como si hubiera alguien ahí, charlando, riendo, hasta que un día le pregunté: “Hija, ¿con quién hablas?”. Ella dijo: “Con mi amiga, Bili”. Le pregunté cómo era esta amiga y me respondió que parecía ser un dragón. Tamires Camilo / Facebook
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- Mi hijo de 5 años me dijo que se iba a casar con Juliana. No conocía a nadie con ese nombre. Investigué en la escuela, el vecindario, entre los primos, pero no encontré a nadie llamado así. Un día le pregunté: “Hijo, ¿dónde vive Juliana?”, y me respondió que aún no había nacido. Lu Macedo / Facebook
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Y así es como, una vez más, los niños nos demuestran que son más inteligentes de lo que muchos creen. ¿Cuál fue tu reacción al leer estas historias? ¿Conoces otras anécdotas de este tipo?
Imagen de portada Tamires Camilo / Facebook
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