Así es el lado oculto de Corea del Sur que no se muestra en las películas
La cultura asiática se ha abierto paso en el mundo occidental, y a pesar de que en muchas cosas coincidimos, también hay otras veces en las que los choques culturales nos sorprenden demasiado. Así, varias personas han compartido su experiencia al vivir en Corea del Sur, el cual es un país que muchas quisiéramos visitar algún día.
Mentalidad
- A diferencia de México, donde es sumamente normal escuchar conversaciones entre los pasajeros e incluso música a todo volumen, en Corea no se puede hablar en el transporte público. En realidad, es sumamente raro hacerlo y puede generar miradas extrañas. Igualmente, es posible que te lleves una multa si no respetas los espacios asignados.
- Se cree que los coreanos (y los asiáticos en general) no saben cómo ser amigos. No se trata de cinismo o insensibilidad, sino de mentalidad: los coreanos mantienen excelentes relaciones amistosas y comunicativas según los intereses en común. Pero no tienen prisa por compartir secretos o algo personal con los demás, porque eso puede ser usado en su contra. Los extranjeros, por otro lado, a menudo esperan generar amistades profundas.
- La edad es sumamente importante, pues existe una jerarquía basada en la diferencia de años. Por ejemplo, está socialmente prohibido hablar por su nombre (sin honoríficos) a las personas mayores. Además, existe una etiqueta de modales especiales que se deben de seguir cuando hay un adulto mayor cerca, al igual que un vocabulario específico para referirse a ellos.
- Prácticamente no hay familias monoparentales en Corea, y el divorcio se considera una tontería. Para la gente del país, el matrimonio es algo más que amor. Es una unión en la que tanto el esposo como la esposa deben trabajar constante y diligentemente.
- Se considera que la norma es que los cónyuges duerman por separado, ya que eso ayuda a ambos a dormir bien, a relajarse. Hacer esto también te permite no cambiar tu patrón de sueño, ajustándote al de tu alma gemela.
- Las coreanas embarazadas llevan un estilo de vida activo: los médicos no limitan su dieta y actividades. Rara vez visitan al ginecólogo y muchos diagnósticos (por ejemplo, aumento del tono uterino) simplemente no se conocen aquí. El parto se paga, pero es parcialmente cubierto por un seguro estatal. Por diversas razones, las mujeres a menudo no quieren dar a luz naturalmente, sino que prefieren recurrir a la cesárea.
Vivienda
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La mitad de la población de Corea del Sur vive en apats: edificios de departamentos que pueden ser tanto altos como bajos. No se trata tanto de la densidad de población como de la mentalidad de los habitantes, porque los coreanos son colectivistas hasta la médula. Los apats se ven casi de la misma forma: el territorio está vallado, hay un estacionamiento subterráneo, un gimnasio gratuito, y los departamentos se alquilan con acabados completos y electrodomésticos incluidos.
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No hay división en clase empresarial, económica y prémium: el costo de los departamentos solo difiere según el área. La vida útil de los apats es de 30 a 35 años. Después de eso, los edificios son demolidos y se construyen otros nuevos en su lugar.
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Los coreanos prefieren alquilar viviendas porque tienen mucha movilidad y cambian de departamento más de una vez en la vida. La extensión del área más popular es de un poco más de 100 metros cuadrados. Por lo general, en departamentos así viven familias jóvenes con 1 o 2 niños. En el territorio de los apats, la superficie de la carretera se pinta de rojo para que los automovilistas no superen los límites de velocidad en esa zona.
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En los primeros pisos de los edificios no verás tiendas, farmacias, cafés o peluquerías; estos y otros elementos de infraestructura se ubican en construcciones separadas llamadas sanga.
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En Corea, los edificios se construyen de acuerdo con los principios del feng shui. En particular, están ubicados de manera que entre una cantidad suficiente de luz solar en los departamentos. Además, definitivamente habrá un reservorio de agua natural o artificial cerca de la casa.
Jardines de niños y escuelas
- En los jardines de niños, a los pequeños se les enseña a cultivar verduras y hacer huertos. Por ejemplo, una vez, Angelina, la hija menor de Olga (la creadora de love korea), pasó todo el verano cuidando unas batatas. En otoño, junto con su grupo del kínder, asó parte de la cosecha en una parrilla. No muy lejos había unos espantapájaros que los niños hicieron juntos.
- Nuestras actitudes habituales como “no hay que lastimar a las niñas”, “los niños no deben llorar” o “un niño debe cuidar a una niña, regalarle flores” no existen en Corea. No puedes lastimar ni a un niño ni a una niña, tienes que cuidar a tus amigos sin importar el género, y todos pueden llorar si están tristes o dolidos.
- Los coreanos luchan contra los estereotipos de género. La generación más joven es menos conservadora y la sociedad está cambiando rápidamente. Esto se confirma incluso en los libros de texto de orientación profesional: estos dicen que un niño puede convertirse en cocinero o enfermero, y que una niña puede ser piloto o jugadora de fútbol.
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El libro de texto más grueso es sobre educación física. Muestra cómo utilizar correctamente todo tipo de equipos de entrenamiento, montar en bicicleta y hacer gimnasia.
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La escuela tiene una asignatura llamada “Artesanía y economía doméstica”. En el aula se les enseña a los niños a cocinar, lavar y doblar correctamente la ropa, así como a gestionar el presupuesto familiar.
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Entre otras materias están el chino y el inglés (obligatoriamente). Se acostumbra hacer los deberes en la escuela; para esto se asigna un tiempo separado.
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Los exámenes médicos se llevan a cabo dos veces al año. A los niños se les hacen diferentes análisis y el cuerpo se revisa a fondo. Antes del control debes completar un gran cuestionario que incluye, en particular, preguntas sobre la dieta del pequeño y una prueba para identificar tendencias suicidas. La escuela debe proporcionar certificados de 3 vacunas: de cáncer de cuello uterino, de tétanos y de encefalitis japonesa.
Comida
- Comer en restaurantes es mucho más barato que comprar los ingredientes y cocinarlos en casa. Por lo tanto, casi nunca cocinas.
- Pojangmacha, los puestos de comida al aire libre, son amados tanto por los residentes locales como por los turistas. Aparecieron en las calles entre los años 50 y 60, después de la ocupación japonesa. En ese entonces, la mayor parte de la población del país era pobre, y en los pojangmachas, la gente podía comprar licores y bocadillos como saltamontes, cereales o gorriones fritos. Los tiempos de hambre han terminado, pero los puestos de comida callejera siguen siendo populares. Los bocadillos espeluznantes se desvanecieron en el olvido, y los puestos mismos han comenzado a verse más modernos.
- Los platos coreanos son muy picantes, a veces literalmente hasta las lágrimas. Para aminorar el efecto, los habitantes acompañan los alimentos con... kimchi (mientras que el kimchi puede parecer demasiado picante para una persona occidental).
- Entre los bocadillos (banchan), a menudo se encuentra namul: hojas de rábano, calabaza y otras verduras. A estas se les agrega aceite de sésamo y salsas fermentadas.
- Los coreanos no comen solos: las porciones en los cafés generalmente están diseñadas para al menos dos comensales, y los lugareños te mirarán con lástima. La regla de “no se habla con la boca llena” es irrelevante aquí: es una costumbre hablar animadamente durante una comida.
- En el horario de máxima audiencia, los canales centrales de televisión de Corea del Sur emiten programas culinarios, no noticias ni shows de entrevistas. ¿Habrá Juegos Olímpicos mañana? ¿Hay algún problema en el mundo? ¿Cuál es la diferencia? ¡Lo principal es comer rico! Es la televisión más positiva del mundo.
Mascotas
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En Corea no se puede dejar a un perro sin correa por ley, ni siquiera si es del tamaño de un calcetín. Si alguien se queja, el propietario puede ser multado con una gran suma. Los coreanos prácticamente no tienen canes grandes, y si los tienen, lo hacen solo en casas privadas, no en edificios.
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Hay que limpiar los desechos de los perros incluso si las mascotas están caminando en un área desértica. Pero no es necesario lavarles las extremidades en absoluto, porque las calles coreanas se caracterizan por ser muy limpias. Después de una caminata, puedes solo frotar ligeramente las almohadillas de sus patas.
Basura
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En Seúl puedes ver bolsas de basura directamente en medio de la ciudad. Hay varias razones para esto. El lugar está muy densamente poblado (especialmente en los barrios antiguos), y las carreteras secundarias son demasiado estrechas para los camiones de basura. Por lo tanto, las bolsas se sacan a las calles más anchas.
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La basura solo puede tirarse en un paquete especial pagado. Si la dejas en cualquier otra bolsa, simplemente no se la llevarán y el infractor será multado. Es muy sencillo enterarse: en los lugares donde se dejan los residuos se instalan cámaras de vigilancia. La mayoría de las veces, los extranjeros son quienes ahorran en bolsas de basura.
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Los coreanos tiran la basura una vez a la semana. Antes se acumula en un espacio especial. La única excepción son los desechos pequeños que se incineran: estos pueden desecharse cualquier día.
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Se necesita mucho tiempo para tirar la basura en Corea. Aquí todo se clasifica: en las zonas residenciales hay contenedores para paquetes de plástico, latas, papel, plástico duro, baterías y vidrio. ¡Y el contenedor de residuos de comida incluso funciona con unas tarjetas especiales!
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Para tirar muebles o electrodomésticos de gran tamaño es necesario sacarlos y colocar en ellos calcomanías especiales que cuestan desde 5 USD.
Clima
- La flora de Corea consta predominantemente de coníferas, aunque también se plantan setos resistentes a las heladas en las ciudades. Debido a esto, las fotografías tomadas en invierno pueden confundirse fácilmente con las de verano.
- Pero la impresión es engañosa: en enero, la temperatura nocturna puede bajar a —17 °C. Durante el día, la temperatura promedio es de 0 °C. En Corea existe una gran diferencia entre las temperaturas diurnas y nocturnas.
- Lo más importante es protegerse del viento del mar. Es por eso por lo que casi todo el mundo usa chaquetas largas de plumas. Los abrigos de piel y las botas de fieltro no ayudan en un clima así.
- Otro dato curioso es que, en temporadas muy calurosas, es común comer samgyetang. Este platillo es sopa de pollo, el cual acompaña la creencia de que las altas temperaturas se pueden soportar si se come comida caliente. Así, es más fácil que el cuerpo se nivele con la temperatura exterior y además recupere energía.