Bella y Genial
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Niño vende flores para comprarle una casa a su abuelita y hace su sueño realidad

A veces, las bendiciones vienen cuando menos pensamos y de quien nunca imaginamos. Ernesto es un niño que vive con su abuela en una vivienda improvisada en un barrio humilde. A su corta edad, el pequeño estudia y trabaja duro vendiendo flores en las calles para poder comprar una casa para los dos. Pero, ninguno de ellos hubiera creído que el milagro estaba a punto de suceder.

A pesar de haber sido abandonado cuando era un bebé, la abuela de Ernesto lo acogió sin titubear y, aunque ella nunca tuvo los recursos suficientes para criar a su nieto, han sido bendecidos con muchísimo amor y cariño. Por eso, pese a las adversidades que enfrentan, ellos se han aferrado a su fe con determinación. Tanto la abuelita como su nieto han vivido en una casa hecha de chatarra y materiales reciclables, erigida en un terreno que no les pertenece legalmente, en un barrio bastante peligroso del que siempre han deseado salir para tener una vida mejor.

Cada día, sin falta, Ernesto y su abuela emprenden su camino por la carretera, llevando consigo un hermoso surtido de flores para vender. El pequeño relata que trabaja incansablemente para poder tener todo lo necesario para su educación. Sueña con un futuro en el que pueda convertirse en médico y brindar ayuda a quienes más lo necesitan.

Mientras realizaba sus ventas en la calle, Ernesto se encontró con Aaron Murphy, un creador de contenido que se sintió profundamente conmovido por su historia. Juntos, exploraron la vivienda del niño, dejando a Murphy totalmente asombrado. “Es inaceptable que cualquier ser humano deba vivir en estas condiciones”, escribió Murphy en su video, mostrando los reducidos espacios donde el pequeño y su abuela residían.

Murphy decidió crear una página donde las personas podían realizar donaciones con la esperanza de recaudar lo suficiente para construirles una casa digna. Al finalizar la campaña, se logró recaudar una suma mayor de la que esperaba, pues un total de 1600 generosos donantes se unieron a la causa, cambiando para siempre la vida de Ernesto.

“¡Hagámoslo!”

Cuando los donativos comenzaron a llegar, Murphy decidió llevar al niño y a su abuela de compras, juntos pasearon y visitaron grandes almacenes, donde Ernesto pudo elegir todos los libros y juguetes que siempre había soñado. Por primera vez en mucho tiempo, el rostro del pequeño se iluminó de alegría. Su sonrisa era contagiosa mientras recorría los pasillos, seleccionando juguetes, libros y una gran cantidad de material escolar para su educación.

Si todavía crees que hay personas buenas en este mundo y que siempre podemos alcanzar nuestros sueños, no te pierdas estos artículos que tenemos para ti:

El objetivo de Aaron era ayudarles a tener una vida mejor y más estable, y para ello decidió regalarles la casa de sus sueños y un negocio estable para la abuela de Ernesto. Además, Murphy quería que el niño se enfocara en sus estudios y ya no tuviera que vender en la calle.

Gracias a las donaciones, se logró adquirir una propiedad donde Ernesto y su abuela podrían encontrar un hogar permanente. Los voluntarios se esforzaron por adquirir todos los electrodomésticos y muebles necesarios y se unieron para remodelar la casa. Cuando todo estuvo listo para su entrega, se preparó una gran fiesta y se compró comida para celebrar en honor a Ernesto y su abuela e inaugurar el nuevo negocio. Después ellos fueron invitados a la “casa de Murphy”, sin sospechar que en realidad estaban en su propio hogar.

Cuando Murphy les reveló que esa casa era para ellos, Ernesto y su abuela quedaron completamente sorprendidos, sin poder articular palabra. El pequeño dijo: “Nunca me imaginé algo así. Ya no tendré que levantarme en medio de la noche con el agua filtrándose en nuestra choza”. Después de un momento, invitaron a todos sus vecinos a visitar la casa, donde compartieron comida y promocionaron el negocio, una pequeña tienda de comestibles. Además, Murphy le reveló a Ernesto que cuando cumpliera 17 años, podría utilizar un fondo universitario que lo ayudara a cumplir su sueño de convertirse en médico. Entre lágrimas de gratitud, los dos agradecieron a Murphy y a su equipo por todo lo que habían hecho.

Gracias a cada persona que hizo donaciones a su familia, sus vidas han experimentado un cambio profundo y duradero. El amor y la generosidad de tantos desconocidos han dejado una huella imborrable en sus corazones, recordándoles que, a pesar de las dificultades, siempre hay esperanza y bondad en el mundo. Así como Ernesto fue bendecido, una mujer de edad avanzada se llevó la sorpresa de su vida cuando un payasito recaudo dinero para ayudarla.

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