9 Atuendos de las mujeres nobles que no solo servían para verse bien
La moda dice mucho sobre nuestra época, pues es un espejo que refleja nuestros valores y estándares actuales. Si echamos un vistazo a los vestidos que usaban las nobles francesas, inglesas y españolas siglos atrás, nos quedamos impresionadas. ¡Eran increíbles! Pero, ¿sabías que estas prendas de alta nobleza también tenían sus trucos y secretos? Muy poca gente lo sabe. Por eso, hoy te revelamos algunos de esos misterios. Sigue leyendo para enterarte.
1. Para acentuar la cintura, metían unas almohadillas en las mangas del vestido
Durante el siglo XIX, las damas preferían los vestidos con mangas voluminosas. Para lograr este efecto, metían almohadillas de plumón a través de la sisa en las mangas y las ataban al vestido. Las mangas grandes ayudaban a acentuar la cintura delgada, porque era uno de los cánones de belleza de la época y eran populares entre las mujeres que seguían las tendencias de la corte.
2. Chaqueta Spencer
La chaquetilla de mujer con mangas largas conocida como Spencer fue originalmente un abrigo corto que los hombres usaban sobre su ropa principal. Se dice que el creador de este diseño fue el Conde Spencer, quien por accidente quemó los faldones de su abrigo sin darse cuenta. Desde entonces, la prenda se popularizó y también empezó a ser utilizada por mujeres.
Entre la década de 1790 y la de 1820, la chaqueta Spencer se convirtió en una prenda de moda popular entre las mujeres. Esta prenda complementaba los vestidos de muselina fina y les proporcionaba abrigo. El largo de la chaqueta dependía de la altura de la falda, siendo importante que no terminara por encima ni por debajo de la cintura. Para mantenerla en su lugar, se prensaba la falda a la chaqueta con pequeños ganchos desde el interior.
Así que, la próxima vez que mires una película de época, que no te sorprenda que a veces los directores comentan errores en el vestuario o no se apeguen a la realidad. Conseguir replicar todos estos detalles es un trabajo arduo y nada sencillo.
3. El vestido tenía un pliega transversal con el que podían hacer más corto o largo el vestido
En la época renacentista, el atuendo femenino español presentaba un detalle curioso: un pliegue transversal apenas visible en el dobladillo del vestido, debajo de la rodilla y arriba del tobillo. Este detalle se puede observar en retratos de nobles españolas del siglo XVI, como Isabel Clara Eugenia de Austria, quien usó vestidos con este pliegue tanto en su infancia como en su vida adulta. Se cree que este pliegue permitía ajustar el largo de la falda a medida que la chica o mujer crecía.
4. Pantalettes
En el siglo XIX, los vestidos de muselina suave y delgados eran usados como camisones de dormir y se ajustaban al cuerpo, resaltando sus líneas naturales. Para mantenerse calientes, las mujeres necesitaban ropa interior adecuada. Los pantalettes, que ya eran usados por hombres, resultaron útiles para ellas también.
En un principio, los pantalettes de mujer eran largos hasta los tobillos o justo debajo de la rodilla. Un rasgo distintivo de los primeros diseños de pantalettes era que los pantalones estaban separados y se sujetaban al cinturón en la cintura, no estaban cosidos entre sí. Los pantalettes eran de color carne claro y por esta razón, a menudo en los lienzos de esa época, las mujeres con vestidos de muselina eran representadas sin ropa interior.
5. El tontillo servía para que la cintura se viera más chica
Durante la época del estilo rococó, en el siglo XVIII, se puso de moda un accesorio conocido como tontillo. Este accesorio era más ligero y se usaba sobre camisones largos y corsés, mientras que las faldas superiores eran holgadas y con pliegues anchos.
Otro tipo de armazón popular en la época rococó era el guardainfante, el cual ayudaba a las mujeres a obtener la silueta de moda de una “copa invertida”. Con una cintura delgada, hombros rectos y una falda que tenía forma de copa, se lograba una figura ideal.
El contraste entre la cintura y la falda era importante por dos razones. En primer lugar, el corsé no fue creado para resaltar la figura femenina, sino para ocultarla, al tiempo que proporcionaba soporte y realzaba la postura. En segundo lugar, cuanto más amplia era la falda, más se consideraba que su dueña era rica. Las mujeres de clase baja usaban faldas almidonadas y no tenían acceso a los armazones de moda.
Como dato curioso, algunos accesorios y prendas eran altamente nocivos para la salud, pero de todas maneras los utilizaban, tales como algunos vestidos de tela inflamable o zapatos tóxicos.
6. Las faldas tenían unos agarraderos secretos que servían para moverse con facilidad con vestidos de cola
A finales del siglo XIX, los vestidos con cola eran muy populares, aunque no siempre eran cómodos. Para permitirles mayor libertad de movimiento, las mujeres fijaban unos agarraderos especiales a los lados del vestido, debajo del peplum, que les permitían levantar la falda larga y fijarla discretamente. Este truco adicional creaba un drapeado extra y no comprometía la integridad del look, lo que facilitaba mucho la vida de las mujeres.
7. Los guantes tenían una fragancia que evitaba respirar los malos olores
Catalina de Médici popularizó unos guantes exclusivos que solo podían permitirse las personas adineradas. A diferencia de usarlos para abrigarse o como un accesorio, ella los usaba para combatir los olores desagradables en la corte. Para ello, se mezclaba granada, azahar, jazmín y violeta con grasa animal y se cocía todo. Luego, se dejaba que la mezcla se secara. Este accesorio se hizo muy popular y todavía se producen guantes perfumados en la actualidad, por ejemplo, por la casa de moda Guerlain.
Así como este, hay otras costumbres extrañas que las mujeres nobles usaban para disfrazar malos olores, tener un cabello hermoso o simplemente verse bellas.
8. Si una dama seguía o no las tendencias en moda, se veía en el nivel de cintura que llevaba en su prenda
En 1815, Inglaterra comenzó a seguir las tendencias de la moda francesa y las mujeres comenzaron a usar vestidos con cintura alta. En 1816-1817, la línea de la cintura estaba ubicada bajo el pecho y rápidamente comenzó a bajar, disminuyendo una pulgada por año hasta alcanzar su posición normal en 1825.
9. Ligueros con lazos
Las mujeres solían usar medias que llegaban por arriba de la rodilla, hechas de algodón, lana, seda o una mezcla de estos hilos. Usualmente, se decoraban con un patrón bordado en la zona del tobillo. Los lazos de raso se ataban en la parte superior de la pierna para sujetar las medias, pero si las mujeres planeaban salir a dar un paseo o a bailar, se ataban debajo de la rodilla.