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13 Productos que no deberías de comprar ni aunque estén en oferta

¿Alguna vez te has sentido tentada a comprar algo solo porque estaba en oferta? Seguramente sí, pero, ¿qué hay cuando se trata de alimentos? Mejor pensarlo dos veces antes de comprarlos porque a veces no solo compromete la salud, sino que, a menudo, estos son innecesarios y podemos prepararlos en casa nosotras mismas. Por eso, hoy te compartimos qué alimentos debes dejar de comprar si lo que quieres es ahorrar.

1. Mezcla para hornear

Desde hace muchos años, en las tiendas puedes comprar la mezcla seca para hornear pasteles, hot cakes o galletas. Muchos la adquieren debido a que parece muy práctica: hay que agregar solo 1-2 ingredientes, batir y la masa está lista.

Pero no hay que olvidarse de que, además de la harina, huevos en polvo y azúcar, estas mezclas contienen aromatizantes, estabilizadores y colorantes. Recuerda, además, que algunas personas son alérgicas a esos últimos. Los alimentos enlatados, frituras y refrescos, entre otros productos, pueden contener sustancias como el benzonatato de sodio y el colorante artificial amarillo 5, que son considerados conservadores. El consumo de estos aditivos puede causar alergias que se manifiestan de manera leve, como ronchas o urticaria, dermatitis atópica, asma o gastroenteritis. Es importante estar alerta a estos posibles efectos secundarios y tratar de evitar estos ingredientes si se tiene una tendencia a sufrir alergias.

Por eso, si realmente quieres preparar alguno de los platillos mencionados, es mejor utilizar productos sin tratamiento previo. Es más, la mayoría de estas mezclas llevan un máximo de 5 ingredientes que puedes encontrar en casa.

2. Pan multicereal

Menos harina blanca y más cereales, justamente en eso se basa la gente a la hora de comprar este pan “sano” de trigo integral con estéticas semillitas que se asoman por la superficie. Pero la verdad es que el pan multicereal, en la mayoría de los casos, es uno común enmascarado como “saludable”. Habitualmente se trata de harina blanca mezclada con harina integral, a las cuales les agregan semillas de lino y trigo molido.

No siempre es posible verificar la lista de ingredientes, más aún si compras el pan en un supermercado con su propia panadería: en la mayoría de los casos, simplemente no la indican. La salida más conveniente es comprar pan de fábrica: por lo general, en este producto sí puedes encontrar la lista de ingredientes.

3. Condimentos molidos

Algunos condimentos y especias contienen aceite, lo que les da el sabor y aroma. Por eso, es mejor usar estos productos justo después de molerlos. No conviene conservarlos durante años, ya que pierden el sabor y aroma muy rápido. Tampoco puedes prohibirte el uso de condimentos molidos en caso de que no tengas la posibilidad de comprarlos enteros. Igual le darán sabor y aroma a la comida, solo que estos no serán muy intensos. Pero no todos los condimentos son así: estamos hablando del comino, nuez moscada, cardamomo, clavo de olor, cilantro y todos los tipos de pimienta. Sin embargo, las verduras secas (como zanahoria y apio) y hierbas pueden fácilmente conservarse durante años en la estantería de la cocina.

Por cierto, trata de prestar atención a la lista de ingredientes de los condimentos que se usan para preparar alguna comida en especial (“para pescado”, “para albóndigas”, “para barbacoa”). Muchas veces, en estas mezclas pueden encontrarse agentes saborizantes y estabilizantes. Esto no suele ocurrir con los condimentos de un solo tipo.

4. Salsa de tomate

Los tarros de salsa nos evitan el hervir los tomates, pelarlos y machacarlos. Además de que pueden durar más tiempo en el refrigerador. Pero lo cierto es que son más caros, incluso, que los tomates enlatados. Por eso, hacer tu propia salsa no solo es más barato, sino que puedes condimentarla con lo que tú quieras. Además, será más saludable, pues no llevará conservadores, ni azúcares, ni grasas artificiales que pueden dañar tu salud a la larga.

El consumo de conservantes artificiales puede provocar o agravar una variedad de problemas en el cuerpo, como enfermedades cardiovasculares. Esto se debe a que el consumo regular de estos aditivos debilita los tejidos del corazón y aumenta el riesgo de daño cardíaco. Es importante tener en cuenta que muchos alimentos procesados ​​contienen conservantes artificiales.

También, varios estudios han demostrado que el consumo de conservantes artificiales que contienen nitritos, nitratos, sulfitos, benzoatos, aspartamo y otras características químicas, presentes en todo tipo de alimentos, desde comidas chatarra hasta bebidas, aumentan los síntomas de problemas respiratorios y cáncer. Por esa razón, te recomendamos leer las etiquetas cuidadosamente y tratar de limitar su consumo en la medida de lo posible para mantener una buena salud cardiovascular.

5. Yogures y quesos cottage con aromatizantes

Las estanterías con yogures y quesos cottage ocupan decenas de metros en los supermercados. La variedad de productos es inmensa: de banana, frutilla, vainilla, mango y muchos más sabores. La gente con gusto compra estos artículos, ya que son “muy saludables”. Pero, lamentablemente, sanos son solo los yogures naturales sin aditivos. En cambio, a la mayoría de productos parecidos aromatizados se les agregan altas dosis de azúcar, agentes espesantes y conservantes. Además, si comparas el precio de un yogur griego natural con el de uno de fruta del supermercado, te darás cuenta de que el primero de ellos suele ser más barato.

El yogur y otras leches fermentadas son alimentos antiguos que se remontan a la época nómada del hombre, cuando la leche se transportaba en piel de cabra y fermentaba naturalmente. Es, además, un tipo de leche fermentada que se obtiene mediante la fermentación de la lactosa en ácido láctico y la coagulación de las proteínas, gracias a la acción de bacterias lácticas específicas.

Esto significa que el yogur es rico en proteínas que son beneficiosas para el cuerpo humano, y son más fáciles de digerir en comparación con la leche. Además es fuente valiosa de vitaminas del grupo B y A, así como minerales importantes como el calcio, fósforo, magnesio y zinc. Pero lo más importante, es su valor probiótico, que ayuda a la mejora de la intolerancia a la lactosa, prevención y tratamiento de diarrea por rotavirus, aumento del número de bacterias beneficiosas para e intestino y el aumento de producción natural de células del sistema inmunitario.

Además, si no te gusta el sabor del yogur natural, siempre puedes utilizar endulzantes naturales como algunas frutas, tales como manzanas, plátanos, pasas, etc.

6. Arroz para sushi

A muchos les gusta este plato japonés, pero no todos pueden permitirse comprar sushi hecho en restaurantes. Debido a eso, prepararlo en casa es algo bastante habitual. En esos casos, las personas suelen comprar el arroz en cuya etiqueta dice “para sushi”. Sí, es verdad que existen tipos de granos que se utilizan especialmente para este platillo: contienen gran cantidad de fécula; por eso se sienten muy pegajosos después de cocinarse.

Sin embargo, si tomas un arroz de grano común y lo cocinas de la forma correspondiente, el resultado será el mismo. Solo una persona muy gurmé podrá notar la diferencia.

7. Pescado y carne

El filete cortado de cualquier pescado siempre va a costar más caro que una pieza entera. Alguien gastó su tiempo y fuerzas para esa labor, y tendrás que pagarlo. Si compras un pescado entero, te tomará tiempo limpiarlo y cortarlo. Sin embargo, el resultado será mucho más barato, y estarás seguro de que el producto fue tratado en condiciones sanitarias adecuadas.

Lo mismo puede decirse de la carne avícola, por ejemplo: un pollo entero siempre será más barato que sus partes cortadas.

8. Verduras congeladas

Es verdad que comprar las verduras picadas y preparadas puede ahorrar muchísimo tiempo. Pero no dinero. Si lo que quieres es no gastar tanto, deja de comprar este tipo de productos. No solo son más caros que al comprar verdura fresca. También, al congelarse, algunas verduras pierden muchos de sus nutrientes. Además, el sabor de estos alimentos cambia considerablemente.

Según un estudio del Ministerio de Sanidad, Alimentación y Consumo, se desperdician 26 millones de kilos de comida a la semana en España. De esta cantidad, 6,9 millones son frutas como naranjas, plátanos y manzanas, mientras que 3,1 millones son verduras como lechuga, brócoli o trozos de calabaza. A nivel global, cerca de un tercio de los alimentos producidos en el mundo, alrededor de 1.300 millones de toneladas, se pierden o desperdician de alguna manera.

El desperdicio de alimentos no es el único problema, ya que las toneladas de frutas y verduras que se desechan son llevadas a vertederos, lo que provoca la emisión de gases contaminantes como CO2 y óxidos de nitrógeno. Además, una vez enterrados, los alimentos generan gas metano, lo que agrava el calentamiento global de forma constante.

Por esa razón, para conservar los vegetales frescos por más tiempo, el lugar ideal para almacenarlos es el frigorífico. Pero puedes prolongar su frescura aún más si los colocas en un frasco o bote de cristal con agua y los guardas en el refrigerador con el tallo sumergido. También puedes optar por congelarlos, pero es importante escaldarlos previamente durante unos tres minutos para que mantengan su sabor.

9. Queso fundido

El comienzo es bueno: el queso fundido se hace con queso natural. Pero lo que sigue ya no es tan agradable. Al queso natural le agregan grasas saturadas (lo que eleva su colesterol), una gran cantidad de sal (lo que prolonga el vencimiento, da más sabor y, al mismo tiempo, aumenta el riesgo de distintas enfermedades) y colorantes alimentarios artificiales (desde hace muchos años, varios científicos del mundo han estado discutiendo sobre la sospechosa seguridad de estos).

El queso en rebanadas tiene un alto contenido calórico con alrededor de 275 calorías por cada 100 g de producto, debido a la presencia de proteínas y grasas que representan aproximadamente el 20% del peso del producto. Unas cuatro lonchas de queso, equivalentes a unos 75 gramos, contienen la misma cantidad de calcio que un vaso de leche de 220 mililitros. Sin embargo, es importante considerar que el queso fundido suave tiene una alta concentración de sodio, lo que puede ser perjudicial para nuestro cuerpo si se consume en exceso. Si se padece de problemas renales, se recomienda evitar este tipo de queso. Además, si se sufre de acidez estomacal, es aconsejable no consumir queso fundido, ya que contiene una gran cantidad de ácido cítrico.

El objetivo principal de los fabricantes de queso fundido es prolongar su vencimiento y vender la mayor cantidad posible. Incluso a un precio que, habitualmente, no es muy diferente del de un queso natural de buena calidad.

El queso es una fuente importante de minerales que son esenciales para la energía, el crecimiento óseo y muscular, la regulación del metabolismo y la reparación de estructuras articulares. Además, es rico en proteínas, lo que ayuda en la formación y recuperación de la masa corporal, y contiene vitaminas, sales minerales y grasas fáciles de digerir. Por lo tanto, el consumo diario de una porción de queso puede beneficiar nuestra salud.

10. Sal aromatizada con especias

Muchos tratan de variar la comida casera con distintos condimentos y especias. Es verdad que agregando condimentos, un guiso puede obtener un toque exótico. Pero no te apresures a comprar especias a base de sal, ya que, por lo general, la mayor parte de su contenido es simplemente sal, la cual cuesta muy barato. En cambio, las mencionadas mezclas de condimentos se venden bastante caras.

Si compras la sal y los condimentos aparte, el resultado será mucho más barato que si adquieres un paquete bonito con el mismo contenido.

Durante mucho tiempo se ha reconocido la importancia de la sal en la alimentación humana, ya que se ha utilizado desde tiempos antiguos para preparar y conservar los alimentos. Incluso civilizaciones como la romana la valoraban tanto que la utilizaban como forma de pago. La sal es fácilmente reconocible por sus cristales blancos o incoloros, sin embargo, no toda la sal es igual, ya que puede variar dependiendo de su origen y método de extracción. Existen diferentes tipos de sal con propiedades únicas y beneficios que pueden variar según su origen y proceso de obtención. Es un elemento común en la naturaleza y se puede encontrar en el agua salada de lagunas y océanos, así como en forma de roca en depósitos subterráneos. La producción de sal varía según el lugar de origen.

Según la Asociación Mexicana de la Industria Salinera (AMISAC), México es el séptimo productor mundial de sal y el primer productor en América Latina. La empresa líder en sal de mar a nivel nacional es Sal Sol, cuyo lugar de producción se encuentra en Las Coloradas, Yucatán. De acuerdo con información del Servicio Geológico Mexicano (SGM), México cuenta con 14 regiones en las que se produce sal, entre las que se incluyen Las Coloradas. Estos lugares se encuentran distribuidos en estados como Baja California Sur, Yucatán, Veracruz, Nuevo León y Sonora.

11. Puré de frutas para niños empaquetado

La verdad es que el puré de frutas empaquetado resulta muy cómodo. Es saludable y te da la seguridad de que su contenido es inofensivo. Y no es solo para niños, ya que, de vez en cuando, un adulto también puede consumir uno mientras espera el almuerzo.

Pero presta atención: en la mayoría de estos purés, el ingrediente principal es la manzana. Es la fruta más barata en varias regiones (el precio del kilo es de 1,30 — 1,50 USD aproximadamente). Un paquete de puré cuesta 0,30 — 1 USD. ¿Cuántas manzanas crees que se necesitan para hacer uno de 90 gramos?

Las frutas y verduras son fundamentales para una alimentación saludable, ya que contribuyen al crecimiento infantil y favorecen el bienestar físico, mental y social a cualquier edad. Además, pueden prevenir diversas formas de malnutrición, incluyendo la desnutrición, deficiencias de micronutrientes, sobrepeso y obesidad, así como reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles. El consumo diario recomendado por la OMS es de al menos 400 gramos de frutas y verduras, lo que equivale a cinco porciones de 80 gramos cada una. La cantidad adecuada varía en función de diversos factores, como la edad, el género y el nivel de actividad física.

Además, un estudio comprobó que el comer frutas y verduras naturales hace que vivan más que las que no lo hacen y que haya un menor de desarrollar depresión y ansiedad.

12. Conservas de pescado en aceite

Las conservas de pescado son adoradas por todo el mundo: las porciones no son grandes, el producto está listo para el consumo y contiene casi la misma cantidad de vitaminas que un pescado fresco. Habitualmente, hay 2 tipos de conservas: en agua con sal y en aceite (claro que lo segundo es más jugoso). Pero si quieres obtener el máximo de vitaminas del pescado, mejor compra aquel que fue conservado en agua y sal. Por ejemplo, una de las porciones (en la foto) contiene 20 % menos de omega-3 que la otra, ya que en el primer caso, el atún pierde solo el 3 % de este ácido graso: se preserva en el líquido de la conserva. En cambio, si fue conservado en aceite, le quedará un 15-25 % menos del valioso contenido. Esto se debe a que el omega-3 se disuelve en grasas.

De cualquier manera, siempre que puedas, trata de comprar el atún natural y fresco. Comer atún enlatado no es tan bueno para la salud como se cree. La Oficina de Evaluación de Riesgos a la Salud Ambiental (OEHHA) sugiere que se debe limitar el consumo de atún enlatado a solo 2 veces por semana. Y, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) recomienda que las mujeres embarazadas limiten su consumo a 170 gramos por semana. Esto debido a que el atún enlatado ha sido objeto de críticas debido a las grasas adicionales que contiene. Algunas latas no especifican qué tipo de aceite se utiliza, lo que ha llevado a los especialistas en nutrición a recomendar la versión natural o aquellas que describen que contienen aceite de girasol u oliva. De todas maneras, se recomienda escurrir muy bien el atún para reducir la cantidad de grasas adicionales.

13. Mezcla de nueces

Es un snack muy popular: es rico, se ve muy estético, y además te da la seguridad de que no estás comiendo cualquier cosa. Pero si te fijas bien en el contenido del paquete, te darás cuenta de que la mayor parte está compuesta por frutas abrillantadas, maní barato y pasas de uva. En cambio, la cantidad de componentes caros como almendras y nueces de la India es muy baja.

Estas mezclas no salen baratas. Pero no te apresures a comprarlas con descuento, ya que te costará menos preparar una igual tú mismo. Además, de esa manera podrás regular la cantidad de frutas abrillantadas y hacer el producto aún más saludable.

Incorporar frutos secos en una dieta saludable puede ser beneficioso para la salud del corazón debido a que contienen ácidos grasos insaturados y otros nutrientes. Además, son una opción económica y conveniente como refrigerio, ya que son fáciles de almacenar y transportar. No obstante, es importante tener en cuenta que algunos frutos secos pueden tener un alto contenido calórico, por lo que es recomendable limitar su consumo en porciones adecuadas. Para mantener una alimentación saludable, los adultos deben incluir en su dieta entre 4 y 6 porciones de frutos secos sin sal a la semana. En cuanto a los niños, las cantidades recomendadas varían según la edad, por lo que es recomendable consultar al pediatra. Es preferible elegir frutos secos crudos o tostados en seco, evitando aquellos cocidos en aceite. Una porción corresponde a un puñado pequeño (43 gramos o 1,5 onzas) de frutos secos enteros o dos cucharadas de mantequilla de frutos secos.

Los diferentes tipos de frutos secos tienen diferentes niveles de nutrientes saludables para el corazón, como las nueces que contienen altas cantidades de ácidos grasos omega-3. Además, las almendras, las nueces de macadamia, las avellanas y las nueces pecanas también son buenas para el corazón. Aunque los cacahuetes no son técnicamente frutos secos, también son saludables. Es importante elegir frutos secos sin sal ni azúcar para mantener los beneficios para la salud del corazón. Agregar sal o azúcar puede anular estos beneficios.

Pero claro que no solo creemos que ahorrar al comprar comida en descuento, también pasa con los artículos del hogar que, muchas veces, no son necesarios o simplemente no tienen utilidad. Además, no solo eso, las tiendas en línea o físicas, utilizan algunos trucos para hacer que compres de más. Aunque también nosotras cometemos algunos errores que, sin saberlo, nos cuestan caro. Por eso es necesario aprender a comprar de forma consciente para que no nos vean la cara y no derrochemos la quincena.

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