Hogar

Existen productos que utilizamos a diario que son adulterados por los grandes productores para abaratar ciertos costos. Como consecuencia, lo que consumimos no sabe como el gusto original. Afortunadamente, hay varios puntos que podemos considerar para evitar caer en estas trampas.

El refrigerador es quizá el electrodoméstico más importante del hogar; antes de que se inventara, los alimentos debían consumirse de inmediato o pasar procesos largos y complejos (como la salazón y la salmuera) para durar un poco más. Hoy en día, podemos conservar comida por semanas tan solo poniéndola en esta cajita mágica. Sin embargo, usualmente, metemos todo en donde sea y como sea, sin saber que hay una mejor manera de hacerlo.

¿A quién no le ha pasado que termina llevándose más cosas de las que iba a comprar en el súper? Sabemos que a veces es difícil resistir a la tentación, pero créenos, vale la pena intentarlo por todo el dinero que puedes ahorrar. Y si no tienes idea de cómo puedes lograrlo, no te preocupes, por fortuna existen algunas estrategias que te convertirán en una experta de las compras inteligentes.

Ya sea que vivas sola, en pareja o en familia, cocinar es una actividad de la que no se puede escapar, no solo porque es necesario, sino también porque es mucho más sano y económico alimentarse con comida casera. Sin embargo, frecuentemente las labores del hogar se juntan con el trabajo y la vida social, por lo que al final nos queda muy poco tiempo (y energía) para cocinar.

A veces, no hacemos compras en grandes cantidades de comida porque tememos que se eche a perder rápidamente, pero hacer provisiones de alimentos puede ser muy rentable para el presupuesto familiar. Por suerte, hay algunos productos que pueden guardarse por varios años o que simplemente no tienen caducidad.

La mayoría de las cosas parecen estar hechas para romperse y que tengamos que comprar nuevas. ¿A quién no se le ha desgastado una blusa con un par de lavadas?, ¿o se le ha descompuesto un electrodoméstico que apenas ha cumplido un año? Bien era cierto lo que decían nuestros padres o abuelos: antes, las cosas estaban mejor hechas y duraban más. Y es verdad, lo que se fabricaba en esos tiempos se hacía con la idea de que durara años, a diferencia de la actualidad, en la que todo es desechable.

En la actualidad llevamos un ritmo de vida que privilegia la productividad por encima del reposo. Quizá por eso los problemas de sueño se han incrementado en más del 30 % en los últimos 10 años, afectando profundamente la calidad de vida de las personas. Además, para dormir bien hay que considerar muchos factores, desde la cantidad de luz hasta la almohada y el colchón que usamos. Es fundamental que le demos al sueño la importancia que se merece y que hagamos todo lo que esté en nuestras manos para dormir mejor.

¿Quién dijo que lo antiguo ya está pasado de moda? Nada más lejos de la verdad. ¿Cuántos estilos en diseño se consideraban obsoletos y en la actualidad están de regreso? Lo mismo pasa con las tendencias en decoración y muebles. Lo vintage es lo de hoy. Y no es nada raro, los objetos de antaño tienen cierto encanto único que a veces no se encuentra en las cosas más modernas.

Cocinar es todo un arte que no cualquiera aprende a domar, pero que muchos quisieran hacerlo. No por nada los reality shows de comida han ganado gran auge en los últimos años. Hemos aprendido algunos trucos de ellos y también de las redes sociales, donde personas, expertas o no, comparten sus secretos y consejos para ayudarnos a mejorar nuestras creaciones culinarias. Algunos se vuelven tan virales que no son pocos quienes los creen. Pero, en realidad, no todos funcionan como dicen.

Todas desearíamos que los artículos que compramos para el hogar duren para siempre, ¿verdad? Mejor aún, nos encantaría que conservaran ese toque fresco del aparador todos los días, porque es un hecho que a nadie le gusta el momento de remplazarlos nuevamente. Por eso, lo mejor que podemos hacer es darles mantenimiento constante para alargar su vida útil. Afortunadamente, existen algunos trucos para hacer que duren más y sigan luciendo bien.

Con el pasar del tiempo, es común empezar a guardar cosas y pensar en el “por si acaso”. Pero en el momento menos pensado, nos encontramos entre una montaña de objetos acumulando polvo y quitándonos espacio que podríamos aprovechar mejor.

Es sorprendente cuán creativas podemos ser cuando se trata de resolver problemas o buscar la manera de facilitarnos las actividades del hogar. ¿Te ha sucedido que pierdes mucho tiempo desenredando tus collares porque los guardas en una caja llena de accesorios? ¿O qué tienes que meter varias veces la comida al microondas porque no se calienta por igual? Si la respuesta es sí, no te preocupes. Hay algunas técnicas poco conocidas que pueden ayudarte a que ese tipo de cosas no te vuelvan a pasar.

Si bien, cada persona tiene diferentes hábitos de compra dependiendo de su edad, condición económica y gustos, lo cierto es que todos, absolutamente todos, compramos. Algunos lo harán más en línea que en tiendas físicas y otros, al revés, pero nadie se escapa. Aunque sea de vez en cuando, recorremos pasillos y hacemos filas para pagar algo. Y en esta dinámica, hay varias cosas que muchos hacemos sin saber que no es lo mejor para los empleados, para otros compradores o para nosotros mismos.

La limpieza del hogar no tiene por qué convertirse en un suplicio que nos agote cada fin de semana, mucho menos diariamente. Pero eso tampoco significa que podamos dejar que ciertos objetos acumulen montañas de polvo, óxido o restos de comida.

Muchas veces, cuando intentamos hacer que nuestro hogar sea un espacio seguro para la familia y mascotas, nos enfocamos en detalles tales como instalar una puerta en la escalera, cubrir enchufes, etc. Sin embargo, existen ciertos tipos de plantas que, aunque parezcan inofensivas, podrían ser un gran riesgo para los niños, animales, e incluso para los adultos.

A todas nos gusta entrar a un lugar y sentir un aroma agradable que nos haga sentir como en casa. Pero, muchas veces, eso no sucede. Sin embargo, existen infinidad de trucos caseros que pueden hacer que tu hogar huela perfumado sin necesidad de gastar mucho dinero en aromatizantes tradicionales.

Con las prisas diarias, la mayoría de nosotras nos preocupamos por hacer las tareas básicas del hogar, y poco a poco vamos posponiendo deberes más minuciosos para cuando dispongamos de más tiempo. Como resultado, podemos sentir que la casa ya no tiene ese toque de pulcritud en el aseo. Pero que no cunda el pánico, es posible recuperar el brillo con pequeñas acciones que puedes agregar a tu rutina de limpieza diaria.

Es innegable que, dentro de la casa, es en la cocina donde quizá pasamos más tiempo. Entre cocinar, guardar comida, lavar y secar trastes, se nos pueden ir horas en esta habitación. Por eso mismo, se agradece cualquier truco que nos pueda ahorrar algunos minutos o, simplemente, que nos haga las labores más sencillas. ¿Y qué mejor que los consejos de la misma gente que cocina y se enfrenta a diario a varios inconvenientes hogareños?

Pareciera que el espacio en casa nunca es suficiente. Llegan y llegan montones de nuevos artículos, y al final no sabemos qué hacer con tantas cosas, ¿verdad? Por lo general, cuando nos encontramos en esta situación hay dos opciones posibles: la primera consiste en hacer una limpieza profunda para descartar lo que ya no queremos; y la segunda, en ponernos creativos y hacer una reubicación total.

No existe un lugar más privado y personal dentro de una casa que el dormitorio. Este está decorado con lo que más nos gusta para hacerlo, según nosotros, lo más acogedor posible. Sin embargo, puede que al escoger ciertos productos o colores, caigamos en errores de diseño de interior básicos que no permiten que aprovechemos la luz o el espacio al máximo.