Hogar

Para la mayoría de las mujeres, la cocina es el corazón del hogar, pues pasamos mucho tiempo en ella. Por eso, al diseñar nuestra cocina soñada y antes de lanzarnos a hacer una renovación, es bueno considerar que cada elemento cuenta, desde el espacio de almacenamiento, hasta la decoración y acabados finales.

El hogar se ha convertido en nuestro sitio seguro, un refugio donde trabajamos, descansamos y, en general, pasamos la mayor parte de nuestros días. Por supuesto, deseamos que luzca y huela lo mejor posible, y para lograrlo usamos objetos que nos dan esa sensación de tranquilidad que tanto anhelamos. Sin embargo, algunos de estos pueden ser amenazas latentes para nuestra salud, incluso si no lo sabemos.

Idealmente, nuestra habitación debería ser un espacio que nos haga sentir cómodas, relajadas y listas para el descanso. Pues, cuando llegamos del trabajo lo que buscamos es despejar la mente y dormir. Pero cuando el dormitorio tiene desorganización y recordatorios que pueden preocuparte es posible que afecten tu salud mental, entonces en vez de encontrar paz, te podrías estresar más y más.

Las plantas de interior no solo son lindas decoraciones, sino que también pueden ayudar a mejorar tu salud. Existen algunas sustancias peligrosas, como el monóxido de carbono y el amoníaco, que se pueden encontrar en tu hogar y, según un estudio de la NASA Clean Air, las plantas pueden ser tus aliadas en este caso y absorber hasta el 90 % de esos contaminantes y otros químicos.

A veces por más que limpiemos hasta el último rincón en casa nos queda la zozobra de que ese olor a fresco no dura por mucho, y no sabemos el porqué. No es que hagamos un mal trabajo, en realidad solo nos hacen falta pequeños trucos que podrían ayudarnos a conservar ese aroma impecable por mucho más tiempo y sin desgastarnos de más.

Por mucho tiempo, la publicidad nos ha hecho creer que si queremos comprar un producto de calidad para nuestra despensa, debemos elegir el que sea más costoso. Esto nos ha hecho descartar las versiones más baratas de ciertos artículos, con la idea de que estamos adquiriendo lo mejor para nuestras familias.

Pequeñas acciones generan grandes cambios. Hoy en día es fundamental concientizarnos sobre la importancia de reciclar y reutilizar. Y qué mejor que fomentar estas acciones dentro de nuestro propio hogar. Con nuestros aportes, reducimos la cantidad de basura, ahorramos dinero y cuidamos del medioambiente.

Seguro les ha pasado que quieren guardar alguna nueva bolsa o zapatos y ya no encuentran ningún espacio disponible. Es solo entonces cuando notamos la cantidad de cosas que no necesitamos y que quizá ni utilizamos. Para crear un ambiente más ordenado y acogedor, hay que hacer una limpieza profunda y deshacernos de todo aquello que ya ni sabemos por qué continuamos conservando.

A la mayoría de las mujeres nos encanta decorar nuestra casa y hacerla sentir nuestra. Queremos que se adapte a nuestras necesidades y que refleje nuestros gustos y estilo. Conforme más tiempo pasamos en ella, vamos imprimiéndole nuestra huella, hasta que, eventualmente, será fiel retrato de nuestra personalidad. Y, para quien sabe dónde mirar, el hogar de una persona puede mostrar detalles profundos sobre su forma de ser.

Mantener nuestro entorno limpio no solo nos mantiene saludables, también contribuye a nuestro estado de ánimo. Cuando llega el día de la limpieza, muchas veces pasamos por alto algunos objetos y rincones de nuestro hogar que terminan acumulando bacterias y poniendo en riesgo nuestro bienestar físico y mental.

Quizá lavar ropa no nos parezca un problema porque cargar una lavadora no tiene mucha ciencia, ¿verdad? Pero es posible que nos quejemos porque nuestra ropa se desgasta rápido o no queda tan limpia, o porque el consumo de agua y luz está siendo excesivo, o tenemos gastos extra en reparaciones del electrodoméstico. Bueno, tal vez, después de todo, estemos errando un poco en nuestra rutina de lavado de ropa.

Todas sabemos que la limpieza del hogar es un cuento de nunca acabar: podemos hacerlo diario y, aun así, siempre habrá cosas pendientes. Sin embargo, hay ciertos detalles que podemos cuidar y harán que nuestro hogar luzca más limpio y arreglado, incluso sin necesidad de asearlo todos los días, así que es bueno poner especial atención en ellos.

Como madres, y sobre todo primerizas, solemos poner mucha atención a cómo y en que espacio duermen nuestros bebés. Esta es una preocupación que a nosotras mismas nos quita el sueño, pues no da cierta inseguridad saber si estamos haciendo o no las cosas bien. Por fortuna, existen algunas recomendaciones interesantes que podrían ayudarnos a encontrar el camino correcto y tomar buenas decisiones al respecto.

Aunque quisiéramos, los productos de belleza no son eternos; el maquillaje y los productos de limpieza tienen fecha de caducidad. Sin embargo, una vez vencido su ciclo de vida, no es necesario que los desechemos, ya que a muchos de ellos les podemos dar un segundo uso y así ayudar también a la conservación del medioambiente.

La mayoría de nosotras intentamos crear rutinas en casa para evitar compras constantes y creemos que de esa manera solo estamos invirtiendo en lo necesario, ¿verdad? Pero, lo cierto es que quizás nos hemos equivocado al respecto, y en lugar de minimizar los gastos los volvemos mayores.

¿A quién no le ha pasado? Estamos siguiendo una receta para elaborar un delicioso platillo cuando, de pronto, aparece un término especializado que nos hace dudar de su significado, como “sellar”, “sofreír” o “saltear”. Si te gusta la cocina, seguramente has escuchado estas palabras, pero a menos que seas un chef profesional, es probable que a veces las confundas o no sepas con exactitud cuáles son las diferencias entre cada una de ellas.

La cocina mexicana, y latinoamericana en general, se distingue por transmitirse de generación en generación. ¿Quién no recuerda los trucos de la abuela o de mamá para cocinar un platillo que se ha convertido en una verdadera tradición familiar? Muchos de ellos son nuestro toque secreto, pero otros son costumbres que adoptamos casi sin saber cómo ni por qué, y que incluso podríamos estar haciendo mal.

Si bien sabemos que cada país tiene distintas costumbres, a veces naturalizamos ciertas pequeñas tradiciones, y creemos que eso sucede en todas partes del mundo. Pues, ¿te imaginas ya no usar papel higiénico o utilizar un palo en vez de un cepillo de dientes? La realidad es que no hay una errónea ni una correcta; solo son distintos hábitos en cuanto a la higiene personal.

¿Cuántas veces te ha pasado? Vas a la cocina por algo y, cuando regresas, hay una mosquita inofensiva parada en tu comida. Mueves la mano, la espantas y continúas degustando tu plato. Pero ¿alguna vez te has preguntado si hacer eso es lo más saludable o si deberías tirar tu alimento de inmediato? Se sabe que estos bichos son bastante sucios, pues traen en sus alas y en sus patas muchas bacterias, pero queremos aclararte cuánto puede afectar esto (o no) tu salud.

Cuando decoramos o renovamos un espacio en lo primero que solemos pensar es en los muebles y electrodomésticos de gran tamaño. Sin duda, son una parte fundamental para que el lugar quede cómo lo habíamos imaginado. Sin embargo, en ocasiones dejamos de lado aquellos detalles que darán un toque más dinámico y moderno a nuestro hogar.